Un fármaco experimental hace que la radioterapia sea más eficaz y menos dañina
Un fármaco experimental que ha demostrado ser prometedor para proteger el tejido sano de los daños colaterales causados por la radioterapia contra el cáncer también parece mejorar la capacidad de la radiación para matar tumores, según muestra un nuevo estudio dirigido por científicos de la UT Southwestern (Estados Unidos).
Los hallazgos, publicados en la revista científica Science Translational Medicine , podrían proporcionar un impulso muy necesario a los tratamientos de radiación utilizados contra una variedad de tipos de tumores.
El fármaco, avasopasem manganeso (AVA), ya se ha mostrado prometedor en ensayos clínicos para prevenir un efecto secundario conocido como mucositis aguda. Esta afección suele producirse en pacientes con cáncer de cabeza y cuello cuando la radioterapia daña las membranas mucosas. Sin embargo, para que este fármaco pase a formar parte de la atención clínica, debe proteger a las células sanas de la radiación, pero no a las cancerosas.
Para determinar si AVA cumplía este objetivo, el doctor Michael Story y sus colegas trataron líneas celulares cancerosas con este compuesto antes de exponerlas a la radiación. Las células cancerosas que recibieron el fármaco no estaban protegidas de la radiación y, sorprendentemente, parecían responder más a la radiación en algunos casos en comparación con las que no recibieron AVA, sobre todo a altas dosis de radiación.
Este fenómeno también se produjo en líneas celulares cancerosas que habían sido implantadas en ratones y a las que se les permitió crecer hasta convertirse en tumores. Los tumores se redujeron significativamente más cuando los animales fueron tratados con AVA justo antes de recibir una única dosis alta de radiación, similar a una técnica conocida como radioterapia ablativa estereotáctica (SAbR), que se utiliza para la terapia del cáncer, en comparación con los que no recibieron el fármaco. Cuando los ratones tratados recibieron el fármaco tanto antes de la radiación como en los días posteriores, en algunos casos sus tumores desaparecieron por completo.
Estos resultados positivos en los animales se dieron en varios tipos de tumores diferentes, como los de pulmón, páncreas y cabeza y cuello. Otros experimentos demostraron que el AVA parece ejercer sus efectos de eliminación de tumores al convertir el superóxido, que son iones de oxígeno dañinos generados por altas dosis de radiación, en peróxido de hidrógeno a niveles que superan la capacidad del tumor para tolerar el peróxido de hidrógeno. Además, al utilizar una línea celular modificada que sobreexpresaba una enzima que libera a los tumores del exceso de peróxido de hidrógeno, el efecto antitumoral casi desaparecía.
Story señala que el AVA se está probando actualmente en ensayos clínicos de fase 1 y 2 para mejorar la terapia, incluido un ensayo clínico que combinó SAbR con AVA y que casi duplicó la supervivencia global en pacientes con cáncer de páncreas. «Con este fármaco las dosis de radiación que administramos podrían ser profundamente más eficaces, al tiempo que contribuyen a proteger los tejidos normales adyacentes», remacha el investigador.