Un estudio muestra la relación entre las enfermedades subyacentes y los peores resultados de COVID-19
Un estudio en 20.000 pacientes realizado por la Universidad de Medicina y Ciencias de la Salud RCSI de Dublín (Irlanda) ha identificado las condiciones subyacentes que se asocian con resultados más graves de la COVID-19.
La investigación, que se ha publicado en la revista The Lancet Regional Health – Europe , contribuirá a fundamentar las políticas nacionales de salud pública y a ayudar en las futuras estrategias de tratamiento y prevención para las personas con mayor riesgo de contraer el virus.
El estudio, que tuvo lugar durante la primera oleada de la pandemia, entre marzo y julio de 2020, es el primer estudio nacional de vigilancia en Irlanda que recoge datos tanto de entornos hospitalarios como comunitarios. Recogieron datos de casi 20.000 casos confirmados de COVID-19. Se examinó la asociación entre las condiciones subyacentes y los resultados más graves de la COVID-19, incluyendo la mortalidad, el ingreso en el hospital o el ingreso en la UCI.
Entre los pacientes estudiados, hubo 1.476 (7,5%) muertes, 2.811 (14%) hospitalizaciones y 438 (2%) ingresos en la UCI. Las enfermedades que se identificaron en el estudio como de mayor riesgo fueron la cardiopatía crónica, una enfermedad neurológica crónica, una enfermedad renal crónica y el cáncer. También se determinó que los pacientes con obesidad mórbida (definida como un índice de masa corporal igual o superior a 40) corrían un mayor riesgo de sufrir resultados más graves a causa de la COVID-19.
«Los estudios anteriores realizados han sugerido que las condiciones subyacentes específicas influyen en los resultados de salud adversos entre aquellos con un diagnóstico confirmado de COVID-19. Sin embargo, la mayoría de estos estudios se han centrado únicamente en poblaciones hospitalarias o locales. Este estudio es la primera investigación basada en la población que recoge datos en todos los entornos de Irlanda, incluidos los comunitarios y los hospitalarios, por lo que nos ofrece una mejor imagen del impacto de la enfermedad en los pacientes a nivel de población», explica la líder del estudio, Kathleen Bennett.
En el estudio, los casos no graves fueron entrevistados por teléfono por los centros regionales de localización de contactos o los departamentos de Salud Pública. Los datos de los casos hospitalizados o graves fueron recogidos por los equipos de Salud Pública o de localización de contactos, y parte de la información fue proporcionada por los equipos hospitalarios.
Los datos recogidos incluían la edad, el sexo, la organización sanitaria de la comunidad, el hecho de vivir o no en un centro de atención residencial y la fuente probable de transmisión (contacto cercano de un caso confirmado conocido, transmisión comunitaria, relacionada con viajes, adquirida por la atención sanitaria o desconocida).