El Rey emérito siente que algunos amigos le han dado la espalda, según el libro «Mi Rey caido»

La monarquía sigue siendo su principal preocupación y no molestar a su hijo, asegura la periodista Laurence Debray

El Rey emérito quiere volver a España desde su exilio en Emiratos Árabes Unidos, donde permanece desde agosto de 2020, donde se siente abandonado por algunos de sus amigos que le han dado la espalda, pero también es plenamente consciente de su situación y mantiene su deseo de no perjudicar a su hijo.

Eso es al menos lo que cuenta la periodista francesa Laurence Debray en su libro Mon roi déchu (Mi rey caído), en el que repasa su fascinación por Don Juan Carlos, de quien ha escrito una biografía, así como los varios encuentros que ha mantenido con él en los últimos años, el último de ellos en el exilio la pasada primavera.

Tras varias conversaciones telefónicas y mensajes de Whatasapp durante el confinamiento por la COVID-19, la escritora viajó a Emiratos el pasado mes de abril para reunirse en persona con Don Juan Carlos, a quien admite que esperaba encontrar «en un castillo» pero quien «no va vestido de rey» sino con ropa deportiva que le hace parecer a «un turista estadounidense» cuando la recibe.

«He perdido doce kilos», le cuenta el Rey emérito a Debray, que constata que este ya no tiene la cara hinchada por los medicamentos y tiene un aire saludable pero también se trasluce de él un halo de tristeza, aunque mantiene «su risa franca, de niño».

Don Juan Carlos, que ha saludado sin problemas con dos besos a la escritora tras pedirle que se quite la mascarilla –«siempre ha amado el riesgo», dice ella–, «se levanta con problemas y avanza con paso inseguro con ayuda de un bastón», precisa en su descripción del encuentro.

Según Debray, «su distancia no le impide estar informado de todo». «España sigue estando evidentemente en el corazón de sus preocupaciones y el futuro de la monarquía es la primera de sus inquietudes», asegura.

En ese encuentro, el Rey emérito «habla abiertamente de la situación delicada en la que se encuentra y, con un cierto pudor, de los amigos que le han dado la espalda. Incluso aquellos que le deben la riqueza y la fama», si bien la periodista no da ningún nombre. Pese a todo, «no se queja de nada, solo constata, resignado», añade.

El antiguo monarca, muy al día ya que usa WhatsApp y Zoom según la escritora, reconoce que lo que más echa de menos de España es «la comida», aunque confiesa que uno de sus amigos le hace llegar jamón serrano.

NO SABE CUÁNDO VOLVERÁ

Pero entonces, ¿cuando va a regresar a España? Esta pregunta se la hizo Debray en una conversación telefónica previa a su visita, a mediados de noviembre pasado. «No tengo ni idea. Algunos están muy contentos de que me haya marchado», le responde Don Juan Carlos, que también le cuenta que en Emiratos tiene «buenos amigos».

La periodista no entiende por qué el Rey emérito optó por el exilio y considera que Felipe VI, su hijo, no debería haber cedido ante la insistencia del Gobierno. Este le reconoce que se enfrentaba a «muchas presiones» y cuando ella le pregunta por qué no dejó Zarzuela pero se quedó en España, por ejemplo en Galicia, su respuesta es que le habrían perseguido por todas partes los periodistas. «Desde aquí no molesto a la Corona», le admite.

¿Y no podría regresar del mismo modo en que se marchó?, le inquiere entonces la periodista. «Solo hace falta que coja un avión», afirma Don Juan Carlos, a quien Debray anima a defenderse y a poner en valor su legado porque nadie lo hará por él. «Las instituciones que he dejado deberían bastar. Hablan por sí mismas. Pero es cierto, se destruyen más fácilmente las instituciones que se construyen», reconoce el antiguo monarca.

En una entrevista concedida este miércoles a la cadena de televisión francesa CNews tras la publicación de su libro, Debray ha reiterado que Don Juan Carlos «espera regresar» a España. «Es muy consciente de su situación pero no se deja invadir por la amargura», ha precisado, subrayando que desde la soledad del exilio «intenta no molestar a su hijo y no molestar a la Corona».

Pero al mismo tiempo, a sus 83 años y tras sus muchas operaciones, incluida una a corazón abierto en 2019, el Rey emérito también parece consciente de que podría no volver de su exilio. Según cuenta Debray en su libro, tras su primer encuentro en Abu Dhabi le llamó de nuevo para volverse a ver.

YA PIENSA EN SU FUNERAL

«Mi llamada llega en mal momento. Está aún muy conmovido por el entierro del príncipe Felipe de Inglaterra, su primo político», fallecido el 9 de abril», cuenta la escritora. «Fue magnífico, verdaderamente muy emotivo y elegante», le dice Don Juan Carlos del funeral, a lo que ella le responde que «también se hacen buenos entierros en España».

«El entierro de mi padre también fue muy bonito», le reconoce. «Ahora debo pensar en el mío», agrega, lo que hace a la periodista preguntarse si «España le organizará funerales a su altura» y quién asistirá llegado el momento.

De la relación con Don Juan, su padre, el Rey emérito habló en otro encuentro con Debray en 2014, cuando aún estaba en la Zarzuela. Él fue su verdadero mentor. «Estaba lejos físicamente pero moralmente estaba a mi lado», le dijo.

En este sentido, le confesó su pesar por no haber dado la importancia que tenía al acto en el que Don Juan renunció a sus «derechos dinásticos» para que su hijo pudiera convertirse en Rey de España. «Fue una jornada muy emotiva. Me arrepiento de no haberle atribuido más énfasis. Si tuviera que hacerlo de nuevo, le daría más importancia», le reconoció.

EL SACRIFICIO DE DON JUAN Y LA RELACIÓN CON FRANCO

«Mi padre se sacrificó por España. Si estoy aquí es en gran parte gracias a él», admitió Don Juan Carlos a la periodista. «Siempre he tenido mucho respeto y admiración por él» y después de aquella ceremonia «aún más», agregó.

En cuanto a la mala relación entre su padre y Franco, el entonces monarca reconoció que era una «pelota de ping-pong» entre ambos hombres. «No me sentía dividido porque, en Madrid, sabía como tenía que actuar o comportarme. De un lado, estaba mi padre, del otro Franco. En España no podía mezclar a los dos», le explicó, reconociendo que tuvo que habituarse a la situación porque «no había otra opción».

Con Franco, le contó, «había una cierta confianza entre nosotros, pero creo que me estudiaba todo el tiempo». «Intentaba conocer mi mentalidad, mis pensamientos. Yo intentaba ser yo mismo, ser natural con él».

La víspera de su muerte, Franco le dijo: «Alteza, la única cosa que le pido es mantener la unidad de España», según Don Juan Carlos, que incidió en que «eso quiere decir muchas cosas» y así fue como lo entendió él. «Acepté ser sucesor de Franco para servir a España. Me decía que algún día demostraría al mundo lo que quería para el país», agregó.

Del Caudillo volvieron a hablar en su último encuentro en Abu Dhabi. Entonces, Debray le preguntó qué le había dejado Franco. «Una clase media. Sin ella, no habría podido llevar a cabo la Transición», fue su respuesta.

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