8M: Las jóvenes arquitectas de Castilla-La Mancha potencian la igualdad de la profesión

El Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla-La Mancha celebra el Día Internacional de la Mujer (8M), como sucede desde 2022, alternando provincialmente la convocatoria. En 2025 la Demarcación de Albacete acogía ayer un encuentro en el que jóvenes arquitectas -una por provincia de la región-, moderadas por Elia Gutiérrez Mozo, representante del COACM en la Comisión de Género del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España, abordaban interesantes aspectos sobre la igualdad de género

El Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla-La Mancha (COACM) mantiene, desde 2022,  la dinámica de celebrar el Día Internacional de la Mujer (8M), con diferentes enfoques, pero siempre con propuestas constructivas, originales e interesantes, al objeto de poner en valor el trabajo de las arquitectas de la región, desde múltiples puntos de vista.

La celebración rota, de manera anual, entre las diferentes demarcaciones provinciales del Colegio. En 2025, le ha correspondido acoger el acto institucional del 8M a Albacete, en esta ocasión con el Encuentro sobre ‘Jóvenes arquitectas potenciando la igualdad’.

Retransmitido en streaming, el acto lo abría el presidente de la Demarcación de Albacete, Eduardo Mascagni. Mascagni se sumaba al lema que ha escogido el CSCAE para este día: ‘forjamos cimientos de igualdad’. «Los arquitectos entendemos la necesidad del orden en el proceso constructivo. Conocemos la importancia de una buena base para el éxito de la construcción. Y de eso se trata hoy: de construir una profesión, un Colegio, una sociedad igualitaria, y, en definitiva, una sociedad justa». Mascagni calificó la campaña gráfica de la Diputación provincial de Albacete para el 8M como «brillante». Desarrollada por el artista y diseñador Pablo Gallardo, consiste en el retrato de una mujer que usa unas gafas violetas, el 8 del 8M, tumbado, convirtiéndose por tanto en un símbolo del infinito. «Unas gafas que todos deberíamos llevar puestas a diario. Y es que, por mucho que se haya logrado, el camino continúa y tenemos que seguir avanzando hacia una igualdad real y efectiva, visibilizando el papel de las mujeres en todos los ámbitos y reivindicando su protagonismo en la construcción del futuro», señalaba.

La introducción, y posterior moderación del Encuentro, le correspondía a Elia Gutiérrez Mozo, arquitecta por la Universidad de Navarra, en 1992, doctora arquitecta, y representante del COACM en la Comisión de Género del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE). 

A continuación participaban, en una interesante conversación, cinco jóvenes arquitectas, primero con intervenciones individuales y luego en animado debate, sobre diferentes e interesantes aspectos sobre la igualdad de género, aplicada a su profesión, tales como la realidad actual en las escuelas de arquitectura, en este caso vistas como espacios de igualdad entre mujeres y hombres, los retos y dificultades del acceso a la profesión desde la experiencia de las mujeres, la conciliación de la vida personal y familiar y la vida profesional o cómo pueden, de hecho, contribuir las mujeres, y en este caso, las mujeres jóvenes, a la igualdad en la Arquitectura.

Una de ellas fue Blanca Belmonte Hernández, colegiada en la Demarcación de Albacete (263 colegiados/as, de los/as que el 24,71% son mujeres). Blanca es arquitecta por la  Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Valencia (2015). Desde su último año de carrera, trabaja en el que ahora es su estudio de arquitectura, dedicada a edificación de obra nueva y rehabilitación. En 2017, junto con otros compañeros de Albacete, creó el grupo de Jóvenes Arquitectos de Albacete (JAB). Forma parte de la Junta Directiva de la Demarcación de Albacete del COACM desde 2020. Blanca se forma en diferentes áreas de la profesión, puesto que considera que «la arquitectura es una disciplina viva». De sus años como estudiante de arquitectura, Blanca recordaba, en primer lugar, que había una proporción del  60% de mujeres, frente al 40% de hombres, en su escuela. Sin embargo, y aun habiendo paridad en los perfiles de estudiantes, no sucedía lo mismo en cuanto a los docentes. «Tuve muy pocas profesoras», señaló. La joven arquitecta albaceteña afirmó también que el programa educativo de la Escuela, en los años que le correspondieron, no incluyó perspectiva de género. Sobre su experiencia como profesional, Blanca contó que, por el hecho de ser mujer, y joven, es, incluso habitual, que en obra «se cuestione mi trabajo» o que le sugieran variantes que no recogen sus proyectos. «En este sentido, soy tajante. El proyecto está para algo, y es la hoja de ruta que hay que seguir», zanjó. La presencia de una arquitecta en las obras, un mundo  masculinizado, sigue sorprendiendo. «En alguna ocasión me han preguntado que cuando voy a ser madre», contaba ayer. Por tratarse, la de arquitecto/a, de una profesión dura, tanto en el estudio como en la  dirección de obra, fruto de un trabajo creativo y que, por lo tanto, nunca acaba, «convertirse en funcionario es una tentación», aseveraba, que puede ayudar en la conciliación, un debate éste sumamente interesante, puesto que no son pocas las arquitectas que renuncian a facetas de la profesión que adoran para dedicar más tiempo a sus familias. La albaceteña también recordó que las jóvenes arquitectas pueden contribuir, con su imaginación y proyectos, a crear las nuevas formas de habitar que la sociedad va demandando, teniendo en cuenta, precisamente, la perspectiva de género, «creando accesos seguros a los portales o espacios públicos adecuadamente iluminados», por ejemplo.

Por parte de la demarcación de Cuenca (156 colegiados/as, de los/as que el 41,66% son mujeres), intervenía Irene Caracena Alejo, licenciada en Arquitectura por la Universidad Cardenal Herrera, en Valencia, 2017. Nada más obtener el título, hizo prácticas en un estudio de Cuenca. A continuación trabajó en el Ayuntamiento de Valencia, revisando expedientes de obra y regularizando el ICIO y la plusvalía de inmuebles. Más tarde lo hizo para un organismo público de Cuenca, elaborando documentación para la creación y mantenimiento de infraestructuras frente a incendios en zonas rurales de la provincia y resto de la Comunidad. Actualmente desempeña su carrera profesional por cuenta propia como directora de obras y es vocal tercera en la Demarcación de Cuenca. Como en el caso de su compañera, Irene también referenciaba un entorno de paridad en su escuela de Arquitectura. La conquense aportó que su profesorado estuvo formado mayoritariamente por hombres, al menos en los primeros años. «Sin embargo, poco a poco, fue cambiando, con la incorporación de más mujeres, sobre todo en las asignaturas de proyectos», explicó. Irene también se ha encontrado con «resquicios de machismo» en las obras. «Las nuevas generaciones están cambiando el concepto, pero en las obras, no terminan de acostumbrarse a tratar con mujeres arquitectas, y menos aún sin son jóvenes», señaló. La arquitecta conquense también se hizo eco de casos en los que, a pesar de la gran autoexigencia de las arquitectas en la redacción de sus proyectos, «relegan su nombre, para poner uno masculino, puesto que consideran que así, tienen más posibilidades de hacerse reales». Desde el punto de vista social, Caracena aportó que sería interesante que las mujeres pudieran interrumpir la bonificación en la  cuota de autónomo cuando son madres, y seguir disfrutándola una vez retoman la profesión. Y, desde el constructivo, como Blanca, consideró que las jóvenes arquitectas pueden aportar muchas cosas al cambio de paradigma en las nuevas ciudades.

Por la Demarcación de Ciudad Real (236 colegiados/as, de los/as que el 26,69% son mujeres) intervino Cristina Grande Rivero. En 2019 obtuvo el Grado en Arquitectura, ETSA de Sevilla, y en 2020 Máster en Arquitectura, ETSA de Sevilla.  Desde el 2019 a 2024 ha ejercido como becaria en una consultoría de ingeniería y arquitectura, tasadora, arquitecta colaboradora en varios estudios y jefa de obra en una constructora. Además, ha sido la arquitecta del Ayuntamiento de Corral de Calatrava (Ciudad Real) desde 2022 hasta 2023 y es arquitecta autónoma desde 2022. En la actualidad ejerce como arquitecta en la Oficina de Infraestructuras de la UCLM y forma parte de la Junta de la Demarcación de Ciudad Real del COACM. Como sus compañeras, Cristina habló de paridad en el alumnado, pero puso sobre el tapete que los porcentajes se masculinizan en el profesorado, y, sobre todo, «en los círculos de poder, de los que forman parte, mayoritariamente, hombres». Además, Cristina afirmó que «no se habla lo suficiente de arquitectas en los planes de estudio», ni tampoco de feminismo en las aulas, «un tema que quedaba relegado al trabajo de campo o a las reuniones de las asociaciones de estudiantes, sin pasar por la facultad». Como Irene y Blanca, también ha sufrido comentarios machistas en las obras. «No sabes cómo reaccionar. Hay compañeras que se ponen bravas. Las aplaudo», señaló. También afirmó que sigue siendo habitual que, en entrevistas de trabajo «te pregunten si vas a tener hijos o a casarte, algo que no sucede con los hombres, a pesar de que ya pueden disfrutar de su permiso de paternidad en las mismas condiciones que nosotras». Cristina reconocía que, cuando una mujer quiere conciliar con su vida privada, tiende a refugiarse en aquellas partes de la profesión que se lo permiten. Sin embargo, en su caso, y «aunque me gustaría ser mamá, no me lo planteo porque estoy centrada en mi carrera». Por último, la ciudadrealeña aportó que, en una sociedad en constante cambio, la arquitectura debe acompañar. «El avance de la sociedad se tiene que ver en las escuelas, y, de momento, no van a la par. Para conseguir cambios reales, debemos ir todos a una, hombres y mujeres, y, al igual que existen equipos multidisciplinares, también se debe considerar la paridad en los equipos mixtos para que se enriquezcan los proyectos», terminó.

Alba Escudier Martínez representó a la Demarcación de Guadalajara (156 colegiados/as, de los/as que el 30,13% son mujeres). Licenciada en Arquitectura por la Universidad Europea en 2014, fue becaria durante los estudios universitarios y posteriormente arquitecta junior en ABC Consultoría Arquitectura e Ingeniería, desarrollando proyectos de restauración y de reformas de viviendas. Es arquitecta autónoma desde 2015: Proyecto y DO Oficinas de Empleo de Toledo y Talavera de la Reina, reformas de vivienda y otros. Colabora como Proyect Manager desde 2019 en la constructora RMR Retails y desde hace dos años en la Constructora Vetton Capital como jefa del departamento de Producción. Alba, igual que habían afirmado antes las otras ponentes, destacó el incluso mayor número de alumnas que de alumnos en su facultad, y también la adecuada relación entre profesoras y profesores, en todas las asignaturas. Esa misma experiencia fue la que vivió cuando comenzó a trabajar en estudio, «con muchas mujeres como compañeras, pero siempre con hombre como jefe». Escudier apuntó lo que ocurre con muchos clientes de las arquitectas. «En ocasiones, prefieren llamar al jefe, porque no hablan con mujeres», aportó. Sobre su presencia en las obras, la arquitecta guadalajareña recalcaba que «si eres mujer, en obra, no te hacen ni caso». Por último, la arquitecta guadalajareña señaló que es importante difundir y dar visibilidad a la arquitectura de las mujeres.

Ángela Recio Ramos intervino en representación de la Demarcación de Toledo (437 colegiados/as, de los/as que el 32,95% son mujeres). Estudió en la Escuela de Arquitectura de Toledo (2018) de donde, según asegura, recibió una fuerte conciencia social que se plasma a través de la Arquitectura (y el Urbanismo) y resto de artes. Al terminar la carrera comenzó a trabajar, mano a mano, con su padre, del que sigue aprendiendo. Juntos llevan un pequeño estudio en la localidad de Torrijos. Ángela forma parte de la Comisión de Jóvenes Arquitectos de la Demarcación de Toledo «donde estamos tratando de facilitar la experiencia de la profesión a todos aquellos que contamos con menos rodaje». Su experiencia en la Universidad de Castilla-La Mancha fue la de un ambiente igualitario, con paridad en los docentes. Sin embargo, lamentó que fueran mayoritariamente, o incluso únicamente, hombres los arquitectos que recoge el programa docente, cuando es bien conocido que en algunos casos se han valido del talento de las mujeres. «Es necesario revisar la historia que nos cuentan», afirmó. Y, para ejemplificar su afirmación, como ferviente admiradora del trabajo de Frank Lloyd Wrigth, Recio recordó que «se les olvidó contar la historia de Marion Mahony, que dio continuidad a sus proyectos, con la misma genialidad». La joven arquitecta toledana tiene por costumbre ofrecer la mano, y no dar dos besos, cuando visita obras, y, habiendo sido madre recientemente, se plantea como objetivo compatibilizar la maternidad con su profesión. En sus conclusiones, afirmó que el debate había sido muy enriquecedor, puesto que «en ningún momento hemos hablado desde la queja».

Le correspondió a Elena Guijarro, decana del COACM desde 2019, y  primera mujer al frente de la institución desde su creación en 1985, extraer las conclusiones de esta interesante jornada. La decana recordó que en la actualidad, y de los 1.325, hay 384 mujeres, colegiados/as, sólo un  29,98 % son mujeres. Sin embargo, también destacó el crecimiento porcentual de las mujeres en más de dos puntos desde 2022, cuando el COACM empezó a celebrar el 8M.  La decana daba las gracias a Elia Gutierrez Mozo por su labor como representante del COACM en la Comisión de Género del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE), por su trabajo en NAM (Navegando Arquitecturas de Mujer) desde el que visibiliza las obras de arquitectura de autoría exclusivamente femenina, singular o plural, llevadas a cabo en España entre la restauración democrática y la crisis global de 2008 con el objetivo de conocer, reconocer y valorar las aportaciones de las mujeres a la cultura arquitectónica posmoderna española y cómo sus intereses, inquietudes y prácticas han conectado, de forma pionera, con la sensibilidad de los ODS y, por tanto, con uno de los fundamentos del concepto contemporáneo de calidad en la arquitectura. Pero fundamentalmente, la decana le dio las gracias ayer a Gutiérrez Mozo por la riqueza exquisita de un debate que condujo con maestría.

Guijarro destacó, por último, que el encuentro 8M de 2025 en el COACM ha servido para poner en valor el trabajo de arquitectas, que además son jóvenes, «uniendo así dos de nuestros grandes objetivos: reivindicar lo que las mujeres le aportan a la profesión e involucrar a nuestros jóvenes en su futuro». 

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