Ayuso amortiza el adelanto electoral: refuerza su poder, hunde al PSOE y no dependerá del socio incómodo de Cs

El sorpresivo adelanto electoral en la Comunidad de Madrid a mitad de legislatura ha tenido como gran beneficiada este martes a la presidenta regional y candidata a la reelección, Isabel Díaz Ayuso, que ha visto reforzado su poder al frente de la Puerta del Sol con una amplia mayoría, a costa del debilitamiento del bloque de la izquierda, arrastrado por el hundimiento del PSOE, y que le permite deshacerse del socio incómodo de la pasada legislatura, Ciudadanos.

La candidata del PP ha revalidado en el cargo con 65 escaños, 35 más que en 2019, y podrá gobernar con el apoyo de Vox, que suma 13 asientos, uno más de los que tenía hasta ahora en la Asamblea, aunque todavía está por ver si será un respaldo externo o en un gobierno de coalición. Así, tiene garantizada la investidura en segunda votación, haciendo válida su mayoría simple.

En cualquier caso, Ayuso se habrá librado de un socio de gobierno como Ciudadanos con el que nunca estuvo a gusto durante este año y medio, con un difícil encaje con el que fue su vicepresidente y portavoz del Ejecutivo, Ignacio Aguado, y marcados por rifirrafes continuos.

La relación entre socios no fue fácil prácticamente desde el primer minuto y es que las negociaciones se extendieron de mayo a agosto, y posteriormente se materializaron en discrepancias con el nombramiento de los consejeros. Una vez formado el gobierno de coalición, se produjeron desacuerdos casi continuos sobre la exposición ante los medios, los anuncios que ambos partidos hacían de sus consejerías, o sobre la gestión de la crisis de las residencias de mayores, el mayor incendio entre ambas formaciones.

En enero, PP y Cs llegaban a un acuerdo para los Presupuestos de 2021, que debían negociarse con Vox, sin embargo las líneas rojas de la formación de Monasterio para llegar a ciertos pactos y la reticencia de Cs a aceptarlas a la primera de cambio culminaron en una negociación fallida que truncó sacar adelante las cuentas.

Precisamente, el adelanto electoral estuvo motivado por las reticencias de Ayuso ante la formación naranja, a la que acusó de estar negociando una moción de censura en la Comunidad con el PSOE siguiendo la estela de la estrategia del partido en la Región y el Ayuntamiento de Murcia tras el escándalo de los cargos vacunados y otros temas de corrupción.

La dirección de Ciudadanos con Inés Arrimadas al frente intentó tranquilizar a los populares asegurándoles que la intención del partido era mantener los gobiernos que compartían –Andalucía, Murcia, Castilla y León y Madrid–, idea en la que también abundó Aguado, pero eso no impidió que Ayuso siguiera adelante con su apuesta por el adelanto electoral.

Ayuso se marcó como objetivo al anunciar el adelanto electoral el de lograr una mayoría absoluta que le permitiera implantar sus políticas sin tener que depender de nadie, que luego fue posteriormente diluyendo para pasar hablar de un escenario más realista como el de amplia mayoría. Con este último objetivo conseguido, la presidenta regional tendrá que depender en cualquier caso del apoyo de Vox.

Queda por ver si ese apoyo será únicamente desde el exterior, algo a lo que no se ha cerrado en banda la formación liderada por Santiago Abascal, o si finalmente reclamará la entrada en el gobierno regional como peaje a pagar por su apoyo, una hipótesis que Ayuso tampoco ha descartado. Este punto no será fácil de gestionar para la presidenta regional por polémicas políticas que defiende Vox como la implantación del pin parental , que los populares siempre han rechazado.

El debate sobre esta medida ya fue planteada al inicio de la legislatura en la Comunidad, pero finalmente Vox desistió de exigirlo para el acuerdo. A pesar de ello, la Consejería de Educación mandó unas instrucciones a los centros para que, antes del proceso de admisión, se difunda en la web de éstos el proyecto educativo del centro, el reglamento interno y las normas de convivencia y los programas educativos, «incluyendo las actividades complementarias y extraescolares».

Sin embargo, no es la medida exigida por Vox, que de nuevo insistió en la implantación del pin parental en la negociación para apoyar los últimos presupuestos de la región, que finalmente no salieron adelante. Aunque Ayuso lo descartó en un primer momento, posteriormente coincidió con los de Abascal en que las familias tengan más información. Con los resultados en las urnas de este domingo, es probable que esta cuestión vuelva a ponerse sobre la mesa.

PÉRDIDA DE PESO DEL BLOQUE DE LA IZQUIERDA

Los resultados obtenidos por Ayuso también le sirven para marcar distancias con los partidos de la izquierda, que han visto mermada su representación con una pérdida de apoyos de seis escaños, con el 99,89% escrutado. En este sentido, la dicotomía planteada entre comunismo y democracia ha permitido a la presidenta regional afianzarse como opción mayoritaria de los madrileños, frente al PSOE de Ángel Gabilondo que sufre un duro revés con la pérdida de 13 asientos, y ganar la batalla al líder nacional de Podemos, Pablo Iglesias, que aterrizó en el escenario político madrileño para intentar salvar a un partido morado al que las encuestas dejaban incluso fuera del marco parlamentario.

La presidenta regional seguirá teniendo en frente como cabeza visible de la oposición en la Asamblea a Mónica García, la cabeza de lista de Más Madrid, en una legislatura en la que tanto el PP como este partido verán aumentada su representación en la cámara madrileña. Ambas se conocen bien en este sentido, ya que la anestesióloga ha abanderado durante estos casi dos años de legislatura las críticas al gobierno regional en la Asamblea, con continuos enfrentamientos con Ayuso y su equipo de gobierno, principalmente centrados en la gestión de la pandemia de la Covid-19.

IMPULSO A SU FIGURA COMO LIDERESA

La presidenta regional también ha rentabilizado el adelanto electoral al ver reforzado su papel como líder regional del PP al conquista una plaza de la importancia de la Comunidad de Madrid y al concentrar el poder autonómico de los populares junto al gallego Alberto Núñez Feijóo, el andaluz Juanma Moreno, el castellanoleonés Alfonso Fernández Mañueco y al murciano Fernando López Miras.

Además, Ayuso ha pasado de ser la arriesgada apuesta de Pablo Casado en 2019, cuando encabezó la lista a pesar de ser una desconocida, a situarse con este resultado como referente del PP para derrotar «al sanchismo» y desalojar a Pedro Sánchez de La Moncloa.

Con una campaña personalista y con las menores injerencias posibles de la dirección nacional del partido, la presidenta ha dado así un vuelco a los resultados de 2019, cuando el PP cosechó el peor resultado en Madrid, 30 escaños y el 22,2% de los votos. Fueron 18 diputados menos que Cristina Cifuentes y cifras muy alejadas de las mayorías absolutas de Alberto Ruiz Gallardón y Esperanza Aguirre, siempre por encima de los 54 escaños.

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