Laya confía en que el debate sobre patentes anime a las farmacéuticas a ofrecer licencias voluntarias
La ministra de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Arancha González Laya, ha confiado este martes en que el debate en torno a la suspensión temporal de las patentes de las vacunas contra la COVID-19 empuje a más farmacéuticas a ofrecer licencias voluntarias como ya ha ocurrido hasta ahora en algunos casos.
En respuesta a una interpelación en el Senado presentada por el senador de EH Bildu Gorka Elejabarrieta, González Laya ha subrayado que «desde el inicio de la pandemia se han dado docenas de licencias voluntarias de empresas farmacéuticas que han ofrecido sus patentes a empresas con capacidad de producir».
Esto ha sido uno de los factores que ha permitido que India haya producido grandes cantidades de dosis para COVAX, el mecanismo de solidaridad internacional que busca suministrar vacunas a los países más pobres y del que España es miembro fundador, ha resaltado la ministra.
Así pues, en un momento en que Estados Unidos ha reabierto el debate de la suspensión temporal de los derechos de propiedad intelectual de las vacunas, que ya habían planteado hace meses en la OMC países como India o Sudáfrica, la ministra ha confiado en que esta discusión suponga «un incentivo para que se multipliquen estas licencias voluntarias» lo que permitiría sumar capacidad de producción.
González Laya ha coincidido con el senador de EH Bildu en que el tiempo para lograr la inmunización de la población mundial apremia, dado el riesgo de la emergencia de nuevas variantes, y ha reconocido que los plazos para que se pueda tomar una decisión sobre las patentes en la OMC son lentos, ya que debe haber un consenso y se trata de «reglas jurídicas y vinculantes».
La supresión de patentes no puede ser la «única medida» que se adopte porque «va a llevar tiempo», ha insistido. Es precisamente por este motivo, ha explicado, que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, trasladó a sus socios comunitarios en la cumbre de Oporto del fin de semana una propuesta que también busca acelerar el proceso de transmisión de la tecnología y el conocimiento, reforzar la capacidad de fabricación y acelerar su distribución y que España espera que cuente con el consenso y el respaldo europeo.
«La situación de la vacunación a nivel global no es ni satisfactoria ni justa y no podemos darnos por satisfechos», ha reconocido, subrayando que para vacunar al 70 por ciento de la población mundial harían falta 11.000 millones de dosis y al ritmo actual esa meta no se alcanzaría hasta 2023 o 2024.
Así las cosas, ha asegurado que para el Gobierno «progresista» de España es «un imperativo moral» el acceso universal a la vacuna para todos los ciudadanos del mundo. «Esta es una prioridad de este gobierno, no solo por justicia sino para impulsar nuestra propia recuperación económica», ha remachado.