Expertos alertan del impacto de la Covid-19 para eliminar la hepatitis C y reclaman apostar por el diagnóstico precoz
MADRID, 7
Expertos hepatólogos han alertado este miércoles del impacto negativo que ha tenido la pandemia de la Covid-19 en el objetivo de lograr la eliminación de la hepatitis C, con el reto puesto en lograr este objetivo en 2030, tal y como marca a nivel mundial la Organización Mundial de la Salud (OMS), y han reclamado la integración de las estrategias de control, la monitorización y la mejora de la vigilancia epidemiológica y necesidades de un diagnóstico precoz.
Así lo han destacado durante el encuentro Retos en Salud Pública para la Enfermedad Hepática , dirigido por el doctor José Luis Calleja, del Hospital Universitario Puerta de Hierro, y apoyado por Gilead Sciences.
España está a la cabeza del mundo en la erradicación de esta patología, solo superada por Islandia y, de no haber sido por el parón de la pandemia de la Covid-19, podría haberse cumplido en 2024, según han puesto de manifiesto los participantes.
En concreto, la OMS se ha marcado como objetivo último a nivel mundial el de eliminar las hepatitis víricas como problema de salud pública. Para ello, se fijan las metas mundiales de reducir las nuevas infecciones por virus de la hepatitis en un 90% y la mortalidad por las enfermedades que causan en un 65% para 2030.
Unos objetivos que se alejan ante la influencia negativa que ha tenido la pandemia de la Covid-19. «Un año de retraso en los programas de hepatitis C reducen los diagnósticos de nuevos casos en 90.000 personas, sobre todo en los países de baja renta, lo que se traduce en un aumento de casos incidentes y en la pérdida de nuevas oportunidades de tratamiento», ha explicado el doctor Agustín Albillos, jefe de Servicio de Gastroenterología del Hospital Ramón y Cajal.
RETOS A AFRONTAR
Ante esta situación Julia del Amo, responsable del Plan Nacional Hepatitis del Ministerio de Sanidad , Consumo y Bienestar Social, ha marcado como retos la mejora de la vigilancia de la monitorización en las hepatitis virales; promover un diagnóstico precoz del carcinoma hepatocelular (CHC) o hepatocarcinoma –uno de los cánceres con mayor tasa de incidencia y mortalidad, entre los que afectan al hígado— y el trabajo coordinado con la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios para adoptar las pruebas rápidas en entornos comunitarios con las nuevas necesidades e integrar las respuestas frente a infecciones de transmisión sexual (ITS) y hepatitis virales.
Unos retos a los que hay que hacer frente para lograr ese objetivo de 2030 en los que también han coincidido el resto de ponentes. El doctor Pablo Ryan, adjunto al Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Infanta Leonor, ha destacado la necesidad de conocer la magnitud y los problemas «reales» de la situación, mediante herramientas para el diagnóstico como programas de cribado como uno de los pasos para abordar el asunto.
En este sentido, se ha puesto de manifiesto que el 30% de las personas que conviven con esta patología en nuestro país aún no han sido diagnosticadas y aproximadamente un 20% de los nuevos casos que se detectan son pacientes con la enfermedad hepática avanzada. Según ha explicado el doctor Albillos, la prevalencia se concentra fundamentalmente en varones entre 50 y 70 años, «un colectivo muy concreto que tampoco es muy frecuentador de los centros de salud».
En este sentido, todos los ponentes han coincidido en el que diagnóstico precoz del VHC es fundamental tanto para evitar la progresión de la enfermedad hepática como para frenar la transmisión de la infección, aunque han trasladado sus dudas sobre cribados etarios o centrado en grupos de riesgo u en otros factores para la búsqueda de «pacientes perdidos».
Los cálculos expuestos indican que cerca de 77.000 personas tienen el virus activo. El diagnóstico se ve dificultado, han recalcado los expertos, al tratarse de una enfermedad que no muestra síntomas, solo molestias como cansancio, y que en el 30% de los infectados ofrece resultados normales en las pruebas hepáticas.
En este sentido, los participantes han puesto de manifiesto el impacto que la Covid-19 también en este aspecto, ya que se ha pasado de atender a 1.500 personas con hepatitic C al mes antes de la pandemia a solo 500 actualmente por la saturación del sistema sanitario, algo que también ha afectado y en la estrategia de detección tanto en macroeliminación (en la población general) y microeliminación (en grupos vulnerables).
FINANCIACIÓN PARA EL TRATAMIENTO
Asimismo, se ha recalcado la necesidad de una mayor inversión de cara al tratamiento, con el punto de vista puesto en el ahorro a largo plazo que supondría el diagnóstico precoz y el acceso a la medicación universal y equitativo frente a los costes derivados al ser causa frecuente de cirrosis hepática y cáncer de hígado y la responsable del 20% de los trasplantes hepático en el país.
Así, desde la aprobación de los nuevos antivirales de acción directa (AADs) en 2015 y hasta el momento actual han sido tratados más 150.000 pacientes con éxito. Así, se ha demostrado que curan la infección (RVS) en «casi el cien por cien» de los pacientes con apenas efectos adversos, con una duración media del tratamiento de 8-12 semanas.
En este sentido, el doctor Javier Crespo, jefe del Servicio de Digestivo del Hospital Marqués de Valdecilla de Santander, ha abogado por la «dispersación delegada» en la población altamente vulnerable para que el paciente.
Pero no todo son aspectos negativos de la pandemia, según han destacado, ha ayudado a factores como la teleasistencia para poder hacer teleseguimiento y la telefarmacia y, en este sentido, se ha puesto como ejemplo el trabajo de Unidad Móvil de Cribado de Madrid, que se ha demostrado «viable, implementable, eficaz y barata», según Pablo Ryan.
«Tiene que haber un plan, una voluntad política y dinero que financie ese plan», ha resumido María Buti, jefa clínica del Servicio de Hepatología y Medicina Interna del Hospital Universitario Vall d Hebron de Barcelona, que ha subrayado la necesidad «de llegar a todo el mundo» que lo necesite».
LA AGENDA POLÍTICA
Durante la jornada también se ha abordado el papel que la eliminación de esta enfermedad ocupa en la agenda política, en la que han participado los senadores Rubén Moreno (PP) y Modesto Pose (PSOE) que han coincidido en la necesidad de situar la hepatitis C «en la agenda política» como un tema de salud pública. «El papel de Senado como cámara territorial puede fortalecer el rol de coordinación que tanto echamos de menos», les ha recordado al respecto el doctor Samaniego, coordinador de la AEHVE.
El objetivo, que han compartido también con la responsable del Ministerio de Sanidad, es una mayor financiación y de mejores sistemas de información y la centralización de datos para conocer la realidad y, a partir de ahí, determinar si se pueden cumplir los objetivos de 2030.
También han recalcado el papel de la digitalización de datos para compartir información y la posibilidad que los fondos europeos supondrán para este objetivo. «Es un problema de país y es importante solucionarlo porque nos va la vida en ello», ha recalcado Moreno.
Finalmente, el doctor Federico García, responsable del Plan de Eliminación de VHC de la Junta de Andalucía, y Daniel Ceballos, del Servicio Canario de Salud (SCS), han trasladado las experiencias de ambas comunidades autónomas en materia de herramientas para hacer frente a los retos de la hepatitis C.