La microbiota es diferente en pacientes con obesidad, VIH, hepatitis C o esclerosis múltiple, según experto

La composición de la microbiota intestinal, formada por billones de bacterias, es diferente en pacientes con obesidad, VIH, VHC o esclerosis múltiple, según ha expuesto el doctor José Antonio Oteo, jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario San Pedro de La Rioja, durante el XXXIX Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).

Con el objetivo de analizar las novedades más recientes publicadas sobre la microbiota, en el Congreso, que se clausura este viernes en Burgos, diferentes expertos han abordado una actualización sobre microbiota y su relación con diversas patologías, como la insuficiencia cardíaca y las enfermedades infecciosas, ya que en los últimos años «está adquiriendo una gran importancia».

Y es que la composición de la microbiota intestinal da información sobre el microbioma. Estudios recientes han demostrado la relación entre las alteraciones de este conjunto de bacterias y un número cada vez mayor de patologías. El doctor Oteo indica que «esta microbiota juega un papel muy importante en el mantenimiento del equilibrio/salud».

«De hecho, sabemos que la composición de la microbiota es diferente en pacientes con obesidad, infección por VIH, VHB, VHC, esclerosis múltiple y la hipótesis de actuar sobre esta microbiota para lograr el equilibrio perdido es muy interesante. Estas infecciones alteran la composición de la microbiota a nivel intestinal, propiciando la translocación bacteriana y la puesta en marcha de cascadas inflamatorias que parecen ser responsables del aumento del riesgo vascular que presentan estos pacientes», afirma el doctor, que añade que aún «queda mucho trabajo por hacer» en relación a la aplicación del Big Data en este terreno.

Asimismo, el experto reclama que se debería conocer el impacto de los fármacos de uso común sobre la microbiota. Además, considera que se debería «hacer un esfuerzo y conocer cuál es el papel que juegan los prebióticos, probióticos y, por qué no, en un momento dado, el trasplante fecal».

MODIFICAR LA MICROBIOTA EN RECIÉN NACIDOS

«Las actuaciones basadas en la manipulación de la microbiota se harán rutinarias en muchas patologías crónicas y es previsible que la generación de conocimientos sobre probióticos y farmabióticos se adquieran por métodos más basados en la evidencia, y se consigan microorganismos, que proporcionen profilaxis y tratamientos eficaces para diferentes trastornos», vaticina Pablo Bachiller, adjunto del Servicio de Medicina Interna y responsable de la Consulta de Enfermedades Infecciosas-Medicina Interna, del Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid.

A lo que añade, que se podría plantear incluso «si se llegará a que todos los recién nacidos (especialmente prematuros y nacidos por cesárea) sean colonizados de modo controlado, a fin de garantizar la diversidad», comenta el doctor Pablo Bachiller.

MICROBIOMA E INSUFICIENCIA CARDIACA

En el Congreso Nacional de la SEMI también se ha abordado el vínculo de la microbiota con la insuficiencia cardíaca. La doctora Dulcenombre Gómez-Garre, del laboratorio de Biología Vascular del Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, explica que la insuficiencia cardíaca provoca alteraciones en la microbiota y, a su vez, estas alteraciones agravan la enfermedad.

«En pacientes con insuficiencia cardíaca, el corazón no es capaz de bombear suficiente sangre a los tejidos, entre los que se encuentra el intestino, lo que ocasiona una alteración de la barrera intestinal». Esto hace que «los millones de bacterias que conviven en el intestino puedan atravesarla, llegando a la circulación sanguínea, en donde generan un grado de inflamación que agrava la insuficiencia cardíaca», señala.

En la actualidad, existe un estudio multicéntrico realizado entre grupos pertenecientes al CIBER de Investigación en Enfermedades Cardiovasculares (CIBERCV) en el que se va estudiar la relación entre la microbiota intestinal y la insuficiencia cardiaca.

«El potencial de este estudio es que se van a estudiar otras muchas variables, por lo que vamos a poder investigar el papel de la microbiota intestinal en un contexto global. De hecho, las principales novedades que se están produciendo en este sentido están relacionadas con la metodología para la cuantificación de la microbiota, ya que la aparición de las técnicas de secuenciación masiva ha facilitado mucho su estudio pero todavía presenta algunas limitaciones, principalmente la interpretación de la gran cantidad de datos que se generan, lo cual hace que su incorporación a la práctica clínica sea lento», expone Gómez-Garre.

La insuficiencia cardíaca es solo una de las enfermedades influidas por las alteraciones de la microbiota. El doctor Oteo señala que estas alteraciones, «si no se reparan por los denominados mecanismos de resiliencia, puede dar lugar a disbiosis», lo que a su vez «se ha asociado con un creciente número de procesos patológicos que van desde la caries dental al cáncer».

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