Investigadores españoles localizan biomarcadores cerebrales para detectar el Alzheimer

Investigadores del CIBER-BBN del Centro de Tecnología Biomédica (CTB) de las universidades Complutense y Politécnica de Madrid han localizado, a partir de la detección de cambios funcionales cerebrales que ocurren durante la enfermedad de Alzheimer, un conjunto de biomarcadores que podrían predecir qué pacientes con deterioro cognitivo leve (DCL) tienen un mayor riesgo de desarrollar demencia.

«En este trabajo encontramos que dos subredes, en las bandas de frecuencia theta y beta, que involucran regiones fronto-temporales y fronto-occipitales, se ven alteradas durante la evolución del Alzheimer», destaca Mª Eugenia López García, investigadora del CIBER-BBN en el grupo de Neurociencia Cognitiva de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y una de las autoras del estudio.

La investigación, publicada en la revista Brain , toma la hipersincronización (incremento de la conectividad entre regiones cerebrales) como eje principal de los cambios y a la magnetoencefalografía (MEG) como la herramienta para detectarla.

Así, se ha demostrado que los pacientes con DCL que posteriormente desarrollan Alzheimer muestran un incremento de la sincronía pero, al desarrollarse la demencia, esta sincronización disminuye como síntoma de la disfunción de la red cortical.

El deterioro cognitivo leve es una fase intermedia entre lo que se considera un envejecimiento normal y la demencia. Un 15 por ciento de pacientes al año acaban pasando de esta etapa a la de Alzheimer. Por ello, el diagnóstico precoz del DCL, y especialmente la distinción de estos pacientes que terminarán padeciendo Alzheimer «ayudaría tanto al diagnóstico como a establecer un pronóstico y a tener un sistema de evaluación de nuevas intervenciones farmacológicas o no-farmacológicas».

Para llevar a cabo este estudio, los investigadores reclutaron durante tres años a 54 pacientes con DCL (de una muestra inicial de 145) a los que se les hizo un seguimiento clínico cada seis meses durante tres años, y se les aplicó un registro con magnetoencefalografía para medir los campos magnéticos que genera el cerebro tanto al principio (fase pre) como al final del estudio (fase post).

Sobre estos registros, se aplicaron técnicas de estimación de la sincronización cerebral, que permiten determinar la forma en que distintas regiones cerebrales se comunican entre sí. Al finalizar el estudio, 27 pacientes se mantuvieron como DCL (DCL estables, DCLe) y la otra mitad convirtió a Alzhéimer (DCL conversores, DCLc). El modelo desarrollado en este estudio tuvo una tasa de acierto del 96,2 por ciento.

«Los resultados de sincronización obtenidos en las fases pre y post nos han permitido elaborar un modelo explicativo, al que hemos llamado modelo X , en el que se observa que la hipersincronización predice la conversión en el grupo de DCLc en la fase pre, mostrándose una disminución de la sincronización en este grupo en la fase post. Por el contrario, los DCLe muestran un patrón inverso de sincronización en ambas etapas», explica la investigadora del CIBER-BBN/UCM, quien destaca que contar con este biomarcador temprano y no-invasivo puede ayudar a entender esta enfermedad.

En el proyecto participan, además, el Hospital Clínico San Carlos de Madrid, el Laboratorio de Neurociencia Cognitiva y Computacional (UCM-UPM) del Centro de Tecnología Biomédica, la Universidad de las Islas Baleares y la Universidad de la Laguna (Tenerife).

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