ONUSIDA pide medidas «urgentes» para acabar con las desigualdades que impulsan el VIH y la COVID-19
ONUSIDA ha hecho un llamamiento para tomar medidas «urgentes» para reducir las desigualdades que permiten aumentar las pandemias, como el VIH o la COVID-19. Esta reivindicación la ha realizado antes de la celebración de la 21ª Conferencia Internacional sobre el Sida y las Infecciones de Transmisión Sexual en África (ICASA), que se celebra en Durban (Sudáfrica).
«Los avances en materia de sida, que ya estaban desviados, se ven ahora sometidos a una presión aún mayor a medida que la crisis del COVID-19 sigue haciendo estragos, perturbando los servicios de prevención y tratamiento del VIH, la escolarización y los programas de prevención de la violencia, entre otros», ha declarado la directora ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima.
El evento, según indica ONUSIDA, se celebra virtualmente y con la atención puesta en el aumento de los casos por COVID-19 impulsado por la nueva variante Ómicron, identificada en Sudáfrica recientemente.
«No podemos vernos obligados a elegir entre acabar con la pandemia de sida que hace estragos hoy y prepararnos para las pandemias del mañana. Necesitamos soluciones y visiones de preparación para la pandemia lideradas por África», ha añadido Byanyima.
Además, la celebración de ICASA coincide con el informe que presentó hace unas semanas ONUSIDA, en el que advertía que el mundo se enfrentaba a 7,7 millones de muertes relacionadas con el sida en la próxima década si los líderes no abordaban las desigualdades.
PANORAMA EN ÁFRICA
En concreto, un total de 25,5 millones de personas viven con el VIH en África, lo que representa dos de cada tres personas que viven con el virus en el mundo. En la última década se ha avanzado mucho en el suministro de tratamiento a las personas que lo necesitan, ya que 19,5 millones de africanos que viven con el VIH reciben ahora medicamentos para mantenerlos vivos y sanos, frente a los 5 millones de 2010.
Sin embargo, las nuevas infecciones por el VIH siguen siendo demasiado elevadas, con 890.000 en 2020. Las mujeres y las niñas siguen siendo las más afectadas, ya que representan el 62 por ciento de todas las nuevas infecciones por el VIH en 2020. En el África subsahariana, 4.200 adolescentes y mujeres jóvenes de entre 15 y 24 años se infectan por el VIH cada semana. En 2020, las poblaciones clave (trabajadores del sexo y sus clientes, hombres homosexuales y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, personas que se inyectan drogas, personas transgénero) representaban el 39 por ciento de las nuevas infecciones por el VIH en el África subsahariana.
No obstante, ONUSIDA resalta que algunos países, sobre todo en África oriental y meridional, están demostrando cómo se puede avanzar de forma sostenida contra la epidemia de VIH con la combinación adecuada de programas debidamente financiados y basados en pruebas que sitúan los derechos humanos en el centro de la respuesta.
Por ejemplo, Botsuana se ha convertido n el primer país con una epidemia de VIH de alta carga en obtener la certificación de haber reducido la tasa de transmisión maternoinfantil del VIH por debajo del cinco por ciento, haber proporcionado atención prenatal y tratamiento antirretrovírico a más del 90% de las mujeres embarazadas y haber logrado una tasa de casos de VIH inferior a 500 por cada 100 000 nacidos vivos.
El panorama en África occidental y central es más complicado, ya que se está avanzando menos para acabar con la transmisión del VIH de madre a hijo. En 2020, sólo el 56 por ciento de las madres embarazadas y lactantes recibían tratamiento contra el VIH para mantenerlas vivas y evitar que sus hijos se infectaran con el virus, en comparación con el 95 por ciento en África oriental y meridional.