Los psicólogos advierten que la pandemia y el maltrato institucional agravan las patologías de los mayores
El maltrato económico, el psicológico o la negligencia son algunas de las modalidades de maltrato a mayores más frecuentes en la Región
MURCIA, 14
El Grupo de trabajo de envejecimiento y el grupo de trabajo de Trauma del Colegio Oficial de la Psicología de la Región de Murcia han constatado que el aislamiento de las personas mayores con la finalidad de protegerlos de la COVID-19 ha agudizado una vulnerabilidad traumática ya existente en este sector de la población: el sentimiento de soledad no deseada.
Así lo han hecho saber ambos grupos de trabajo del Colegio Oficial de la Psicología de la Región de Murcia con motivo de la celebración del Día Mundial para la concienciación sobre el abuso y el maltrato a las Personas Mayores que se celebra el 15 de junio.
Y es que la restricción de las relaciones sociales y familiares con la deprivación emocional que esto conlleva, genera sensaciones en los mayores de incertidumbre, miedo e inseguridad, tal y como han señalado los dos grupos en declaraciones a Europa Press.
Así, señalan que a esta deprivación hay que sumarle factores específicos como la ausencia de conocimientos en herramientas tecnológicas de comunicación, las experiencias traumáticas previas vividas que se reactivan en condiciones de soledad y deprivación emocional, el ingreso en solitario en los hospitales y el carácter sorpresivo y mediático de la COVID-19.
«Este estrés psicológico continuado produce un grave caldo de cultivo que posteriormente dará lugar a diferentes patologías importantes entre las que cabe destacar el Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT», tal y como aclaran los grupos de trabajo de envejecimiento y el grupo de trabajo de Trauma del Colegio Oficial de la Psicología de la Región.
Por otro lado, estos profesionales lamentan que, en muchas ocasiones, «se ha podido producir un maltrato institucional por el hecho de que desde las instituciones no han sabido gestionar de manera adecuada la protección psicológica necesaria para promover la autonomía física y la salud mental de las personas mayores».
Así, ponen como ejemplo el cierre inesperado de los centros de día de forma inesperada ha supuesto un agravamiento de las patologías previas.
LOS TIPOS DE MALTRATO MÁS FRECUENTES EN LA REGIÓN
Estos dos grupos de trabajo han señalado que, según los datos de los que se dispone en la Región de Murcia, se puede evidenciar que entre los tipos de maltrato existentes hacia las personas mayores aparecen, sobre todo, el maltrato económico, el psicológico, la negligencia, seguidos del maltrato de tipo físico y de tipo sexual.
Además, han remarcado que se trata de un problema a nivel mundial ya que, según la OMS (2021), se trata de una situación que ocurre a diario. «Aproximadamente uno de cada 6 personas mayores de 60 años había sufrido algún tipo de abuso en los entornos comunitarios», tal y como han señalado.
Por otro lado, han confirmado que hay maltratos a mayores que suelen pasar desapercibidos porque, en ocasiones, se esconden detrás de conductas negligentes o de abandono.
En ese sentido, el Consejo General de la Psicología pide que se dispongan de dispositivos de atención profesional y de cuidado psicológico exclusivo para las personas mayores en situaciones de crisis como una pandemia; o que se amplíen las políticas para la prevención del maltrato hacia las personas mayores.
Asimismo, solicita que se disponga de ayuda psicológica en el proceso de adaptación a los cambios y pérdidas así como el hecho de que se dote de más personal las instituciones (profesionales de enfermería, auxiliares, etc.) para que se logre un abordaje multidisciplinar para una óptima calidad de vida.
Del mismo modo, estima que se hace preciso concienciar a la sociedad sobre el hecho de que existen ciertos factores de riesgo que pueden alertarnos a la hora de detectar los posibles casos de maltrato hacia las personas mayores.
Citan, por ejemplo, posibles cambios emocionales o del comportamiento de forma inexplicable, tensiones entre los miembros familiares o con los cuidadores principales, cambios en la situación económica o en las posesiones, estrés o sobrecarga en el cuidador principal, etc.