El sexo del feto puede influir en la respuesta inmunitaria materna frente a la COVID-19, según estudio
Las placentas masculinas en mujeres embarazadas que dieron positivo en la prueba del SARS-CoV-2, el virus que causa la COVID-19, tienen niveles significativamente más altos de ciertos genes y proteínas asociados con una mayor activación inmunitaria en comparación con las placentas femeninas, según un nuevo estudio publicado en la revista Science Translational Medicine .
«Esta mayor activación inmunitaria podría ayudar a proteger a los fetos masculinos de la infección por el SARS-CoV-2 en el útero, pero la inflamación resultante podría suponer riesgos para el feto y el niño», explica la doctora Andrea Edlow, autora principal del estudio y especialista en medicina materno-fetal del Hospital General de Massachusetts (Estados Unidos).
Además, las mujeres embarazadas con COVID-19 transfirieron una inmunidad significativamente menor al virus a los fetos masculinos que a los femeninos, lo que podría afectar al riesgo de que el bebé se infecte con el SARS-CoV-2. «El sexo del feto influyó tanto en la capacidad de la madre para generar anticuerpos contra el COVID-19 como para transferirlos a su bebé», afirma Edlow.
Este es el primer estudio que analiza las diferencias de sexo en la transferencia de los anticuerpos de la madre de la infección por COVID a su feto, y el primero que examina las diferencias de sexo en la respuesta de la placenta a la infección materna.
Los estudios epidemiológicos han demostrado que los adultos, niños y bebés varones tienen una mayor prevalencia de la infección por COVID-19 y desarrollan una enfermedad más grave que las mujeres. Los fetos y lactantes masculinos también son más vulnerables a una serie de exposiciones pre y perinatales en comparación con los bebés femeninos, por lo que Edlow y su equipo trataron de examinar las placentas, la sangre materna y la sangre del cordón umbilical de los embarazos afectados por la infección materna por el SARS-CoV-2.
El estudio incluyó a 68 mujeres embarazadas, de las cuales 38 se infectaron con el SARS-CoV-2 durante su tercer trimestre antes del desarrollo de la vacuna COVID. Los 30 sujetos restantes eran mujeres embarazadas sanas que dieron negativo en las pruebas de detección del SARS-CoV-2 durante el embarazo. En ambos grupos, la mitad de los fetos eran varones y la otra mitad mujeres.
En su trabajo, Edlow y sus colegas demostraron que, en comparación con los fetos femeninos, las placentas de los fetos masculinos portados por mujeres con COVID-19 tenían una expresión mucho mayor de genes estimulados por interferón (ISG), que desempeñan un papel clave en la protección de los fetos contra los invasores virales en el útero. Sin embargo, el aumento de la expresión de los ISG y la producción posterior de unas células inmunitarias denominadas citoquinas también pueden dar lugar a un entorno intrauterino inflamatorio, que se ha asociado a un mayor riesgo de padecer enfermedades del neurodesarrollo o del metabolismo más adelante.
«Aunque nuestro estudio no evaluó esos riesgos específicamente, plantea la importancia de seguir a estos niños y de observar a los fetos masculinos y femeninos de forma diferente», dice Edlow.
En un segundo hallazgo significativo, el equipo de Edlow demostró que las madres con COVID-19 que tienen fetos masculinos producen niveles más bajos de anticuerpos contra el virus que las madres con fetos femeninos; también transfieren menos anticuerpos al feto masculino. Esto sugiere que los varones pueden ser más vulnerables a infectarse con el SARS-CoV-2 en la infancia y demuestra que el sexo del feto puede influir en la respuesta inmunitaria materna al virus.
Ahora, planean examinar el carácter de los anticuerpos inducidos por la vacuna COVID-19 y cómo éstos se ven afectados por el momento de la vacuna durante el embarazo y, por supuesto, por el sexo del feto. «Queremos saber qué ocurre en la placenta cuando las madres se vacunan contra la COVID-19 en cada uno de los tres trimestres y cómo afecta el sexo del feto a esa respuesta», concluye Edlow.