El ex número dos de Interior con Fernández Díaz declara este lunes ante el juez por la Operación Kitchen
El miércoles será el turno del perito que analizó los supuestos mensajes entre ministro y secretario de Estado
El exsecretario de Estado de Seguridad Francisco Martínez declarará este lunes como imputado ante el juez que investiga la Operación Kitchen , Manuel García-Castellón, el cual sospecha que el antiguo número dos del Ministerio de Interior tuvo una implicación «directa» en el presunto espionaje parapolicial al extesorero del PP Luis Bárcenas.
Martínez, que ya ha declarado en anteriores ocasiones, incluido un careo con su ex jefe, Jorge Fernández Díaz, volverá a responder a las preguntas del magistrado de la Audiencia Nacional sobre la operación que se habría montado en julio de 2013 desde el Ministerio de Interior, con recursos policiales y fondos reservados, para espiar a Bárcenas y su entorno y sustraerles la documentación comprometedora que pudieran tener sobre el PP y sus dirigentes para que no llegara a la Justicia.
Según expuso el titular del Juzgado Central de Instrucción Número 6 en un reciente auto, ha podido ahondar en el supuesto rol de Martínez en este entramado a raíz de las agendas incautadas al comisario jubilado José Manuel Villarejo el pasado mes de octubre, que contienen notas manuscritas referidas a los años 2012, 2013 y 2014, lo cual incluye el marco temporal en el que se habría desarrollado Kitchen .
García-Castellón resaltó «la fluida relación que se aprecia entre Villarejo y Martínez, aún antes de que éste fuese nombrado secretario de Estado de Seguridad». Así, el 23 de octubre de 2012, el policía escribió que el entonces jefe de Gabinete del ministro avisa al DAO, Eugenio Pino, de «que solo informe al N1», Fernández Díaz, lo que –para el juez– evidencia «una relación directa» entre el comisario, Pino y el titular de Interior, «dejando de lado a todos los mandos intermedios».
El nombre de Martínez, apodado Chisco por Villarejo, aparece ya en la primera anotación del agente retirado sobre Kitchen , el 11 de julio de 2013, fecha en la que el magistrado ha situado el arranque del operativo parapolicial. «Charla de 45 minutos. Plan contra LB. Interv. comunicaciones, registros y citación de mujer e hijo», plasmó junto a dicho alias.
Días después, el 15 de julio, Chisco vuelve a surgir en los apuntes de Villarejo. «Quiere plan estratégico para salir del caso LB», expuso. Y, a renglón seguido, añadió junto al apodo de Martínez: «Problemática por posibles grabaciones».
De los garabatos del comisario jubilado, García-Castellón deduce que Martínez también se involucró en el plan para captar al conductor de la familia Bárcenas, Sergio Ríos. El 18 de julio de 2013, junto a Chisco , rubricó «forzando contacto con chófer LB». «Muy preocupado por datos CHEF», completó Villarejo al día siguiente sobre Martínez en alusión a Ríos, al que se suele referir como cocinero o chef en sus agendas.
Para el juez, «la secuencia transcrita pone de manifiesto (…) la importancia que el asunto tuvo para el secretario de Seguridad, quien asume de forma directa la obtención de información de forma diaria, resultando especialmente sorprendente que el secretario de Estado se involucre hasta ese nivel en un asunto de esta naturaleza».
Las anotaciones realizadas en esos años coinciden con lo declarado el pasado 2 de julio por Villarejo en sede judicial. Según él, comenzó a trabajar para la Kitchen porque así se lo pidieron desde el Ministerio de Interior, incluyendo a toda la cadena de mando: desde Fernández Díaz y Martínez al entonces director general de la Policía Ignacio Cosidó y Pino. El comisario aseguró que con Chisco despachaba casi a diario.
MENSAJES PROTOCOLIZADOS
El miércoles, también comparecerá por Kitchen el perito ingeniero Javier Rubio Alamillo, a propuesta de la defensa de Fernández Díaz, con la intención de que el testigo aclare el dictamen emitido el pasado mes de noviembre donde afirmó que los mensajes que Martínez protocolarizó ante notario están «manipulados».
El informe, presentado después del cara a cara entre el ex ministro y el ex secretario de Estado en la Audiencia Nacional, sostiene que los mensajes en los que Fernández Díaz supuestamente pedía a Martínez que se informara sobre la Kitchen presentan «notables irregularidades» y, por tanto, adolecen «de una alta probabilidad de manipulación», tras analizar las dos actas notariales levantadas sobre los mismos.
La firmada en junio de 2019 por el notario de Mahón (Menorca) Alberto Vela Navarro-Rubio se refiere a dos mensajes que habrían sido enviados en el verano de 2013: en el primero, Fernández Díaz habría encargado a Martínez que averiguara si el chófer de Bárcenas era un confidente policial; y, en el otro, sería el ex secretario de Estado el que conmina al ex ministro a hablar después de que éste «tenga el contacto Cecilio», que es como se denomina al CNI en el argot policial.
La segunda acta notarial, que levantó el fedatario público Enrique A. Franch Quiralte, estaría relacionada con un mensaje en el que se informaría de que «la operación se hizo con éxito», en alusión al volcado de la información que contenían «2 iphones y 1 Ipad» que pertenecerían al ex tesorero del PP.
Con estas comparecencias se pondrá fin a la tanda de interrogatorios que García-Castellón comenzó a finales del mes de junio y que ha hecho desfilar por la Audiencia Nacional a la ex secretaria general del PP María Dolores de Cospedal y su marido, el empresario Ignacio López del Hierro; al que fuera jefe de Gabinete de ella José Luis Ortiz; y al ex jefe de la UDEF José Luis Olivera, todos ellos como investigados.
Asimismo, el instructor ha tomado declaración al propio Villarejo –hasta dos veces en este intervalo de tiempo–, también como imputado; al extesorero y su mujer, Rosalía Iglesias, que en esta pieza separada figuran como perjudicados; y al inspector principal de Gürtel, Manuel Morocho, en calidad de testigo.