Experto insta a avanzar en el diagnóstico precoz y en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca
El cardiólogo Julio Núñez Villota, del Hospital Clínico Universitario de Valencia, ha advertido de que existen aún «necesidades no cubiertas en el cuidado de los pacientes con insuficiencia cardiaca», como avanzar hacia un diagnóstico más precoz y específico, así como en el tratamiento, ya que «en cerca del 50 por ciento de los pacientes no hay estrategias terapéuticas de eficacia contrastada».
El especialista en Cardiología destaca también que hay que ampliar «la visión sobre lo que es eficaz, incluyendo la perspectiva de los pacientes, y conseguir su empoderamiento, lo que solo se consigue con educación». Para conseguir una mejora en la cobertura de esas necesidades, el doctor Núñez Villota considera «fundamental» crear conciencia social sobre el problema.
Por ello, ha hecho hincapié en que la insuficiencia cardiaca es una enfermedad que repercute intensamente sobre la calidad de vida, la capacidad funcional y el pronóstico de quienes la padecen. «Solo de esta manera conseguiremos suficiente impulso para promover más investigación y la creación de circuitos asistenciales específicos para estos pacientes», reflexiona.
«Los profesionales que nos dedicamos a la insuficiencia cardiaca nos encontramos ante numerosos retos que hemos de afrontar con solvencia. Por ejemplo, un número creciente de pacientes de perfil más desfavorable», destaca. Concretamente, añade, cada día se encuentran ante una población de mayor edad y comorbilidad. «Este último hecho nos obliga a reconfigurar objetivos terapéuticos, priorizando la calidad de vida «, expresa. Por último, añade, «hay que conseguir que el paciente se involucre más activamente en la toma de decisiones sobre su enfermedad», concluye el cardiólogo.
UNA EPIDEMIA CARDIOVASCULAR
En este mismo sentido se ha pronunciado el también cardiólogo Ramón Bover Freire, del Hospital Universitario Clínico San Carlos de Madrid, para quien la insuficiencia cardiaca es «una auténtica epidemia cardiovascular», ya que su incidencia y prevalencia no han dejado de aumentar en las últimas décadas. Esto se debe a numerosos factores, entre ellos el envejecimiento progresivo de la población y la mayor supervivencia de los pacientes con enfermedades cardiovasculares. «Esta enfermedad afecta, aproximadamente, a un 15 por ciento de la población española mayor de 75 años», ha especificado.
Las causas relacionadas con su aparición son múltiples, destacando la presencia de los factores de riesgo cardiovascular tradicionales (hipertensión arterial, diabetes, tabaquismo, obesidad, entre otros) y de enfermedades cardiovasculares previas, como la cardiopatía isquémica o las valvulopatías, entre otras.
Sin embargo, según este especialista, prevenir su aparición es posible, «con el control de los citados factores de riesgo cardiovascular, la prevención de enfermedades cardiovasculares que pueden ocasionar insuficiencia cardiaca y promocionando estilos de vida saludables, como la práctica de ejercicio físico».
Así, la prevención es un aspecto clave porque, una vez establecida la enfermedad, «su pronóstico es malo». «Peor que el de muchos de los cánceres más habituales, pues uno de cada dos pacientes con insuficiencia cardiaca fallece a los cinco años del diagnóstico», asegura el doctor Bover Freire.
En las últimas décadas, se han desarrollado programas específicos en las distintas comunidades para atender a los pacientes con insuficiencia cardiaca crónica. «El seguimiento del paciente estable se realiza en Atención Primaria, mientras que los pacientes con necesidad de más cuidados, o más graves, se atienden en unidades de insuficiencia cardiaca en el entorno hospitalario», concluye el cardiólogo del Hospital Universitario Clínico San Carlos de Madrid.