La música imaginada y el silencio desencadenan una actividad cerebral similar, según dos estudios
Imaginar una canción desencadena una actividad cerebral similar a los momentos de silencio en la música, según un par de estudios publicados recientemente en la revista JNeurosci, que revelan cómo el cerebro sigue respondiendo a la música, incluso cuando no se reproduce ninguna.
Cuando se escucha música, el cerebro intenta predecir lo que vendrá después. Una sorpresa, como una nota fuerte o un acorde discordante, aumenta la actividad cerebral. Sin embargo, es difícil aislar la señal de predicción del cerebro porque también responde a la experiencia sensorial real.
Los investigadores del Laboratoire des Systèmes Perceptifs, Département d Étude Cognitive, École Normale Supérieure, en París (Francia), usaron EEG para medir la actividad cerebral de los músicos mientras escuchaban o imaginaban melodías de piano de Bach. La actividad mientras se imaginaba música tenía la polaridad opuesta de la actividad mientras se escuchaba música, es decir, cuando una era positiva, la otra era negativa. El mismo tipo de actividad ocurrió en los momentos silenciosos de las canciones cuando estadísticamente pudo haber habido una nota, pero no la hubo.
No hay información sensorial durante el silencio y la música imaginaria, por lo que esta actividad proviene de las predicciones del cerebro. El equipo de investigación también decodificó la actividad cerebral para determinar qué canción estaba imaginando alguien. Los investigadores encuentran que la música es más que una experiencia sensorial para el cerebro. En cambio, el cerebro sigue haciendo predicciones incluso cuando no se reproduce música.