Evacuadas decenas de trabajadores humanitarios del sur de Sudán del Sur tras amenazas contra varias ONG
Varias decenas de trabajadores humanitarios han sido evacuados a la capital de Sudán del Sur, Yuba, desde la localidad de Pibor, situada en el sur del país, tras una serie de amenazas vertidas contra ellos por parte de miembros de las comunidades locales relativas a la falta de oportunidades laborales para los residentes de las mismas.
Según las informaciones recogidas por la emisora sursudanesa Radio Tamazuj, el lunes fue publicada una carta firmada por una agrupación juvenil en la que se exigía que 30 trabajadores humanitarios abandonaran la zona en tres días tras acusarles de ocupar puestos de trabajo que pertenecen a la comunidad local.
«Ayer (por el martes) fueron enviados helicópteros por parte de Naciones Unidas a Pibor y fuimos evacuados a Yuba», ha dicho uno de los trabajadores humanitarios, quien ha dicho que parte de su material informático fue inutilizado por la fuerza por varias personas durante el proceso de evacuación.
Así, ha relatado que «algunos ordenadores portátiles y otros dispositivos como proyectores fueron arrebatados a varias ONG». «Sinceramente, ninguno fue golpeado, quizá porque el lugar estaba bajo protección de la Policía de la ONU», ha añadido.
En este sentido, otro de los evacuados ha manifestado bajo condición de anonimato que no se retomarán las operaciones humanitarias en Pibor a menos que haya garantías de seguridad, al tiempo que ha detallado que la carta amenazante afecta a «individuos de unas trece ONG».
Por su parte, John Allan, uno de los líderes juveniles en Pibor, ha desmentido que la comunidad planee expulsar a las organizaciones humanitarias del Área Administrativa de Gran Pibor y ha subrayado que «se hace frente a algunos elementos que ocupan trabajos destinados a jóvenes de Pibor».
Sin embargo, el administrador del Área Administrativa de Gran Pibor, Lokali Amae Bullen, ha criticado las acciones de la comunidad local y ha destacado que las autoridades están trabajando para intentar rebajar las tensiones.
«He escuchado que las ONG han empezado a irse. He estado en Yuba para una reunión y planeo volver a Pibor para resolver el asunto», ha puntualizado, sin dar más detalles sobre los posibles contactos que ha mantenido a tal fin.
En este contexto, el coordinador humanitario de la ONU en Sudán del Sur, Matthew Hollingworth, ha condenado las «últimas amenazas» contra organizaciones humanitarias en Pibor y ha pedido a las autoridades y las comunidades que garanticen la seguridad del personal humanitario.
«Estoy profundamente preocupado por la última amenaza por parte de grupos juveniles contra trabajadores humanitarios que sirven a la comunidad sursudanesa», ha dicho en un comunicado publicado por su oficina.
«Están aquí para entregar ayuda vital para las personas más vulnerables, incluidas mujeres, niños y ancianos», ha señalado, antes de hacerse eco del contenido de la carta.
De esta forma, Hollingworth ha hecho hincapié en que «las consecuencias de estas amenazas impactarán en la entrega de servicios fundamentales para la gente, como asistencia alimentaria urgente, servicios sanitarios y nutricionales y apoyo a la protección, entre otros».
«Sin estos trabajadores de primera línea, todos los cuales son ciudadanos sursudaneses, no podemos llegar a gente con ayuda vital y las necesidades humanitarias de la gente se ahondarán», ha explicado, antes de alertar de que las evacuaciones afectan a las operaciones para más de 100.000 personas.
Hollingworth ha hecho además hincapié en que «la preocupante tendencia de amenazas y ataques por parte de grupos juveniles contra trabajadores humanitarios es inaceptable y debe detenerse». «Pido a todas las partes, a todos los niveles, que respeten, protejan y permitan la acción humanitaria», ha señalado.
«Esta tendencia de atacar a ciudadanos sólo sirve para retrasar y desanimar las iniciativas de desarrollo públicas y privadas que todos deseamos que funcionen junto a los esfuerzos para dar alivio a las zonas más vulnerables del país», ha argüido.
La oficina de Hollingworth ha apuntado que desde el inicio de año ha habido amenazas y ataques en Renk, en Alto Nilo, y Torit, en Ecuatoria Oriental, entre otros lugares de Sudán del Sur, lo que ha provocado la suspensión de actividades humanitarias y la reubicación de trabajadores.