Albares evita criticar a Marruecos por el trato a una activista saharaui defendiendo que la discreción da resultados

El ministro asegurar que el Gobierno no antepone su buena relación con Rabat a la defensa de los DDHH

El ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, José Manuel Albares, ha evitado este miércoles criticar a Marruecos por el trato que está dando a la activista saharaui Sultana Jaya, quien lleva meses bajo arresto domiciliario, escudándose en que en política exterior deben primar la «inteligencia» y la «discreción» para poder obtener resultados, también en materia de Derechos Humanos.

Albares se ha pronunciado así después de que el diputado del PNV Aitor Esteban le haya preguntado expresamente en el pleno del Congreso de los Diputados por el caso de Jaya, «emparedada en vida» junto a su familia en su residencia de Bojador, qué va a hacer el Gobierno para salvarles la vida tanto a ella como a su familia.

El diputado vasco ha denunciado que Jaya perdió un ojo en una carga policial, lleva un año bajo arresto domiciliario «sin que pese sobre ella ninguna acusación concreta ni orden judicial», tiene prohibido entrar o salir de casa y tampoco recibir visitas.

Esto no ha impedido que «indeseables» accedieran en varias ocasiones a la vivienda, golpeando a la madre de la activista, violando –«hay vídeos que demuestran esto»– e incluso repartiendo una sustancia que hizo que en agosto Jaya se contagiara de COVID-19, ha relatado.

Ante esta situación, Esteban ha preguntado a Albares «qué va a hacer España por que se cumpla un respeto mínimo a los Derechos Humanos en el Sáhara Occidental», donde ha insistido en que sigue siendo «potencia administradora», algo que el ministro le ha recordado que dejó de ser así en 1975.

«Los Derechos Humanos son un principio rector de nuestra política exterior y los promocionamos en todos los países del mundo. Son completamente universales y no hacemos distinción por país, por situación o por persona», ha sostenido Albares.

HAY QUE ACTUAR CON INTELIGENCIA

El ministro ha incidido en que hacer avanzar los Derechos Humanos en terceros países «es materia compleja», ya que en general a estos no les gusta que se piensen que adoptan «porque terceros le obligan a ello», por eso ha sostenido que para ser eficaz hay que ser «exigente pero también inteligente».

«La inteligencia en política exterior y diplomacia requiere discreción, no contar o debatir abiertamente ciertos casos», ha acotado, evitando así aclarar si desde el Gobierno se ha realizado alguna gestión en relación con el caso de Jaya ante las autoridades marroquíes.

Así las cosas, Albares ha insistido en que con Marruecos hay una relación «de buena vecindad», si bien ha recalcado estas relaciones de buena vecindad «jamás se anteponen por este Gobierno a la defensa y promoción de los Derechos Humanos». En todo caso, «no vendremos aquí a contarlo si eso es lo eficaz de los casos particulares», ha remachado.

«Sean amigos o sean adversarios es deber de todos luchar contra la injusticia», ha defendido por su parte el diputado vasco, incidiendo en que si Marruecos es un país amigo «más razones habrá para poder acercarse e impedir estas situaciones que verdaderamente son inaceptables».

ESTEBAN RECLAMA AL MINISTRO RAPIDEZ

Por otra parte, Esteban ha reclamado al ministro que «se quite los manguitos de funcionario y ejerza como político» y le ha replicado que «la inteligencia se demuestra con una cierta rapidez», algo que no ha ocurrido con este caso, que se dilata desde hace un año.

Asimismo, el diputado del PNV ha asegurado que le «preocuparía que hubiera salido de su Ministerio la orden» de que los eurodiputados del PSOE votaran en contra de la candidatura de Jaya al Premio Sajarov y lo hicieran a favor de la expresidenta boliviana Jeanine Áñez, «una golpista propuesta por Vox y que además expulsó a la número dos de la Embajada española en el país».

Albares le ha replicado recalcando que «el Ministerio de Asuntos Exteriores no dicta la posición de los grupos parlamentarios, menos en el Parlamento Europeo» sino que estos «votan acorde a lo que ellos consideran».

El Gobierno aún no ha conseguido zanjar la crisis diplomática con Marruecos a cuenta de la acogida del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, y de su negativa a reconocer como marroquí el Sáhara Occidental. Rabat llamó a consultas a su embajadora en mayo y por el momento esta sigue sin tener fecha de regreso a Madrid.

Albares tuvo ocasión de hablar por teléfono con su homólogo marroquí, Nasser Bourita, a finales de septiembre y ambos acordaron verse en persona próximamente, si bien ese encuentro no se ha producido aún, máxime cuando el jefe de la diplomacia marroquí ha sido mantenido en el cargo en el nuevo Gobierno surgido de las elecciones de septiembre.

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