PSOE-A apuesta por el «feminismo real y efectivo» ante los «pasos atrás» de la Junta en igualdad
TORREMOLINOS (MÁLAGA), 6
El PSOE andaluz ha reiterado este sábado en Torremolinos (Málaga) su apuesta por el «feminismo real y efectivo» ante los «pasos atrás» que las conquistas de igualdad están dando en la comunidad autónoma por las «políticas de derechas» aplicadas por el Gobierno de PP y Ciudadanos (Cs) en materias como la lucha contra la violencia de género.
Este ha sido el mensaje central analizado en el Ágora Somos Feminismo , uno de los espacios de reflexión y análisis organizados dentro del programa del XIV Congreso del PSOE-A que se celebra en Torremolinos (Málaga), en el que han intervenido Andrea Fernández, la diputada más joven del Grupo Socialista en el Congreso y secretaria de Igualdad en la Ejecutiva federal; Miguel Lorente, exdelegado del Gobierno para la Violencia de Género adscrito al Ministerio de Igualdad; Lina Gálvez, europarlamentaria de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas (S&D); Amparo Rubiales, exconsejera de la Junta, expresidenta del PSOE de Andalucía y exvicepresidenta del Congreso, y Soraya García Mesa, alcaldesa de Benaoján, que moderó el encuentro.
Rubiales ha abierto el diálogo reivindicando ser «feminista antes que socialista, una feminista acérrima, lo que me ha hecho pelear por la igualdad entre hombres y mujeres» y ha instado a no dejar que el Gobierno de PP y Cs «deteriore aún más» los servicios públicos en Andalucía y los derechos y conquistas relativos a la igualdad, por lo que ha animado a ayudar al secretario general del PSOE-A, Juan Espadas, para que sea el próximo presidente de la Junta.
Por su parte, el profesor y médico forense Miguel Lorente centró su intervención en violencia de género y vicaria para avanzar en el territorio machista, que está lleno de obstáculos. A su juicio, ello precisa hacer una política estructural contra la violencia de género dentro del PSOE, ya que considera que «el hombre que maltrata no lo hace por padecer un trastorno, estar en paro o tener un problema con el alcohol, lo hace porque es hombre y nuestra cultura así se lo ha permitido», informa el PSOE en un comunicado.
Lorente ha llamado a los socialistas a no renunciar nunca al feminismo y no ceder la bandera de la igualdad, así como a no fragmentar ni dividir las políticas porque «perdemos fuerza en esa división». Ha recordado que el 57,3% de las mujeres han sufrido en algún momento de su vida violencia de género en España y que cada día 1.600 mujeres lo padecen, así como que sólo el 0,3% de la población considera que es un problema grave pese a que las cifras arrojan un saldo de 60 asesinadas al año y 5 menores víctimas mortales por violencia vicaria. «No puede haber cambio social si no hay cambio cultural», ha advertido Lorente, que ha pedido dedicar mayores recursos y esfuerzos en la detección de la violencia de género.
Por su parte, la eurodiputada Lina Gálvez ha asegurado que no cabe concebir una sociedad progresista si existe en ella la violencia machista y ha defendido que el socialismo debe ser el contrato social feminista para combatirla.
Gálvez ha reivindicado políticas que apuesten por los servicios públicos «porque esos servicios igualan, como hemos testado muy recientemente durante la pandemia», y se ha referido también a la mercantilización de la mujer, a la brecha en el mercado de trabajo y a la prostitución, sobre la que dijo sentirse «muy orgullosa» de que el PSOE sea el partido que se ha comprometido a abolirla.
Por último, la secretaria de Igualdad de la Ejecutiva Federal del PSOE, Andrea Fernández, ha admitido que aún queda mucho camino por recorrer en la igualdad real de las mujeres en el ejercicio de poder de las mujeres. Desde 2003, un total de 1.117 mujeres fueron asesinadas por violencia machista, y se denuncia una violación en España cada 4 horas, datos que, a su juicio, reflejan que «no hablamos de un problema de las mujeres, sino de un problema de la democracia, porque lo cierto es que un 50% de las personas viven expuestas al terror».
La diputada socialista ha considerado que no se pueden consentir protestas a las puertas de las clínicas abortivas en un país que se considera democrático. «Tenemos que proteger a las mujeres y estar alertas porque tenemos a la extrema derecha llamando a la puerta y cuando accede al poder lo primero que hace es cargar contra los derechos en igualdad», ha apuntado antes de finalizar subrayando que «la batalla del feminismo es muy sencilla, porque es la lucha por la justicia, por la igualdad, porque no nos maten ni nos violen, porque no nos paguen menos, y es ilógico que siga teniendo aún resistencia».