Lukashenko justifica el aterrizaje forzoso: «No queríamos un pequeño Chernóbil, ¿qué habría hecho EEUU?»

Acusa a sus «adversarios» de traspasar «líneas rojas» en una «guerra moderna» contra Bielorrusia

El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, ha justificado este miércoles el aterrizaje forzoso que tuvo lugar el domingo en Minsk de un vuelo de Ryanair que cubría la ruta entre Atenas y Vilna y ha asegurado que su intención era evitar «un pequeño Chernóbil», algo que «cualquier otro país soberano hubiera hecho, como Estados Unidos».

«¿Qué deberíamos haber hecho? (…) Respondimos adecuadamente a la información recibida», ha expresado antes de resaltar que la alerta de bomba llegó desde Suiza y que fue recibida a la vez por los aeropuertos de Atenas, Vilna y Minsk. «La parte bielorrusa llevó rápidamente la información a la tripulación del avión de acuerdo con las normas internacionales. Porque en ese momento el avión cruzó la frontera de Bielorrusia y estaba en nuestro espacio aéreo», ha explicado.

Así, ha advertido de que había 123 pasajeros a bordo de diferentes países, todos ellos «amenazados». «¿Qué queremos, un pequeño Cheróbil? ¿Y cómo reaccionaría Estados Unidos en una situación así, teniendo en cuenta su triste experiencia?», ha lamentado.

Lukashenko ha defendido que, «de acuerdo con sus deberes oficiales» su obligación era la de «proteger a las personas a bordo»: «pensaba en la seguridad de mi país. «Si el avión hubiera sido secuestrado y los terroristas quisieran destruirlo no podía permitir que cayera sobre las cabezas de nuestra gente», ha dicho. «Actué legalmente, protegiendo a mi gente. Así seguirá siendo en el futuro», ha insistido.

UNA «GUERRA MODERNA» CONTRA BIELORRUSIA

El mandatario ha acusado a la comunidad internacional de traspasar «muchas líneas rojas» y los «límites del sentido común y la moral humana» en lo que considera una «guerra moderna híbrida» contra el país, si bien ha instado a evitar que se convierta en un conflicto bélico.

«Como predijimos, los malvados de fuera y dentro del país han cambiado los métodos de atacar al Estado. (…) Esto ya no es una guerra de información, esta es una guerra moderna híbrida. Hay que hacer todo lo posible para que no vaya más allá», ha dicho el mandatario, según informaciones de la agencia de noticias BelTA.

En este sentido, ha acusado a sus detractores de pasar de «organizar revueltas» a la fase de «estrangulamiento» del Estado. Estas han sido sus primeras palabras después de que la comunidad internacional tomara medidas por el aterrizaje forzoso de un vuelo de Ryanair que cubría la distancia entre Atenas y Vilna. A bordo de la aeronave viajaban el disidente Roman Protasevich y su novia, Sofia Sapega, ambos detenidos.

«Están buscando nuevas vulnerabilidades y esto está dirigido no solo a nosotros: somos un campo de pruebas para ellos, un sitio experimental antes de la zambullida hacia el este. Después de probar con nosotros, irán allí», ha dicho en relación a Rusia y otros países de la zona.

En este sentido, ha criticado el uso de canales «extremistas» de la aplicación de mensajería de texto Telegram, lo que demostraría «el verdadero objetivo de los estrategas occidentales».

El presidente bielorruso ha destacado así la importancia de «preservar el país para pasárselo a las siguientes generaciones en un estado normal». «El tiempo nos ha elegido. Nos encontramos en la vanguardia de una guerra nueva, no fría, sino ya helada», ha dicho.

«El Estado no sucumbirá a la presión. A toda la comunidad mundial: ¡No tiene sentido sacudir a Bielorrusia!», ha aseverado antes de recalcar que «todo el mundo está desatando una guerra híbrida multifacética a múltiples niveles contra Bielorrusia».

El objetivo, ha detallado, es «demonizar a Bielorrusia». «Somos un país pequeño, pero responderemos adecuadamente. Hay ejemplos similares en el mundo. Y antes de hacer movimientos bruscos y precipitados, recuerde que Bielorrusia es el centro de Europa», ha alertado en referencia a una posible nueva guerra mundial.

«Esto está escrito en documentos militares. Por lo tanto, antes de hacer sonar las armas en nuestras fronteras, tenemos que pensar. Las personas razonables entienden lo que está sucediendo. Y a los que están detrás de la provocación, solo les preguntaré: ¿no se dan cuenta de las consecuencias catastróficas que puede acarrear?», ha manifestado.

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