Un estudio revela que los adolescentes de familias desfavorecidas se saltan más el desayuno
Las desigualdades socioeconómicas y de género en el consumo del desayuno entre adolescentes existen, y así lo ha confirmado un estudio que ha revelado que el riesgo de saltarse el desayuno es un 30 por ciento mayor en las chicas, y un 28 por ciento más alto en los chicos de familias desfavorecidas en comparación con los de la posición socioeconómica más alta.
El informe, que ha analizado la prevalencia de no desayunar entre adolescentes, ha sido publicado en la revista científica Nutrients y ha sido realizado por expertas de los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y de la Facultad de Ciencias de la Salud de Manera de la Universidad Central de Catalunya (UVic-UCC).
Asimismo, ha concluido que el 19 por ciento de las chicas y el 13 por ciento de los chicos no desayunan. El estudio ha analizado datos de más de 7.000 adolescentes, participantes del proyecto DESKcohort, basado en una encuesta sobre aspectos sociales, de educación, de salud y de comportamientos de salud.
Así pues, el informe forma parte de un monográfico especial sobre el desayuno y sus beneficios, cuyas editoras han sido las profesoras de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC, Alicia Aguilar y Anna Bach.
Las autoras destacan que el desayuno es «fundamental» en el equilibrio energético y la regulación de la dieta, por lo que se considera un componente importante de una dieta saludable. Además, añaden, que el desayuno también se ha asociado a efectos positivos en el desarrollo cognitivo y a un mejor rendimiento escolar y a un mejor rendimiento escolar en la niñez.
«Es una etapa especialmente importante para consolidar estilos de vida saludables y establecer patrones de salud que se perpetúen en la edad adulta», ha recalcado Bach.
Particularmente, apuntan las autoras, que saltarse el desayuno en la niñez y la adolescencia podría ser un predictor de comportamientos de estilos de vida poco saludables y se ha relacionado con el sobrepeso, la obesidad y las enfermedades metabólicas.
De hecho, la disminución de la ingesta energética y de nutrientes puede incrementar el riesgo de déficits nutricionales. «Hay una asociación entre saltarse el desayuno y un bajo rendimiento académico. En ambos sexos, hubo un aumento importante en el riesgo de saltarse el desayuno para los adolescentes con calificaciones medias y bajas, en comparación con los que tenían buenas calificaciones», ha explicado Alicia Aguilar.
Para evitar este tipo de desigualdades, las autoras piden que las políticas públicas se adapten a la situación socioeconómica de cada familia y tener en cuenta una perspectiva de género.
«Las estrategias para promover el consumo de desayunos saludables entre las personas adolescentes deben ser de diversa índole. Pueden ser políticas comunitarias o acciones de educación nutricional dirigidas a los escolares y las familias, etc. No obstante, hay que considerarlas también en el marco de los estilos de vida saludables con una dieta adecuada, actividad física suficiente y horas de sueño necesarias, así como ser sostenibles a largo plazo», ha asegurado otra de las autoras del estudio, Laura Esquius.
En lo que respecta a la escuela, la inclusión de la educación nutricional en el currículo, favorece la adquisición de hábitos adecuados y una mejora de la concienciación sobre la importancia de realizar un desayuno saludable.