Las seis sociedades médicas se oponen a la creación de la especialidad de Urgencias y Emergencia

Seis sociedades científico médicas españolas, que representan a más de 50.000 especialistas médicos, han publicado un comunicado conjunto en el que manifiestan su malestar por la decisión política tomada la semana pasada en la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados favorable al reconocimiento y creación de la especialidad de Urgencias y Emergencias, al tiempo que constatan la falta de criterio y justificación científica de esta medida.

Así, su propuesta es la creación de un área de capacitación especializada (ACE) en Urgencias, al considerar que da una respuesta mucho «más coherente» a las necesidades sociales actuales, así como a los requerimientos organizativos de los servicios sanitarios, e incluso a las propias necesidades personales de los profesionales.

Además, consideran que el ACE en Urgencias representa un «modelo más flexible que facilita la movilidad de los médicos en diferentes ámbitos asistenciales (urgencias, atención primaria, o servicios hospitalarios como medicina interna), con las consiguientes ventajas tanto para los profesionales como para la propia organización sanitaria».

A su juicio, el Sistema Nacional de Salud (SNS) deberá adaptarse a corto plazo a las nuevas necesidades asistenciales marcadas por los cambios en el patrón epidemiológico (cronicidad, pluripatología) y demográfico (envejecimiento). «Consideramos que establecer un sistema asistencial más fragmentado con la creación de nuevas especialidades va contra la construcción de un sistema centrado en las necesidades del paciente, orientado a dar a cada uno de ellos la atención personalizada, integradora y en longitudinalidad que este pudiera precisar», afirman.

«La atención de urgencia se entiende como una atención integral y continua que se presta por atención primaria y hospitalaria, y por los servicios y dispositivos específicamente dedicados a la atención urgente. Y cualquiera de esos ámbitos, que van desde el domicilio del paciente hasta el hospital, pasando por la urgencia extrahospitalaria, forman parte del ámbito natural de trabajo del médico de familia», afirman.

La patología que se atiende en Urgencias, así como toda la patología urgente es enormemente variada. No sólo es patología aguda sino también crónica. Por ello, consideran que «los profesionales de los servicios de urgencias deben tener un perfil «generalista» para poder dar respuesta adecuada a los problemas generales de los pacientes».

«No es cierto que existan deficiencias en la calidad de la atención prestada en los servicios de urgencias y que la falta de una especialidad de Urgencias comprometa dicha asistencia. Existe un alto grado de capacitación de los profesionales que actualmente atienden dichos servicios, los cuales en su práctica totalidad son médicos especialistas vía MIR, mayoritariamente de Medicina Familiar y Comunitaria y Medicina Interna pero también de Cuidados Intensivos y de otras especialidades que tienen una amplia formación para atender cualquier patología urgente», añaden.

El hecho de que los médicos en formación (MIR) deban asumir una parte importante de la carga asistencial no es un escenario particular de los servicios de urgencias, sino que es una situación común en cualquier servicio hospitalario. «Este hecho en sí mismo no debe considerarse negativo, siempre que el trabajo del médico residente esté debidamente supervisado», advierten.

Por otro lado, señalan que «no existe un problema de reconocimiento legal de los profesionales que trabajan en Urgencias», y recuerdan que «es la administración sanitaria quien debe dar el respaldo legal y definir la titulación para desempeñar la actividad en éste ámbito».

Asimismo, consideran que «la aparición de una nueva especialidad de Urgencias y Emergencias no resolvería ninguno de los problemas actuales de los servicios de urgencias que son de índole organizativa y no competencial». De hecho, estiman que «la creación de esta especialidad reforzará un modelo asistencial fragmentado que es insostenible en el tiempo».

A juicio de estas sociedades, equivalente a más del 40% de los médicos que forman parte del Servicio Nacional de Salud, la patología urgente es competencia de todas las especialidades tanto médicas como quirúrgicas, y por tanto no se puede renunciar a ella, siendo además independiente del lugar en el que desarrolle su actividad. En este sentido, añaden, «no es posible establecer un límite entre las competencias de los profesionales que trabajan en dispositivos de urgencias, puntos de atención continuada y servicios de urgencias hospitalarios».

El comunicado está firmado por la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC), la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC) y la Sociedad Española de Cardiología (SEC).

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