Rusia acomete la mayor subida de tipos desde 2014 y fija la tasa en el 6,5% para frenar la inflación
Advierte del riesgo de una normalización más rápida de lo esperado de la política monetaria en las economías avanzadas
El Banco de Rusia ha decidido subir 100 puntos básicos la tasa de referencia para sus operaciones, que pasará a situarse en el 6,50%, en lo que representa el mayor endurecimiento de la política monetaria rusa desde la crisis de 2014 ante el aumento de las presiones inflacionistas, lo que puede hacer necesarias nuevas subidas de tipos, según ha advertido la institución.
El organismo presidido por Elvira Nabiullina ha justificado la decisión por el «desplazamiento significativo del balance de riesgos», que puede provocar que la inflación se desvíe por encima de la meta de estabilidad del 4% durante un período más largo.
La entidad ha indicado que los riesgos proinflacionarios a corto plazo también están asociados con la mayor volatilidad en los mercados globales causada en parte por diversos desarrollos geopolíticos, que pueden afectar el tipo de cambio y las expectativas de inflación.
«Además, dado que la recuperación económica mundial está avanzando a un ritmo más rápido de lo esperado y ya no existe la necesidad de políticas acomodaticias sin precedentes en las economías avanzadas, es posible una normalización de la política monetaria más temprana en estos países, lo que puede convertirse en un impulsor adicional del crecimiento de la volatilidad en los mercados financieros mundiales», ha advertido.
De este modo, la institución ha adelantado que si la situación se desarrolla de acuerdo con el pronóstico de referencia «considerará la necesidad de un aumento adicional de las tasas clave en sus próximas reuniones».
En el mes de junio, la tasa de inflación anual de Rusia escaló al 6,5% desde el 6% registrado en mayo como consecuencia de que el crecimiento de la demanda interna supera la capacidad de expansión de la producción en una amplia gama de sectores, lo que facilita a las empresas trasladar los mayores costes a los precios.
Según las previsiones del instituto emisor ruso, la inflación del país alcanzará un rango de entre 5,7% y 6,2% en 2021, mientras que confía en que descenderá hasta una horquilla de entre el 4% y el 4,5% en 2022 y se mantendrá cercana al 4% más adelante.
Asimismo, teniendo en cuenta la situación en la economía rusa y mundial, así como la decisión de julio de la OPEP+ de expandir la producción de petróleo, el Banco de Rusia pronostica un crecimiento del PIB de entre el 4% y el 4,5% en 2021, que en 2022 y en 2023 pasará a ser de entre un 2% y un 3%.