Iceta deplora los «insultos» de Vox y recalca que España «no corre peligro» y que nadie la va a «humillar»
El ministro de Política Territorial, Miquel Iceta, se ha revuelto en el Congreso contra los «insultos» de Vox por la concesión de los indultos a los presos del procés y ha asegurado que «España no corre peligro» con el gobierno y que nadie la va a «humillar»: «No ha nacido quien me humille a mí y mucho menos a España», ha enfatizado.
La airada respuesta del ministro se ha producido tras la intervención del diputado de Vox Ignacio Gil Lázaro, quien ha definido a Pedro Sánchez como un «tipo sin escrúpulos» y «un peligro para la democracia», ha llamado al Gobierno «mentiroso, traidor, cobarde y miserable», y ha tachado los indultos de «estafa», «maniobra repugnante» y «cesión ante una pandilla de golpistas enchulados».
«¿Qué más cabe esperar de ustedes? –se ha preguntado el diputado de Vox en la sesión de control en el Pleno del Congreso–. ¿Van a permitir que España se convierta en esa entelequia imbécil de Nación de Naciones? Pues España, ni se humilla ni se vende».
Iceta ha contestado que a lo que se ha comprometido el Gobierno es a abrir un proceso de diálogo y de negociación «dentro de la ley» y preservando la Constitución y los mecanismos y mayoría necesarios para cumplir los eventuales acuerdos. «No va a haber amnistía, ni autodeterminación –ha subrayado–. Va a haber diálogo y política, que es lo que ha faltado en una relación que se ha resquebrajado entre muchos catalanes y el resto de españoles».
HAY QUE SER MUY HOMBRE
Pero lo que no acepta a Vox son «los insultos» y, aunque le gustaría que Gil Lázaro los retirase, da por hecho que no lo hará porque «para eso hay que ser muy hombre». «No ha nacido quien me humille a mí y mucho menos a España –ha añadido–. El cumplimiento de una ley no humilla a España».
Y es que el ministro ha recordado que los indultos están regulados por una ley de 1870, aunque a su juicio Vox prefiere «una ley más antigua, la ley del talión, del ojo por ojo». «Pero yo siempre prefiero el Nuevo Testamento, el del perdón, la generosidad, la política, el diálogo, la fraternidad, lo contrario de lo que ustedes representan», ha espetado.
También ha querido dejar claro que sigue defendiendo la Constitución de 1978, incluyendo la posibilidad de su reforma, y ha dicho que «quien quiere la Constitución, no le importa reformarla para reforzarla». «Con nosotros España no corre peligro y se cumple la ley en todo el territorio», ha concluido.