Darias: «Está en nuestras manos erradicar la transmisión del VIH y mejorar la vida de las personas que viven con él»
La ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha reafirmado este martes, ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el objetivo del Gobierno de España de llevar a efecto los objetivos del Plan Estratégico de Prevención y Control de la infección por VIH y otras ITS 2021-2030.
En este sentido, se ha referido a los objetivos de conseguir que el 95 por ciento de las personas con VIH estén diagnosticadas; que 95 por ciento de ellas esté en tratamiento; y que le 95 por ciento de ellas cuente con carga viral indetectable y, por tanto, intransmisible. Estas tres metas, ha continuado Darias, junto al llamado «0 por ciento de discriminación», forman parte de la hoja de ruta del Ejecutivo español para los próximos años, según ha informado el Ministerio en un comunicado.
«Está en nuestras manos erradicar la transmisión del VIH y mejorar la vida de las personas que viven con él», ha hecho hincapié la ministra de Sanidad, recordando que España está alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y, por ello busca «poner fin a esta epidemia en 2030».
Durante su participación en la Reunión de Alto Nivel sobre sida organizada por ONUSIDA, la ministra de Sanidad también ha repasado los «pasos de gigante» que España ha dado en la respuesta al VIH desde 2018, con la mejora de la cobertura y la financiación de los tratamientos antirretrovirales, así como la profilaxis post-exposición y la profilaxis pre-exposición.
«Apostamos por combinar dichas herramientas con el uso del preservativo y la realización de test para prevenir nuevas infecciones», ha recalcado la ministra. En esta misma línea, ha destacado las «medidas históricas» alcanzadas a través del Pacto Social por la no discriminación y la igualdad de trato asociada al VIH.
Así, ha detallado, se ha prohibido la exclusión de personas mayores que viven con VIH en las residencias públicas o privadas con plazas concertadas y se ha eliminado el criterio que excluía a las personas infectadas de la posibilidad de acceder a la función pública; algo que ha servido de catalizador de las reivindicaciones de otros colectivos, como las personas con diabetes, enfermedad celíaca o psoriasis.