La estimulación cerebral puede ayudar a caminar mejor a los pacientes con Parkinson, según un estudio
Las alteraciones de la marcha afectan negativamente a la calidad de vida de los pacientes con enfermedad de Parkinson, que afecta a millones de personas en todo el mundo. Aunque existen diversos tratamientos farmacológicos, quirúrgicos y de rehabilitación, su eficacia es limitada.
Ahora, un equipo de investigadores de Japón ha conseguido abordar con éxito esta limitación. Utilizando un novedoso enfoque de neuromodulación que incorpora la estimulación eléctrica transcraneal de bucle cerrado combinada con la marcha, han demostrado mejoras significativas de la marcha en pacientes con diversos trastornos neurológicos, incluida la Parkinson.
El Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa debilitante caracterizada por el declive de la función motora, particularmente en relación con los trastornos de la marcha. Estos trastornos de la marcha se manifiestan como disminución de la longitud de los pasos, reducción del balanceo de los brazos, lentitud de movimientos, rigidez e inestabilidad postural, que son frecuentes entre los pacientes con Parkinson.
Mientras que los enfoques no farmacológicos, como la estimulación transcraneal de corriente directa, resultan prometedores para mejorar la función motora, las investigaciones recientes se centran en la estimulación combinada de la marcha en bucle cerrado, que sincroniza la estimulación cerebral con el ritmo de la marcha del individuo.
Este estudio, publicado en la revista científica Journal of Neurology, Neurosurgery & Psychiatry , propone una novedosa intervención para mejorar la marcha, creando así nuevas esperanzas para los pacientes con Parkinson.
«Recientemente desarrollamos un novedoso enfoque de neuromodulación utilizando la estimulación eléctrica transcraneal (tES) de circuito cerrado combinada con la marcha y demostramos prometedoras mejoras en la marcha en pacientes que han sufrido una apoplejía. Aquí probamos la eficacia de esta intervención en pacientes con alteraciones parkinsonianas de la marcha», ha explicado el autor principal, Ippei Nojima, de la Universidad Shinshu y la Universidad de la Ciudad de Nagoya (Japón).
Para ello, los investigadores clínicos reclutaron a 23 pacientes con Parkinson o síndrome de Parkinson. Todos los participantes en el estudio fueron asignados aleatoriamente a recibir el tratamiento activo o un tratamiento «simulado» que imita el tratamiento activo pero no ofrece ningún beneficio terapéutico.
Durante el transcurso del ensayo, se colocó externamente en la región occipital de la cabeza un electrodo portador de una corriente baja (hasta 2 mA). A continuación, se colocó un electrodo de referencia en la región del cuello para establecer un punto de referencia eléctrico estable y completar el circuito eléctrico. El tratamiento incluyó la realización de tES en el cerebelo de forma no invasiva. La electroterapia se dirigió específicamente al lado del cerebro que mostraba un impacto grave.
«Las alteraciones de la marcha reducen las actividades de la vida diaria en pacientes con Parkinson y trastornos relacionados. Sin embargo, la eficacia de los tratamientos farmacológicos, quirúrgicos y de rehabilitación es limitada. Nuestra novedosa intervención podría mejorar la función física no sólo de los pacientes con Parkinson, sino también de aquellos con otras discapacidades», ha comentado otro de los responsables de la investigación, Yoshino Ueki, del Departamento de Medicina de Rehabilitación de la Universidad de la Ciudad de Nagoya.
La terapia mostró resultados alentadores tras sólo diez repeticiones. El grupo de tratamiento mostró una mejora significativa de los parámetros de la marcha, como la velocidad, la simetría de la marcha y la longitud de la zancada.
Curiosamente, ningún paciente abandonó durante el estudio. Además, los pacientes de ambos grupos (tratamiento y simulacro) mostraron un cumplimiento bueno y comparable. Tampoco se observaron efectos secundarios como irritación cutánea, vértigo o sensaciones/percepciones extrañas en ninguno de los pacientes voluntarios.