Satse cuestiona que la venta libre de test de autodiagnóstico en farmacias ayude a controlar la pandemia
El Sindicato de Enfermería (Satse) ha cuestionado que la venta libre de test de autodiagnóstico en farmacias ayude a controlar la pandemia, señalando que es una medida que «no posibilita un correcto y eficaz control y seguimiento» del coronavirus y que, además, puede «perjudicar» a las personas al llevar a situaciones de «falsa seguridad o intranquilidad» si no se hace e interpreta de manera correcta, provocando «incertidumbre, inseguridad e inestabilidad» personal, laboral y familiar.
Así, el sindicato ha rechazado la decisión del Gobierno de descargar en el ciudadano la «importante responsabilidad» que conlleva, no solo la realización e interpretación de este tipo de pruebas diagnósticas, sino su pertinente comunicación al centro sanitario correspondiente en el caso de que entienda que su resultado es positivo, así como al centro de trabajo y a posibles contactos estrechos para su seguimiento, vigilancia y, si procede, aislamiento preventivo.
En este sentido, Satse ha recordado que la eficacia y fiabilidad de este tipo de pruebas diagnósticas es menor y, además, en función de cómo se realiza la recogida de la muestra, puede arrojar resultados «inexactos» que lleven a confundir la interpretación de los mismos, pudiendo provocar falsos positivos y falsos negativos.
«La falta de experiencia y de los conocimientos necesarios puede afectar a la precisión de las pruebas, y, con ello, el aumento de falsos negativos y falsos positivos. La toma de las muestras y la interpretación de la información no es un acto banal ni sencillo y, mucho menos, para una persona que no es un profesional sanitario», ha detallado la organización sindical.
Por ello, y de cara a garantizar un correcto seguimiento y control de la pandemia, Satse ha reiterado que estas pruebas diagnósticas deben ser realizadas en los centros y con los recursos que forman parte de los dispositivos de salud pública existentes en cada comunidad autónoma y por parte de los profesionales sanitarios cualificados y competentes, como es el caso de las enfermeras y enfermeros, en lugar de descargar toda la responsabilidad en el propio ciudadano.
De igual manera, señala, los resultados obtenidos tienen que estar integrados en el sistema de vigilancia epidemiológica de la sanidad pública para poder actuar en consecuencia en cada caso y adoptar en todo momento las decisiones pertinentes para controlar la propagación del virus.
Al respecto, Satse ha apuntado apunta que, «en ningún caso», debe hacerse mediante registros clínicos o de datos personales en las oficinas privadas de farmacia. Asimismo, y ante el argumento de que esta medida logrará reducir la presión asistencial en los centros, considera que provocará «justo lo contrario», ya que la «incertidumbre e inquietud» que generará en los ciudadanos la autorrealización de estas pruebas diagnósticas llevará a los afectados, en muchas ocasiones, a contactar o acudir a los centros con el consiguiente incremento de la actividad de en los mismos.
De otro lado, y en relación a la buena acogida que ha tenido este medida en el sector privado farmacéutico, la organización sindical entiende que dicho sector privado la valore como muy positiva, pues «indudablemente» supone una «clara y fácil» oportunidad de negocio que contribuirá a incrementar su volumen de beneficios, al ingresar entre 8 y 10 euros por cada test que vendan en su establecimiento comercial.
En cuanto a su ofrecimiento de coordinar el registro y notificación de los datos que resulten de los test de autodiagnóstico, Satse ha criticado firmemente la insistente intención de las oficinas privadas de farmacia de confundir a la opinión pública al hablar como si éstas fuesen un centro sanitario público cuando son establecimientos comerciales privados en los que mayoritariamente se venden medicamentos y todo tipo de productos de higiene, estética o aseo personal.
Al respecto, Satse ha pedido a la administración sanitaria que no baje la guardia ante el permanente intento de las farmacias de crecer en su margen de negocio intentando mimetizarse y confundir a la opinión pública como si fuesen centros sanitarios, porque no lo son de ninguna manera.