La embajadora de Marruecos ya ha abandonado Madrid rumbo a Rabat
La agencia de noticias oficial publica un duro artículo acusando a España de «doble cara» por recibir a Ghali
La embajadora de Marruecos en Madrid, Karima Benyaich, ha partido ya rumbo a Rabat después de que el Gobierno marroquí la llamara a consultas en plena crisis diplomática por la acogida en España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, según han confirmado a Europa Press fuentes diplomáticas de este país.
Pese a que el Gobierno había evitado vincular su decisión de acoger a Ghali por razones humanitarias para que reciba tratamiento contra la COVID-19 con la llegada de más de 8.000 migrantes en apenas 24 horas a Ceuta, fue la propia Benyaich la que apuntó en este sentido.
En declaraciones a Europa Press, sostuvo que en las relaciones entre países hay actos que tienen consecuencias «y se tienen que asumir», insistiendo en que hay «actitudes que no se pueden aceptar». Según Benyaich, las relaciones entre países vecinos y amigos se tienen que basar en «la confianza mutua, que se tiene que trabajar y nutrir».
La embajadora hizo estas declaraciones antes de acudir al Ministerio de Asuntos Exteriores, al que fue convocada por su titular, Arancha González Laya, quien le trasladó el «disgusto» y el «rechazo» del Gobierno a los sucesos en Ceuta así como el deseo de «mirar al futuro y evitar que actos como estos puedan volver a repetirse».
Horas más tarde se producía la llamada a consultas de Benyaich, sin que hasta el momento el Ministerio de Exteriores marroquí haya ofrecido una explicación oficial para justificar esta decisión.
En declaraciones al portal le360, una fuente diplomática ha apuntado igualmente a Ghali. «Hemos esperado durante bastante tiempo las explicaciones de Madrid. Y cuando uno se comporta de tal forma con un país al que se califica de aliado estratégico, hay que asumir las consecuencias», han sido sus palabras, en línea con Benyaich.
El único que ha hablado por ahora ha sido el ministro de Estado de Derechos Humanos y Relaciones con el Parlamento, Mustafá Ramid, quien en una publicación en Facebook ha asegurado que España «sabía que el precio por subestimar a Marruecos es muy alto».
«La recepción por parte de España del líder de las milicias separatistas del Polisario, bajo una identidad falsa, sin tener en cuenta las relaciones de buena vecindad que requieren coordinación y consulta, o al menos cuidando de informar a Marruecos, es un acto irresponsable y totalmente inaceptable», ha defendido.
DURO ARTÍCULO DE OPINIÓN DE MAP
A falta de comunicado oficial, la agencia pública de noticias MAP, que estos días no ha informado sobre los sucesos en Ceuta, ha publicado este miércoles un largo artículo de opinión en el que se echa en cara al Gobierno español su «doble cara» y su «hipocresía» por el caso del líder del Polisario.
«Aquí está un país democrático que, tras haber sufrido en sus propias carnes varios años de terrorismo separatista, recibe a escondidas en su territorio a un individuo que quiere amputar a Marruecos una parte de su territorio», denuncia el artículo.
Como ya había hecho previamente el Gobierno marroquí, que advirtió de «consecuencias» a España, la MAP afea el hecho de que no se informara de la llegada de Ghali habida cuenta de la «amistad» entre los dos países.
«No hace falta ser un veterano de la alta diplomacia para adivinar que la mala fe de España resuena en este asunto, diga lo que diga la jefa de la diplomacia», subraya, denunciando que España ha conseguido la «proeza» de elevar la «doble cara» al rango de «política de Estado».
El artículo plantea cómo puede justificar el Gobierno ante la opinión pública española que Ghali, «un individuo siniestro», esté en un hospital «pagado por los impuestos de los españoles» y que no comparezca ante la justicia por las causas que tiene pendientes «por crímenes cometidos contra ciudadanos españoles».
«Al encubrir a un criminal de guerra cuyas manos están manchadas de sengre española y marroquí, el Gobierno de Madrid se muestra desleal, no solo hacia Marruecos, sino hacia los españoles y los habitantes de las Canarias, que han votado por él con el fin de que defienda su honor y la memoria de sus familiares asesinados, secuestrados, torturados o violados por orden de Brahim Ghali», denuncia.
«De qué lógica diplomática política o económica pueden valerse los responsables españoles para sacrificar la relación pacientemente construida con Marruecos para ayudar a un septuagenario enfermo a escapar de la justicia española», plantea el artículo para responder: «La historia lo dirá».
Entretanto, advierte, Marruecos espera que el Gobierno español, al que reprocha no haber aprendido las «enseñanzas del pasado», «se tranquilice y dé una explicación lógica de sus actuaciones» ya que mientras esto no ocurra «la confianza mutua será un recuerdo lejano».