Identifican una enzima que podría ayudar a frenar la enfermedad renal crónica, que afecta a 700 millones de personas
Investigadores de la Universidad de Australia Meridional han identificado una enzima que podría ayudar a frenar la enfermedad renal crónica, que afecta a unos 700 millones de personas en todo el mundo.
«Esta enzima, NEDD4-2, es fundamental para la salud de los riñones», explica la doctora Jantina Manning, científica del Centro de Biología del Cáncer de esta universidad australiana y autora principal de la investigación, que se ha publicado en la revista Cell Death & Disease .
Según su estudio con animales la correlación entre una dieta alta en sal, los bajos niveles de NEDD4-2 y la enfermedad renal avanzada. Aunque una dieta rica en sal puede agravar algunas formas de enfermedad renal, hasta ahora los investigadores no sabían que la NEDD4-2 desempeña un papel en la promoción de este daño renal inducido por la sal.
«Ahora sabemos que tanto una dieta rica en sodio como unos niveles bajos de NEDD4-2 favorecen la progresión de la enfermedad renal, incluso en ausencia de hipertensión arterial, que normalmente va unida al aumento de sodio», afirma Manning.
La proteína NEDD4-2 regula la vía necesaria para la reabsorción de sodio en los riñones con el fin de garantizar el mantenimiento de los niveles correctos de sal. Si la proteína NEDD4-2 se reduce o inhibe, el aumento de la absorción de sal puede provocar daños en los riñones.
Incluso las personas que siguen una dieta baja en sal pueden sufrir daños renales si tienen niveles bajos de NEDD4-2 debido a variaciones genéticas o mutaciones en el gen.
Su objetivo a largo plazo es desarrollar un fármaco que pueda aumentar los niveles de NEDD4-2 en personas con enfermedad renal crónica (ERC). «Ahora estamos probando diferentes estrategias para asegurarnos de que esta proteína se mantiene en un nivel normal todo el tiempo para la salud general del riñón», apuntan.
En la nefropatía diabética -una causa común de enfermedad renal- los niveles de NEDD4-2 están muy reducidos. Esto ocurre incluso cuando la sal no es un factor. El estudio también reveló un hallazgo sorprendente: que la enfermedad renal inducida por una dieta alta en sal no siempre se debe a la presión arterial alta.
«En muchos casos, la enfermedad renal se ve exacerbada por la hipertensión, por lo que quisimos investigar ese vínculo en nuestro estudio. De hecho, descubrimos todo lo contrario: que una dieta alta en sal provocaba una pérdida excesiva de agua y una presión arterial baja. Esto es significativo porque significa que la enfermedad renal también puede darse en personas que no tienen hipertensión», detalla Manning.
Un artículo de la revista The Lancet en 2020 estimaba que unos 700 millones de personas (el 10% de la población mundial) padecen una enfermedad renal crónica, lo que representa un aumento del 29 por ciento en los últimos 30 años.
El enorme aumento de la enfermedad renal crónica se atribuye principalmente a la epidemia mundial de obesidad de las últimas décadas, que conduce a la diabetes, una de las principales causas de enfermedad renal crónica junto con la hipertensión arterial.
Las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) revelan un aumento del 300 por ciento de la diabetes entre 1980 y 2014, lo que la convierte en una de las 10 principales causas de muerte en todo el mundo y muestra la gravedad del problema al que se enfrentan los científicos que tratan de abordar la enfermedad renal.
«La obesidad y el estilo de vida son dos factores principales que impulsan la enfermedad renal crónica, pero también hay otras cosas en juego. Las lesiones renales agudas, los medicamentos tomados para otras afecciones, la hipertensión arterial y una predisposición genética también pueden causarla», concluye Manning.