El Parlament comienza este jueves el pleno que investirá a Aragonès como presidente del Govern
El candidato de ERC será investido el viernes a cinco días de agotar el plazo
BARCELONA, 19
El Parlament comenzará este jueves a las 16.00 horas el pleno de investidura del candidato de ERC a la Presidencia de la Generalitat, Pere Aragonès, que será elegido en la votación que se celebrará el viernes a falta de cinco días de agotar el plazo límite.
Este miércoles la presidenta de la Cámara catalana, Laura Borràs, ha propuesto formalmente a Aragonès como candidato a la Presidencia después de la ronda de consultas con los grupos parlamentarios y ha convocado el pleno de investidura este jueves a las 16.00 horas y continuará el viernes a las 9.00.
Será el segundo pleno de investidura al que se somete Aragonès, después de las dos votaciones fallidas que tuvo a finales de marzo, cuando Junts se abstuvo y no logró los votos suficientes para ser escogido presidente.
Esta vez, la formación de Carles Puigdemont sí que dará su apoyo a la investidura de Aragonès después del acuerdo alcanzado con los republicanos, que anunciaron el lunes tras tres meses de negociaciones entre ambos partidos.
Este mismo miércoles, Junts ha anunciado que sus bases han ratificado el pacto con el 83% de los votos, mientras que la CUP ya no tiene que hacer ninguna validación interna del acuerdo con los republicanos, por lo que Aragonès tiene 74 votos asegurados para ser investido como 132 presidente de la Generalitat en la primera votación del viernes.
SERÁ INVESTIDO EL VIERNES
El pleno comenzará el jueves a las 16.00 horas con la intervención de Aragonès para exponer de nuevo y sin límite de tiempo su programa de gobierno como ya hizo en la sesión de investidura fallida en marzo, y después intervendrán los grupos parlamentarios –lo harán de mayor a menor representación, dejando a ERC al final, y tendrán media hora de tiempo– y se prevé que Aragonès conteste uno a uno, lo que abrirá un turno de réplica para cada partido.
El jueves se producirá el debate con algunos de los grupos, el resto seguirá a partir del viernes a las 9.00 horas, y después se hará la votación, que se hará en voz alta diciendo sí , no o abstención .
Aragonès necesita obtener mayoría absoluta para ser investido, es decir, 68 votos, por lo que con toda probabilidad ya saldrá el viernes del Parlament como presidente de la Generalitat y no necesitará ir a una segunda vuelta, en la que le bastaría con obtener mayoría simple –más votos a favor que en contra–.
Será la primera vez en la historia que el candidato a la Presidencia es investido después de haber fracasado en dos votaciones anteriores, ya que en todas las legislaturas el presidente había sido escogido en primera o en segunda votación, mientras que en 2015 Artur Mas no logró ser investido ni en primera ni en segunda vuelta pero no lo volvió a intentar y el candidato, que fue elegido finalmente, fue Carles Puigdemont.
PLENO EN EL HEMICICLO
Las dos sesiones de investidura fallidas de Aragonès en marzo se celebraron en el Auditorio de la Cámara catalana para que pudieran estar todos los diputados y garantizar las medidas sanitarias por el coronavirus, ya que se trata de un espacio más amplio que el hemiciclo, donde tradicionalmente se celebran los plenos y las investiduras.
Sin embargo, como ya ha sucedido en los últimos plenos para ahorrar el gasto que supone adaptar el Auditorio, el pleno se celebrará en el hemiciclo como es habitual y para que puedan estar todos los diputados garantizando las medidas sanitarias, una parte se sentará en los escaños que les corresponden a cada grupo dejando un asiento vacío entre cada diputado, y el resto se distribuirá en la zona del público y los palcos de invitados.
INVESTIDURA 96 DÍAS DESPUÉS DEL 14F
Aragonès será investido este viernes 21 de mayo, 96 días después de las elecciones catalanas del 14 de febrero y a cinco días de agotarse el plazo establecido para elegir un presidente y evitar la repetición electoral, ya que el límite es el miércoles 26.
En estos más de tres meses, Aragonès ha pasado de defender la necesidad de lograr un acuerdo rápido para formar un Govern en plenas funciones –que quería que fuera amplio con ERC, Junts, CUP y comuns–, a renunciar a esta fórmula y apostar por un Govern de coalición solo con los de Puigdemont; ha visto cómo naufragaba en su primer debate de investidura en marzo, ha roto la negociación con Junts y ha propuesto gobernar en solitario, y finalmente ha cerrado personalmente un acuerdo de coalición en un fin de semana con el secretario general de Junts, Jordi Sànchez.
Tras los comicios, los republicanos optaron por comenzar a negociar con la CUP en vez de con Junts, y mientras que con los cupaires logró cerrar en poco días un acuerdo que garantizaba sus apoyos a la investidura de Aragonès, con Junts las conversaciones se fueron complicando y los de Puigdemont se abstuvieron en la primera y segunda vuelta del primer pleno de investidura negando así la investidura del candidato republicano.
Desde el inicio, el principal escollo en la negociación entre ambos partidos fue la falta de acuerdo sobre cuál debe ser el espacio que debe decidir la estrategia independentista y el papel del Consell per la República (CxRep), y el bloqueo sobre este asunto provocó que Aragonès rompiera el 8 de mayo las negociaciones para hacer un Govern de coalición y propuso gobernar en solitario, algo que Junts rechazó, pese a que Sànchez había sido el primero en plantear esta opción un mes antes.
Ante esta situación, la negociación parecía haber embarrancado y la amenaza de la repetición electoral parecía más cerca que nunca, pero el fin de semana pasado Aragonès y Sànchez se reunieron con discreción en dos masías y lograron desencallar la negociación y sellar un acuerdo para hacer un Govern en coalición.
El pacto establece la creación de un órgano de dirección independentista con ERC, Junts, la CUP, ANC y Òmnium que se coordine con el CxRep, apuesta por la mesa de diálogo con el Gobierno central, aunque plantea «prepararse» para la confrontación con el Estado, si la primera estrategia no prospera, y reparte las carteras del Govern al 50% entre republicanos y Junts, dejando para los de Puigdemont departamentos como Economía, Salud, Acción Exterior y Derechos Sociales, mientras que ERC mantiene Educación y se queda Interior, entre otras.