Los esfuerzos respiratorios en pacientes con COVID-19 podrían provocar lesiones pulmonares, según estudio
Investigadores de la Universidad de Warwick (Reino Unido) han estudiado el impacto de los elevados esfuerzos respiratorios en los pulmones de los pacientes que sufren una insuficiencia respiratoria aguda debida a la COVID-19 y han evaluado la probabilidad de que se produzcan lesiones pulmonares.
Aunque la ventilación mecánica es una intervención que salva vidas, el potencial de los ventiladores mecánicos para dañar aún más los pulmones ya enfermos mediante la aplicación de presiones y fuerzas excesivas es ahora bien reconocido entre los médicos de cuidados intensivos, que implementan protocolos específicos para minimizar el riesgo de la llamada lesión pulmonar inducida por el ventilador.
La llamada lesión pulmonar autoinfligida por el paciente es un concepto controvertido en la comunidad de cuidados intensivos, ya que algunos clínicos insisten en que no hay pruebas de su existencia, mientras que otros sostienen que los pacientes deben, si es necesario, ser sometidos a ventiladores mecánicos para evitarla.
Existe un debate sobre la posibilidad de que un mayor esfuerzo respiratorio genere una lesión pulmonar autoinfligida por el paciente en pacientes que respiran de forma espontánea con insuficiencia respiratoria COVID-19 hipoxémica aguda, aunque las pruebas clínicas directas que relacionan el mayor esfuerzo inspiratorio con la lesión pulmonar son escasas.
En su estudio, publicado en la revista Annals of Intensive Care , los investigadores han adaptado un simulador computacional de fisiopatología cardiopulmonar para cuantificar las fuerzas mecánicas que podrían provocar una lesión pulmonar autoinfligida al paciente, a diferentes niveles de esfuerzo respiratorio. El simulador se configuró para representar a una población de 10 pacientes con COVID-19, tratados con oxígeno suplementario.
Para cada uno de estos pacientes, se probaron simulaciones a través de un rango de volúmenes tidales (profundidad de la respiración) y frecuencias respiratorias, desde un volumen tidal de 7 ml/kg y una frecuencia respiratoria de 14 respiraciones por minuto (representando una respiración normal), hasta un volumen tidal de 10 ml/kg y una frecuencia respiratoria de 30 respiraciones por minuto (representando un alto esfuerzo respiratorio).
Los resultados de las simulaciones indicaron que podrían generarse presiones y tensiones potencialmente perjudiciales a los niveles de esfuerzo respiratorio que los médicos ven con frecuencia en los pacientes de COVID-19.