Experto subraya que los nuevos fármacos para tratar la obesidad podrían evitar la cirugía bariátrica en el futuro
Según el jefe de Endocrinología y Nutrición del Hospital Ruber Internacional, el doctor Gonzalo Martín Peña, los avances farmacológicos en el tratamiento de la obesidad «podrían evitar la cirugía bariátrica en muchos pacientes con obesidad mórbida» en los próximos años.
«En la actualidad, ya disponemos de algunos fármacos muy eficaces y con pocos efectos secundarios y se espera la aprobación de otros en pocos meses», subraya el doctor.
Curiosamente, estos nuevos fármacos, conocidos como GLP o análogos-GLP, se desarrollaron inicialmente para el tratamiento de la diabetes tipo 2 o diabetes del adulto, «área en la que hay una larga experiencia sobre su seguridad y beneficios, uno de los cuales era la pérdida de peso que experimentaban los pacientes tratados», explica Martín Peña.
Así, en estos años, se ha podido comprobar que estos medicamentos, lejos de aumentar el riesgo cardiovascular en los pacientes con diabetes, lo disminuyen considerablemente, así como también disminuyen la mortalidad total.
Es el caso de la liraglutida (victoza), que comenzó a utilizarse en 2009 para el tratamiento de la diabetes, y desde 2015 para el tratamiento de la obesidad con el nombre de saxenda, con buenos resultados.
Según el doctor Martín Peña, desde que se ha empezado a utilizar este fármaco, se ha comprobado que la mayoría de los pacientes pierden un entre un 10 y un 15 por ciento del peso corporal y, en algunos casos, hasta un 30 por ciento, cuando se combina con dieta y ejercicio.
«Estos fármacos actúan a nivel del tubo digestivo, retrasando el vaciamiento gástrico después de las comidas, lo que contribuye a favorecer la sensación de saciedad, pero, sobre todo, actúan a nivel cerebral, disminuyendo el apetito, favoreciendo la saciedad y disminuyendo la ansiedad», destaca el endocrinólogo.
Otros fármacos más recientes son la semaglutida (ozempic en España) para el tratamiento de la diabetes tipo 2, o la cagrilintida, una sustancia basada en la molécula amilina que se produce en el páncreas cuando se come, y que está involucrada en el control de la glucemia y que, además, disminuye el apetito.
Así, la tirzepatida es otro de los fármacos eficaces similar o superior a la semaglutida, con una pérdida de peso en cuatro meses del 15 por ciento en la cuarta parte de los pacientes.
«Comparte en una sola molécula la acción de dos hormonas digestivas diferentes, el GLP-1 y el polipéptido insulinotrópico dependiente de la glucosa. También estimula la secreción de insulina durante las comidas. Probablemente sólo se autorizará inicialmente para el tratamiento de la diabetes, pero es otra nueva esperanza para el tratamiento de la obesidad», destaca Martín Peña.
Un fármaco también en investigación es el bimagrumab que, además de reducir la grasa corporal en un 20 por ciento, aumenta la masa muscular en un 4 por ciento. Se trata de un hallazgo muy prometedor, ya que la mayoría de las pérdidas de peso se asocian con pérdida de masa muscular.
Por último, según el doctor Martín Peña «todos estos medicamentos son bastante seguros, teniendo como efectos secundarios más frecuentes algunas molestias digestivas, en general leves y transitorias».