Las bacterias intestinales pueden impulsar el cáncer de próstata y la resistencia al tratamiento, según estudio
Las bacterias intestinales comunes pueden impulsar el crecimiento de los cánceres de próstata y permitirles eludir los efectos del tratamiento, según un nuevo estudio del Institute of Cancer Research de Londres (Reino Unido).
En su trabajo, publicado en la revista Science , estos científicos revelaron cómo las bacterias intestinales contribuyen a la progresión de los cánceres de próstata avanzados y a su resistencia a la terapia hormonal, al proporcionar una fuente alternativa de andrógenos, u hormonas masculinas, que favorecen el crecimiento.
La terapia hormonal es el tratamiento estándar para el cáncer de próstata avanzado y funciona reduciendo los niveles de andrógenos. Pero los investigadores descubrieron que los bajos niveles de andrógenos en los pacientes pueden impulsar la expansión de las bacterias intestinales, que pueden convertirse en fábricas de hormonas para mantener el crecimiento del cáncer de próstata.
Las «huellas» bacterianas identificadas por los científicos podrían ayudar a seleccionar a los pacientes con alto riesgo de desarrollar resistencia al tratamiento, que podrían beneficiarse de estrategias para manipular su «microbioma». Por ejemplo, los hombres podrían someterse a un trasplante fecal o tomar una bebida de yogur enriquecida con bacterias favorables.
Los resultados, una vez validados en la clínica, podrían ofrecer nuevas oportunidades para el tratamiento del cáncer de próstata mediante la manipulación del microbioma.
Las bacterias intestinales forman parte de nuestro microbioma y suelen ser valiosas para el ser humano. Sin embargo, el cáncer y otras enfermedades pueden arruinar este equilibrio mutuamente beneficioso, por ejemplo, favoreciendo la expansión de las bacterias intestinales y animándolas a liberar toxinas u otras moléculas que afectan a las células cancerosas.
Dado el papel que estos «bichos intestinales» pueden desempeñar en el cáncer, los investigadores estudiaron si las bacterias intestinales de los hombres con cáncer de próstata podían alterar también el metabolismo hormonal de los pacientes y, por tanto, afectar al crecimiento del cáncer.
Los científicos descubrieron que la eliminación de todas las bacterias intestinales en ratones con cáncer de próstata ralentizaba el crecimiento del tumor y retrasaba la aparición de resistencia hormonal.
También descubrieron que el trasplante de heces de ratones con cáncer de próstata resistente a las hormonas a ratones con niveles bajos de andrógenos que aún no habían desarrollado resistencia favorecía el crecimiento del tumor.
Los investigadores demostraron en ratones que las bacterias intestinales eran capaces de fabricar hormonas andrógenas a partir de moléculas precursoras.
Para trasladar los resultados a los seres humanos, los investigadores analizaron las bacterias intestinales de los pacientes que recibían tratamiento en The Royal Marsden NHS Foundation Trust. Se examinaron dos grupos diferentes de pacientes: 19 hombres cuyos cánceres de próstata seguían respondiendo a la terapia hormonal y 55 hombres con cáncer de próstata avanzado resistente a las hormonas.
El trasplante de heces de pacientes con cáncer de próstata resistente a las hormonas a ratones cuyos cánceres no eran resistentes favoreció el crecimiento del tumor y la resistencia a las hormonas.
Los científicos también analizaron el material genético microbiano de las heces de los hombres con cáncer de próstata e identificaron una bacteria específica -Ruminococcus- que podría desempeñar un papel importante en el desarrollo de la resistencia. En cambio, la bacteria Prevotella stercorea se asoció a resultados clínicos favorables.
Los investigadores incubaron minitumores llamados organoides derivados de pacientes con cáncer de próstata con diferentes bacterias intestinales e intentaron tratarlos en el laboratorio. Esto les ayudó a identificar «huellas» bacterianas favorables y desfavorables vinculadas a los resultados del cáncer de próstata, lo que podría ayudar a identificar a los hombres que podrían beneficiarse de las estrategias para manipular el microbioma.