Lagarde defiende el compromiso del BCE con la nueva meta del 2%

La modificación de su objetivo de estabilidad de precios dota de mayor flexibilidad al BCE en futuras crisis

La presidenta del Banco Central Europeo (BCE) ha defendido en rueda de prensa que la decisión «unánime» del Consejo de Gobierno de fijar en el 2% el objetivo de inflación a medio plazo de la entidad permitirá mejorar la claridad del mensaje de estabilidad de precios de la institución y anclar mejor las expectativas de inflación.

«Esta meta cuantitativa específica es clara y fácil de comunicar, y proporciona un ancla fuerte para las expectativas de inflación, que es esencial para mantener la estabilidad de precios», ha explicado Lagarde, para quien la fórmula anterior daba pie en a percepciones erróneas sobre las aspiraciones del Consejo.

Asimismo, la francesa ha defendido que la nueva formulación «elimina cualquier posible ambigüedad y transmite resueltamente que el 2% no es un límite», ya que el compromiso del Consejo con el objetivo «es simétrico», lo que significa que se consideran igualmente indeseables las desviaciones negativas y positivas de la inflación respecto del objetivo.

En este sentido, Lagarde ha indicado que, para mantener la simetría de su meta de inflación, el BCE reconoce la importancia de las implicaciones del límite inferior efectivo sobre los tipos de interés nominales, cuando tienden a ser bajos a lo largo del ciclo económico, como en la actualidad.

«En estas condiciones, ante grandes shocks adversos, la respuesta de política del BCE, según corresponda y basada en un cuidadoso análisis de proporcionalidad, incluirá medidas de política monetaria especialmente contundentes», ha asegurado la presidenta del BCE, añadiendo que esta también puede requerir un uso más persistente de sus instrumentos de política monetaria y puede implicar «un período transitorio en el que la inflación esté moderadamente por encima de la meta».

Por otro lado, el Consejo de Gobierno del BCE ha mantenido los tipos de interés como su principal instrumento de política monetaria. El resto de instrumentos (orientaciones a futuro, compras de activos y operaciones de financiación a más largo plazo) seguirán formando parte de la caja de herramientas y se emplearán «según sea necesario».

La monitorización de inflación se seguirá haciendo mediante el índice armonizado de precios al consumo (IACP). No obstante, el BCE considera que la inclusión de costes relacionados con la vivienda en propiedad representaría mejor la inflación. Dado que el proyecto de inclusión llevará varios años, el BCE tendrá en cuenta mediciones de inflación que incorporen estimaciones iniciales del coste de vivienda en propiedad.

«La nueva estrategia es un pilar sólido que nos guiará en la ejecución de la política monetaria en los próximos años», ha subrayado la presidenta de la autoridad monetaria, para quien uno de los primeros efectos visibles de los cambios introducidos será un comunicado introductorio más «nítido y con menos jerga» tras la reunión del Consejo de Gobierno que se celebrará el próximo 22 de julio.

CAMBIO CLIMÁTICO

La tercera pata de la revisión estratégica, tras la medición de inflación y el objetivo, es la inclusión de consideraciones de cambio climático. El BCE ha decidido incluir este tipo de valoraciones en su estrategia debido a sus implicaciones macroeconómicas.

«Atajar el cambio climático es un desafío global y una prioridad política para la Unión Europea», ha explicado el BCE. Aunque ha reconocido que la responsabilidad «primaria» es de gobiernos y parlamentos, ha explicado que lo incorporará en su estrategia «dentro de su mandato».

En concreto, el BCE acelerará su desarrollo de nuevos modelos y realizará análisis teóricos y empíricos para vigilar las implicaciones del cambio climático en la economía, el sistema financiero y la transmisión de política monetaria a través de los mercados financieros y el sistema bancario.

El instituto emisor también desarrollará indicadores experimentales para instrumentos financieros verdes y para registrar la huella de carbono de las instituciones financieras, así como su exposición a riesgos físicos derivados del cambio climático.

Por otro lado, el BCE obligará a bancos y entidades financieras a que cumplan «requisitos de desglose» en los activos par que sean elegibles como colateral (garantía) o para ser incluidos en las compras de activos.

NUEVA REVISIÓN EN 2025.

Por otro lado, en la presentación de los resultados de la primera revisión de la estrategia del BCE desde 2003, Lagarde ha subrayado que la entidad no puede permitirse pasar otros 18 años sin evaluar sus políticas, por lo que se llevarán a cabo revisiones periódicas de la estrategia.

De esta manera, en principio se volverá a realizar una evaluación de la estrategia del BCE en 2025.

«El Consejo de Gobierno se propone evaluar periódicamente la idoneidad de su estrategia de política monetaria, con la próxima evaluación prevista para 2025», recoge el BCE en el documento donde se señalan las conclusiones de esta revisión, que la institución ha llevado a cabo durante los últimos 18 meses.

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