Las enfermedades sistémicas presentan con frecuencia afectación ocular, según los reumatólogos
En las patologías reumáticas se ha demostrado que las enfermedades sistémicas presentan con frecuencia afectación ocular e, incluso, los niños también pueden sufrir uveítis, según han puesto de manifiesto expertos durante el I Curso de la Sociedad Española de Reumatología de Patología Ocular Inflamatoria, que se ha celebrado con la colaboración de UCB.
«Se estima que entre el 35-70 por ciento de los pacientes con enfermedad de Behçet tienen afectación ocular y hasta en el 20 por ciento de los afectados puede ser la primera manifestación de la enfermedad. Además, la sarcoidosis es una de las causas frecuentes de uveítis no infecciosa en casi todo el mundo», según ha puesto de manifiesto la doctora Vega Jovani, del Servicio de Reumatología del Hospital General Universitario de Alicante, durante el curso.
En concreto, ha precisado la especialista, en la enfermedad de Behçet cualquier estructura ocular puede afectarse, pero «la manifestación oftalmológica más frecuente es la uveítis, la cual es recidivante, crónica y bilateral». Además, asegura, puede afectar a las cámaras anterior y posterior del ojo y la forma más frecuente de debut es la panuveítis. Los episodios recidivantes de uveítis posterior pueden causar daño severo en retina y pérdida de visión permanente. Por tanto, «los objetivos del tratamiento son el control rápido de la inflamación para preservar la función visual y evitar el daño irreversible, así como prevenir recidivas y complicaciones oculares. Si bien, el pronóstico visual ha mejorado en las últimas décadas con las recomendaciones actuales de tratamiento».
Respecto a la sarcoidosis, según la doctora Jovani, la afectación del globo ocular puede presentarse hasta en el 30-50 por ciento de los casos, siendo la uveítis la manifestación oftalmológica más frecuente, caracterizada por ser bilateral y crónica, pudiendo afectar a cualquier cámara ocular ocasionando uveítis anterior, intermedia o posterior.
AVANCES EN PATOLOGÍA OCULAR INFLAMATORIA
En el marco del curso, una de las coordinadoras del mismo, la doctora Esperanza Pato, reumatóloga del Hospital Universitario Clínico San Carlos de Madrid, ha destacado que «los avances en técnicas de imagen de fondo de ojo han contribuido significativamente al mejor diagnóstico y manejo de la inflamación ocular en los últimos años, resaltando el uso de tomografía de coherencia óptica (OCT) en la práctica clínica habitual y las técnicas imagen de campo amplio y la autofluorescencia del fondo del ojo».
En cuanto al tratamiento de la inflamación ocular, según ha adelantado la especialista, las novedades se centran en el tratamiento intraocular y en el sistémico. «En el primer aspecto se han desarrollado dispositivos de liberación sostenida de corticoides en la cavidad vítrea, que permiten terapia local durante periodos variables del tiempo (hasta 3 años); mientras que en el tratamiento sistémico cada vez se está utilizando más los pulsos de intravenosos de corticoides, seguidos de dosis medias-bajas de corticoides orales para evitar los efectos secundarios y se inician antes los tratamientos inmunomoduladores para prevenir las complicaciones oculares. También hay un uso cada vez más amplio de fármacos biológicos como los anticuerpos monoclonales», ha apuntado la experta.
LA UVEÍTIS EN LA INFANCIA
Por otra parte, el doctor Juan Carlos Nieto, reumatólogo del Hospital General Universitario Gregorio Marañón (Madrid), ha explicado que «la uveítis en la infancia puede ser tanto aguda como crónica». En este sentido, se estima que afecta al 10-15 por ciento de pacientes con Artritis Idiopática Juvenil (AIJ), pero su frecuencia varía en función del subtipo. En concreto, la AIJ oligoarticular puede presentar uveítis hasta en el 20-25 por ciento de los casos».
«La uveítis anterior aguda se presenta en el subtipo de AIJ asociado a entesitis, que corresponde a las espondiloartritis juveniles, y cursa de forma similar a la edad adulta. Mientras que la uveítis anterior crónica, mucho más frecuente en edad infantil y de curso asintomático, se relaciona con el resto de subtipos de AIJ, especialmente la oligoarticular», ha puntualizado el especialista, quien también ha recordado que «se desconoce la causa, aunque se sabe que está mediada por el sistema inmunológico, lo que se refleja en su asociación con los anticuerpos antinucleares».
Además, los afectados por síndromes autoinflamatorios, como la sarcoidosis juvenil o el síndrome de Blau, también pueden desarrollar uveítis, en menor proporción que en la AIJ. Respecto al abordaje, el doctor Nieto ha explicado que la uveítis anterior crónica (UAC) precisa de su sospecha y seguimiento reglado estricto, junto con un tratamiento intensivo con inmunomoduladores. «En la edad adulta los pacientes que han presentado UAC pueden seguir teniendo inflamación y siguen precisando un seguimiento periódico. En los pacientes con AIJ que no han desarrollado uveítis durante los 7-8 primeros años del curso de la enfermedad, la probabilidad de que la desarrollen disminuye mucho», ha explicado.
LA IMPORTANCIA DEL ABORDAJE MULTIDISCIPLINAR
Según la doctora Pato, la uveítis es un cuadro de inflamación ocular que se beneficia de un abordaje conjunto en el diagnóstico porque puede estar asociada a un grupo de enfermedades muy heterogéneas (propiamente oculares, infecciosas, enfermedades sistémicas), por lo que su diagnóstico es complejo y resulta esencial el estudio de forma multidisciplinar. «Al realizar una consulta común y un abordaje coordinado, se consiguen los mejores resultados para el paciente», señala.
Asimismo, ha añadido que «es fundamental un abordaje multidisciplinar en el tratamiento porque en muchas ocasiones el paciente no solo va a requerir terapia tópica ocular, sino que también va a necesitar tratamiento antiinflamatorio sistémico con corticoides orales, inmunomoduladores y fármacos biológicos para evitar complicaciones oculares y la ceguera, y estas terapias requieren un seguimiento estricto para evitar efectos secundarios».