Los hematólogos y los médicos de AP acuerdan promover estrategias para mejorar el abordaje de patologías hematológicas

La Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) y la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) han firmado un convenio marco de colaboración con el objetivo diseñar y poner en marcha estrategias conjuntas en el abordaje de los pacientes con enfermedades hematológicas.

En concreto, se está consensuando un documento de criterios de derivación de las consultas de Atención Primaria a los servicios hospitalarios de Hematología y Hemoterapia, y se ha planteado la preparación de un documento clínico dirigido a médicos del primer nivel asistencial (Semergen DOC) que incluya las patologías hematológicas más frecuentes en los centros de salud como, por ejemplo, adenopatía, anemia, poliglobulia, gammapatía monoclonal, anticoagulación o linfocitosis.

Así se ha evidenciado durante la III Jornada de Periodistas Avanzando en el cuidado del paciente hematológico , organizada por la SEHH y la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS), con el apoyo de Vifor Pharma, Abbvie, Takeda, Celgene, Novartis y Roche.

Allí, la coordinadora del Grupo de Trabajo de Hematología de Semergen, Elena Rodilla, ha recordado que la Hematología es un área de competencia del médico de familia de «gran importancia», por lo que ambas especialidades deben ir «de la mano» para mejorar el manejo de los pacientes.

Por su parte, la jefa del Servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital Universitario Reina Sofía (Córdoba), Concepción Herrera, se ha referido a la especialidad de la Hematología, comentando que los hematólogos han asistido a la introducción de nuevos tratamientos que han hecho que las enfermedades hematológicas, muy especialmente el cáncer de la sangre, incrementen «notablemente su supervivencia».

En este sentido, la experta ha puesto como ejemplos paradigmáticos de cronificación del cáncer hematológico la leucemia mieloide crónica (LMC), la leucemia linfática crónica (LLC) y el mieloma múltiple. «Quizás lo más destacable es que el aumento de la supervivencia en estos casos lleva aparejado una notable mejora en la calidad de vida de los pacientes», ha argumentado.

En términos generales, prosigue, los hospitales han tenido que hacer un esfuerzo importante destinando muchos más recursos a este tipo de asistencia, si bien ha avisado de que la coordinación con Atención Primaria es una «asignatura pendiente» en la que hay que «volcarse» en los próximos años para la atención conjunta de los pacientes hematológicos crónicos.

IMPORTANCIA DE LA ADHERENCIA A LOS TRATAMIENTOS EN HEMATO-ONCOLOGÍA

Y es que, en España, alrededor del 50 por ciento de los pacientes crónicos no tienen buena adherencia al tratamiento, lo que, a juicio de la enfermera de Hemato-Oncología del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca, Patricia Blázquez, supone un «problema importante» de salud pública que precisa un enfoque multidisciplinar por las importantes consecuencias que conlleva esta situación.

En los tratamientos del campo de Hemato-Oncología se está avanzando mucho en los últimos años, y cada vez están cobrando más importancia los antineoplásicos orales y otros medicamentos coadyuvantes que el paciente necesita tomar en su casa como parte del régimen terapéutico, por lo que el fomento de la adherencia en estos casos es de «extrema importancia» para garantizar unos resultados óptimos.

Del mismo modo, la coordinadora de Lymphoma Coalition Europe, Natacha Bolaños, ha explicado la heterogeneidad de los pacientes con linfoma crónico, subrayando la necesidad de estratificarlos para comprender el completo abanico de necesidades no cubiertas: sanitarias, sociales y hasta económicas.

«La incorporación de las nuevas terapias dirigidas, la inmunoterapia y las estrategias de secuencia y combinación de varios tratamientos han aumentado las cifras de larga supervivencia y cronicidad, pero paradójicamente nuestro sistema sanitario está mejor preparado para atender las necesidades del paciente con enfermedad aguda y no ha evolucionado al mismo ritmo para incorporar las necesidades del paciente crónico. Los resultados de salud no son sólo los relacionados con la supervivencia; también debe tenerse en cuenta la calidad de vida y la percepción de salud del paciente», ha dicho Bolaños.

Por su parte, el presidente de la Asociación Española de Enfermos de LMC (AELEMIC), Mateo Miras, ha insistido en la importancia de que se sigan estudiando los efectos adversos de los tratamientos y hacer hincapié en la necesidad de escuchar al paciente. «Es vital el seguimiento y valoración de estos efectos secundarios, porque a algunos pacientes les limita su quehacer diario. Además, los profesionales de la salud no pueden olvidar la necesidad de introducir el concepto de curación en los esquemas terapéuticos de este cáncer hematológico», ha dicho.

Por el momento, la discontinuación del tratamiento no es una práctica clínica habitual, si bien hay miles de pacientes que, tras una respuesta completa duradera durante años, han detenido el tratamiento, la mayoría en el marco de ensayos clínicos o en centros en los que el estándar de calidad es muy alto. Un 50 por ciento de estos pacientes no han recaído, pero el tiempo de seguimiento es corto a día de hoy.

Entre los avances más significativos del último año destacan: la aprobación, por parte de la Agencia Estadounidense de Medicamentos (FDA, por sus siglas inglesas), de bosutinib 400 en primera línea, la consolidación de ponatinib como tratamiento de rescate y la inclusión, por parte de la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas inglesas), de nilotinib como terapia a la que recurrir si se planea la discontinuidad del tratamiento.

Finalmente, directora de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP), María Gálvez, ha recordado que las personas mayores con problemas de salud son las que «más recursos consumen» del sistema sanitario, por lo que ha avisado de que si se sigue «inmóviles» no se podrán ofrecer a las personas la atención que necesitan».

Por ello, ha propuesto las siguientes medidas para adaptar el Sistema Nacional de Salud (SNS) a la realidad de la cronicidad: fomentar medidas de cohesión; aumentar recursos en Atención Primaria; codificar los servicios sociales para vincularlos a los sanitarios; fomentar campañas de sensibilización con la sociedad civil; publicitar resultados en salud para compartir experiencias y ser más competitivos; y formar a profesionales y pacientes en prevención secundaria y terciaria.

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