Periodistas paquistaníes protestan en Islamabad contra una ley que prevé penas por «difamar» autoridades
Cientos de periodistas de Pakistán han salido a las calles este lunes en Islamabad para protestar contra un proyecto de ley que prevé la implementación de tribunales para penalizar a medios y profesionales que «difamen» a autoridades, entre otras cosas.
Los periodistas se han congregado a las afueras del edificio del Parlamento, según ha recogido el diario Dawn . Diferentes partidos políticos, sindicatos estudiantiles y miembros de la sociedad civil han expresado su «solidaridad» con los profesionales de los medios de comunicación en la protesta.
La protesta comenzó el domingo con un marcha desde el Club Nacional de Prensa paquistaní y los participantes han llegado al Parlamento durante esta jornada. Está prevista una sentada hasta que el presidente de Pakistán, Arif Alvi, intervenga en una sesión conjunta parlamentaria en la que está prevista la aprobación de la legislación.
Los periodistas temen que la nueva ley comprometa aún más la poca libertad de prensa que existe en Pakistán. «No aceptaremos estas crueles regulaciones», han coreado los manifestantes ante los legisladores paquistaníes que han entrado en el Parlamento, según recoge la agencia DPA.
Además de los tribunales para penalizar a medios y periodistas que difamen a autoridades como generales militares, jueces o líderes gubernamentales, la ley permite al Gobierno paquistaní controlar las redes sociales a través de la creación de una autoridad regulatoria.
Pakistán puntúa bajo en los índices de libertad global publicados en los últimos años, con grupos defensores de los derechos criticando que el comportamiento del Gobierno con la prensa es «predador» y «autoritario».
La libertad de prensa ha estado bajo constantes ataques desde que el Gobierno del primer ministro, Imran Jan, echó a andar en 2018, después de unas elecciones que se vieron empañadas por acusaciones de fraude.
Varios periodistas han sido objetivo de violentos ataques, mientras que otros han sido torturados, secuestrados, intimidados o han perdido sus trabajos por criticar a las agencias militares y de Inteligencia más poderosas del país.