Ismail Sabri Yakub jura como nuevo primer ministro de Malasia en medio de un nuevo récord de contagios
Ismail Sabri Yakub ha jurado este sábado su cargo como nuevo jefe del Ejecutivo del país tras la dimisión presentada este lunes por Muhyadin Yasin tras sucumbir a meses de presión por la pandemia, y en lo que supone el retorno al poder de la histórica Organización Nacional de los Malayos Unidos (UMNO) tras su hecatombe electoral de 2018, y en medio de cifras sin precedentes de contagios.
Ismail Sabri, antiguo viceprimer ministro del país y también vicepresidente del partido, emerge como un intento para solucionar la crisis política que lleva arrastrando desde hace meses el país, donde la oposición decidió retirar su respaldo al antiguo jefe del Ejecutivo a raíz de una serie de polémicas restricciones llevadas a cabo sin consultar con el monarca, y que en nada parecen haber contribuido a reducir los casos.
Este mismo sábado, los contagios diarios han vuelto a alcanzar un nuevo récord con unos 23.500 nuevos contagios, hasta alcanzar 1,5 millones de contagios y más de 13.700 muertes totales; más de un tercio de los cuales solo en el último mes.
«Su Majestad ha expresado su opinión de que, con el nombramiento del primer ministro, el Gobierno debe continuar los esfuerzos para combatir la pandemia de inmediato para el beneficio y la seguridad de las personas y el bienestar del país, que se ven muy afectados por esta crisis», según informó ayer el Palacio Real en un comunicado.
Aún así, Ismail Sabri, de 61 años, se enfrenta un camino difícil por delante para permanecer en el cargo: el monarca ha recomendado que se someta a un voto de confianza en el Parlamento lo antes posible. Además, aunque lo gane, tendrá que convocar otras elecciones generales para julio de 2023.
CONVULSIÓN POLÍTICA
Muhyidin, quien se convirtió en primer ministro después de una lucha por el poder tras la repentina renuncia de Mahathir Mohamad el año pasado, había intentado ejercer el control a principios de 2021 al declarar el estado de emergencia y suspender el Parlamento.
El exprimer ministro citó la pandemia como una razón y obtuvo el consentimiento del rey, pero las infecciones aumentaron y la economía acabo resintiéndose ante las directivas gubernamentales en conflicto.
De hecho, hace dos semanas el Banco Central de Malasia recortó su pronóstico de crecimiento económico para 2021 por segunda vez, ya que las renovadas restricciones de movimiento y el aumento de las infecciones obstaculizan la recuperación.
Sumadas estas razones, la UMNO regresa a la Jefatura del Ejecutivo después de unos tres años de ausencia tras la debacle electoral originada en el escándalo asociado a la gestión del superfondo 1MDB por el que el exprimer ministro malasio Najib Razak fue condenado el año pasado a doce años de cárcel.
SIGUE LA VIOLENCIA
Este traspaso de poderes tiene lugar en medio de nuevos enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y la organización terrorista Abú Sayaf. El último de ellos ha ocurrido precisamente este viernes en una plantación de aceite de palma en el este del país, y se ha saldado con dos terroristas fallecidos.
El tiroteo tuvo lugar cerca de Sandakan, en la costa de la parte malaya de Borneo, según ha informado al Borneo Post el jefe de la Policía del estado de Sabá, Hazani Ghazali.
Al parecer, los terroristas planeaban secuestrar a los propietarios de las plantaciones locales para pedir un rescate, siguiendo su tradicional modus operandi. Hay que recordar que Malasia es el segundo mayor productor y exportador mundial de aceite de palma después de Indonesia.