España y Francia trabajarán por defender la reciprocidad en las negociaciones de la CE con terceros países
El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, y su homónimo francés de Agricultura y Alimentación, Julien Denormandie, han acordado este jueves en de Toulouse (Francia) reforzar sus líneas de trabajo para impulsar las cláusulas espejo en las negociaciones de acuerdos comerciales de la Comisión Europea (CE) con terceros países.
En concreto, este encuentro ha tenido lugar tras la inauguración por ambos ministros, junto a la ministra de Medio Ambiente, Agricultura y Sostenibilidad de Andorra, Silvia Calvó, del acto conmemorativo del 60 encuentro hispano-francés de sanidad animal y vegetal, que, desde 2002, cuenta también con la participación andorrana.
El ministro galo ha trasladado a Planas que la petición de incluir las cláusulas espejo en los acuerdos comerciales que la Comisión Europea negocie con terceros países será una de las prioridades de Francia, que el 1 de enero próximo tomará el relevo a Eslovenia en la presidencia de turno de la Unión Europea.
España y Francia coinciden en la defensa de la reciprocidad, que consiste en garantizar que los productos agrarios importados cumplan con las mismas exigencias medioambientales, sanitarias, de bienestar animal o fitosanitarias, así como con unos estándares de producción equiparables al modelo europeo, es una cuestión de lógica y de justicia para garantizar unas reglas de mercado iguales para todos.
Planas ha remarcado que la UE debe dotarse de «mecanismos de regulación más estrictos para asegurar la rentabilidad de las explotaciones, para que agricultores y ganaderos comunitarios cuenten con un marco de relaciones homólogas y que todos trabajen en las mismas condiciones».
Ambos ministros también han intercambiado opiniones sobre el fortalecimiento de las indicaciones geográficas, ya que «la calidad constituye un poderoso instrumento de diferenciación en sus vertientes social, económica y medioambiental», según Planas.
El titular de Agricultura ha puesto en valor estas figuras de calidad que logran fijar población en los pueblos y promover la biodiversidad, además de ser alimentos valorados por los consumidores, que están dispuestos a pagar un precio superior por ellos.
La UE es líder mundial en indicaciones geográficas, con más de 3.200, y destaca España como el tercer país con más sellos de calidad. Un modelo al que están acogidos más de 30.000 agricultores y ganaderos nacionales, que, además, da soporte a 8.500 industrias y ayuda a dinamizar el tejido productivo de los pueblos.