Zoido visita este lunes la Línea (Cádiz) tras la nueva escalada de tensión por la inseguridad generada por los narcos

Policías y guardias civiles del Campo de Gibraltar han reclamado en los últimos días que el Ministerio del Interior impulse un conjunto de medidas de choque «urgentes» debido a la tensión generada por grupos criminales ligados al narcotráfico. El último incidente tuvo lugar el pasado 6 de febrero, cuando uno de estos grupos liberó a un delincuente cuando estaba siendo atendido en urgencias tras su detención.

En este contexto, el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, tiene previsto –según su agenda– «supervisar los dispositivos de seguridad» en la Línea de la Concepción (Cádiz), enclave estratégico del considerado por diferentes fuentes policiales consultadas por Europa Press como «uno de los puntos más caliente del narcotráfico de la Unión Europea». Será la séptima ocasión que Zoido se traslada a esta zona desde que asumió la cartera en noviembre de 2016.

Miembros de las Fuerzas de Seguridad piden que se declare la zona de especial singularidad, lo que implicaría el despliegue permanente de unidades especiales. Interior tomó esta decisión en junio de 2017 como reacción a la muerte de un agente de la Policía Local de La Línea que cuando perseguía de noche a dos contrabandistas de tabaco que viajaban en una motocicleta en las inmediaciones de la frontera de Gibraltar.

«Aquel despliegue», explican policías en la zona, «duró hasta que la prioridad se concentró en hacer frente a la independencia de Cataluña». Este mes de febrero volvieron a saltar las alertas. La detención de un presunto narco vinculado con el clan de Los Castañas, uno de los más poderosos de la zona, acabó con éste malherido en una pierna y en la cara.

Los agentes decidieron llevarlo al hospital pero, en cuestión de minutos, fue liberado por un grupo de encapuchados que asaltaron las instalaciones médicas con palos y navajas.

A preguntas de la prensa en el Congreso, el ministro aseguró que el liberado «no es un narco de escala», es decir, que no se trataba de un cabecilla de las organizaciones que trafican en la costa andaluza. Además, anunció que se consiguió detener a uno de los asaltantes del hospital y que se revisaban cámaras para hacer lo mismo con el resto «dentro de poco».

INTERIOR HABLÓ DE CASOS EXCEPCIONALES

Zoido defendió el dispositivo de seguridad en el Campo de Gibraltar, una zona que sufre históricamente la presión del hachís proveniente de Marruecos. Ese mismo día el ministro y la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, se cruzaron cartas en las que el primero reprochó a la mandataria que, por un «caso excepcional», el vivido en el hospital de la Línea, hablara de que los narcos «campan a sus anchas» en el Estrecho.

Según los datos recogidos en su carta, desde enero de 2017 hasta ahora se han incautado más de 183.000 kilos de hachís, se ha detenido a 518 personas y se han intervenido 490 vehículos. «La seguridad es la adecuada», subrayó Zoido desde el Congreso, señalando que «la mejor demostración» era que días antes se había detenido en Algeciras de nuevo al conocido narcotraficante gallego Sito Miñanco.

Diferentes responsables policiales señalan que es aquí donde reside uno de los grandes problemas del narcotráfico. «Es muy difícil hablar de desarticulación plena porque los mismos a los que se detiene hoy, dentro de unos meses, vuelven a la calle o, todavía peor, controlan el negocio de la droga incluso estando en la cárcel», señala un veterano guardia civil destinado en Cádiz.

Estos agentes alertan de que últimamente la tensión es mayor porque las bandas se atreven cada vez con más frecuencia a enfrentarse directamente con las autoridades. Ha habido episodios de hostigamiento a miembros de la judicatura además de contra agentes (y sus familiares), a los que embisten con sus coches y narcolanchas, normalmente de mayor potencia que las usadas por las fuerzas de seguridad.

En una zona con cifras oficiales de paro disparadas, muchos jóvenes trabajan para las bandas de narcotraficantes. Esta semana la Policía desarrolló un operativo contra el contrabando en Sanlúcar de Barrameda. Un vídeo que se ha hecho viral en Internet muestra a un grupo de gente, la mayoría en motos, que se cruzan mensajes de ánimo para lanzar piedras al helicóptero de Vigilancia Aduanera que seguía el operativo a escasos metros.

DE LOS CASTAÑAS AL MESSI

La sensación de impunidad tampoco ayuda. El clan de Los Castañas (o Castañitas) a los que se atribuye el asalto del hospital del día 6 de febrero fueron oficialmente desarticulados en una operación de la Policía en abril de 2017. Lo mismo ocurre con otro de los grandes capos del Estrecho, Abdellah El Haj, un marroquí al que se conoce como Messi que, tras varias operaciones contra su estructura, se entregó y pactó su libertad a cambio de pagar 80.000 euros, lo que provocó la indignación de amplios sectores de la Policía y la Guardia Civil.

Los sindicatos policiales de la zona reportan semanalmente diferentes incidentes entre bandas de narcos y policías. La asociación AEGC denunció horas después del asalto al hospital de la Línea que dos guardias civiles habían resultado heridos en un control policial cuando los narcos se empotraron violentamente contra los vehículos oficiales. «¿Esperan a que tengamos que lamentar una nueva víctima?», se preguntaban.

Estos sindicatos y plataformas sociales implicados en la lucha contra la droga coinciden a la hora de señalar una hoja de ruta para buscar una solución. Lo primero, según recordó el SUP en un informe del 14 de febrero, es tratar el Campo de Gibraltar como zona especial de singularidad.

Creen que las comisarías de la Línea (que necesitaría nuevas instalaciones) y Algeciras tendrían que tener el mismo rango administrativo que las comisarías provinciales habida cuenta de la delincuencia a la que se enfrentan. Esto conllevaría que se destinaran de forma permanente agentes de unidades especiales como la UPR de la Policía o el GRS de la Guardia Civil.

JUZGADOS ESPECIALES Y MÁS MEDIOS

Otra reclamación ya clásica es la regulación de las denominadas narcolanchas, con especial vigilancia a que no se subasten una vez intervenidas porque vuelven a los mismos narcos, y la creación de un juzgado especial contra el narcotráfico que vigile de la aplicación de «sentencias ejemplarizantes».

Algunas fuentes apuestan por que sea directamente la Audiencia Nacional quien atienda este tipo de delitos, que es lo que ocurrió por ejemplo cuando cayó nuevamente la organización de Sito Miñanco, asentado en Algeciras tras su último paso por prisión.

El SUP calcula que hay un déficit de 300 policías y reclama más medios tecnológicos y de autoprotección: chalecos antibalas, medios de defensa como pistolas eléctricas tipo Taser o vehículos de mayor potencia tanto en mar como en tierra. «Lejos del alarmismo», sostiene este y otros sindicatos, «sólo así se puede poner fin a esta sensación de inseguridad y de alarma social gravísimas».

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