La OMS se opone al pasaporte vacunal, lo considera «discriminatorio» al no haber igualdad de acceso a la vacuna
El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha destacado este martes la postura contraria del organismo a los pasaportes vacunales, al considerar que es una «medida discriminatoria», puesto que «no hay igualdad de acceso a las vacunas».
A su juicio, el pasaporte vacunal se podría considerar en el futuro si la cobertura vacunal aumentara y se pudiera establecer un sistema uniforme, «pero cuando sea el momento oportuno», ha abundado.
En este sentido, al igual que la pasada semana, ha recordado que la moratoria de dosis de recuerdo de la vacuna de la Covid-19 «debería mantenerse hasta, al menos, finales de este año». Además, ha continuado, «la tercera dosis debe cubrir sobre todo a los pacientes inmunodeprimidos, pero nada más»
«Hemos tenido alrededor de 2.000 científicos que han debatido sobre el mismo tema, y que no recomienda, al menos hasta ahora, el uso de dosis de recuerdo, y hasta que no tengamos pruebas fehacientes es importante que esperemos». A la vez, ha proseguido, «hay que recordar que hay países con menos del 3 por ciento de la cobertura de vacunación, sobre todo en África, con muchas personas que ni siquiera han recibido la primera pauta, y empezar con el recordatorio, sobre todo, dárselo a personas que no están sanas, no está bien», ha sentenciado el director general de la OMS. «La posición de la OMS detener uso de dosis de recuerdo hasta finales de año», ha reiterado.
En este sentido, ha recordado que los objetivos globales de la OMS pasan por apoyar a todos los países para que vacunen al menos al 40 por ciento de su población a finales de este año, y al 70 por ciento de la población mundial a mediados del año que viene. «Hasta ahora, solo 2 países de África han alcanzado el objetivo del 40 por ciento, el más bajo de cualquier región. Eso no se debe a que los países africanos no tengan la capacidad o la experiencia para desplegar las vacunas Covid-19; es porque se han quedado atrás».
En esta línea, Tedros ha lamentado que se han administrado más de 5.700 millones de dosis de la vacuna en todo el mundo, pero solo el 2 por ciento de ellas se han administrado en África. «Esto deja a personas con alto riesgo de enfermedad y muerte expuestas a un virus mortal contra el que muchas otras personas alrededor del mundo gozan de protección», ha señalado, para avisar de que, cuanto más persista la inequidad en las vacunas, más circulará y más cambiará el virus; más tiempo persistirá el problema social y económico; y más posibilidades hay de que surjan más variantes que hagan que las vacunas sean menos efectivas».
«Hasta ahora, COVAX ha enviado más de 260 millones de dosis de la vacuna de la Covid-19 a 141 países, pero el organismo también ha enfrentado varios desafíos, ya que los fabricantes priorizan los acuerdos bilaterales y muchos países de altos ingresos atan el suministro mundial de vacunas», ha apuntado el dirigente del organismo de Naciones Unidas, antes de insistir en que «la inequidad en las vacunas es un problema solucionable».
Por ello, ha hecho un llamamiento a los países que ya han alcanzado altos niveles de cobertura vacunal, para que estos intercambien sus entregas de vacunas a corto plazo con COVAX y el Fondo Africano de Adquisición de Vacunas (AVAT); para que cumplan sus compromisos de reparto de dosis inmediatamente, y para facilitar el intercambio de tecnología y know-how para apoyar la fabricación regional de inyecciones.
Por otro lado, ha pedido a todos los países y fabricantes que compartan información sobre acuerdos bilaterales con COVAX y AVAT, a fin de que se sepa dónde se necesita más vacunación, así como proyecciones de suministro y entrega para que los países puedan estar listos para desplegar inmediatamente las vacunas cuando lleguen. «Seguiré pidiendo la equidad de las vacunas hasta que la consigamos», ha reiterado Tedros.
Para apuntalar la posición que mantiene la OMS al respecto de la tercera dosis, la directora de las campañas de inmunización de la organización, Katherine O Brien, ha subrayado que «no se trata de pedir a los países que no utilicen las vacunas de refuerzo pese a que haya pruebas fehacientes, sino todo lo contrario, decimos que se requieren pruebas para demostrar que se necesitan recordatorios y saber quiénes, dónde y cuándo se necesitan».