El PMA teme una «emergencia» alimentaria en el norte de Mozambique si no llegan más fondos
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha alertado del riesgo de «emergencia» alimentaria que corre el norte de Mozambique si no se consigue la financiación necesaria para hacer frente a una de las mayores crisis de desplazamiento del mundo, que amenaza con incrementarse mientras las familias siguen huyendo de la violencia.
El desplazamiento ha provocado que al menos a 730.000 personas en la provincia de Cabo Delgado no tengan acceso a sus tierras ni a medios para ganarse la vida. A esto se suma que casi 228.000 personas sufren inseguridad alimentaria, una cifra que se prevé que aumente a 363.000 durante la temporada de escasez que comienza en octubre.
Muchos de los que ha huido de la insurgencia en la ciudad de Palma a los distritos vecinos están siendo acogidos por los lugareños, que a su vez viven con muchas dificultades, ha manifestado la agencia de Naciones Unidas. Una presión que se añade a los ya escasos recursos de las comunidades de acogida, que luchan contra el aumento de los precios de los alimentos y la pérdida de ingresos debido a la COVID 19.
En este contexto de crisis, los niños son los más afectados, con unos 75.000 niños menores de cinco años sufriendo desnutrición aguda en una situación que previsiblemente se extenderá a más distritos, que pasarán también a niveles «críticos» de desnutrición.
Para hacer frente a esta dramática situación, el PMA ha pedido «urgentemente» 121 millones de dólares (unos 102 millones de euros) hasta finales de 2021 para apoyar a 750.000 personas en los distritos del norte de Cabo Delgado, una cifra que, de no alcanzarse, afectaría a las raciones o provocaría incluso la interrupción de la asistencia alimentaria a los desplazados el próximo mes.
Si no se reciben los fondos necesarios, la agencia tendrá que interrumpir una asistencia alimentaria, algo que «puede hacer que la crisis se descontrole», ya que las familias dependen completamente de la ayuda humanitaria.
«El conflicto ha destruido los empleos, las vidas y las esperanzas de futuro de la gente. Los insurgentes han destrozado a las familias, quemando sus casas, traumatizando a los niños y matando a la gente», ha lamentado el director ejecutivo del PMA, David Beasley.
Beasley ha agregado que estas comunidades «dependen ahora por completo del PMA» para que les proporcionen alimentos vitales y les ayuden a recuperarse, «no debemos fallarles», ha urgido.
La violencia en Cabo Delgado se ha incrementado desde 2017 con el aumento de los ataques por parte de grupos armados no estatales, un conflicto que se ha intensificado en el último año provocando que haya siete veces más personas desplazadas en 2021.