Catedráticos alertan en el Congreso de que no se dan las condiciones políticas para una reforma constitucional

El historiador Álvarez Junco llama a encauzar la crisis catalana para evitar una «balcanización»

Catedráticos de Historia y de Derecho han coincidido este miércoles en el Congreso en la necesidad de reformar la Constitución de 1978, si bien han alertado de que actualmente no se dan las condiciones políticas para emprender ese camino porque el consenso que se alcanzó hace 40 años es hoy «poco menos que imposible».

El primero en lanzar este mensaje en la comisión del Congreso que estudiará la modernización del Estado autonómico ha sido el que fuera director del Centro de Estudios Constitucionales (CEPC) con José Luis Rodríguez Zapatero y catedrático de Historia de la Universidad Complutense de Madrid, José Álvarez Junco.

Álvarez Junco ha reconocido la conveniencia de reformar la Carta Magna, si bien ha subrayado que el consenso de hace 40 años hoy es «poco menos que imposible». «Esa reforma la veo complicada, pero sí creo que es necesaria (…) si queremos que la Constitución sea un texto vivo y no letra muerta», ha insistido el profesor, quien ha puesto en valor el espíritu del 78, en el que «todos renunciaron a algo», a excepción de los independentistas, a tenor del devenir de los acontecimientos.

En concreto, Álvarez Junco ha abogado por una modificar la ley de leyes en los cuatro supuestos que contemplaba el informe redactado por el Consejo de Estado en 2006, esto es, la prevalencia del varón en la sucesión de la Corona, recoger la integración europea, la reforma del Senado e incluir los nombres de las autonomías.

HACIA UNA REFORMA «ACOTADA»

Joan Romero González, catedrático de Geografía Humana de la Universitat de Valencia, también se ha mostrado partidario de reformar la Constitución en la misma línea del informe del mencionado órgano consultivo del Gobierno, del cual participó, pero ha coincidido con Álvarez Junco en que en que no ve condiciones a día de hoy para un acuerdo político de esas características.

Así, ha apostado por avanzar hacia una reforma «acotada» de la Constitución –singularmente en lo que tiene que ver con el Senado, que es «la parte más débil de la Carta Magna»–, y no por una «profunda», si bien ha reiterado que le parece «poco probable» que pueda cerrarse un gran pacto en este sentido.

Por ello, ha sugerido promover leyes orgánicas para mejorar algunos aspectos como el modelo de financiación autonómica que, a su juicio, es «muy asimétrico», especialmente entre el régimen foral y el común.

Por su parte, el exeurodiputado de UPyD, Francisco Sosa Wagner, catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad de León, ha apuntado como «deseable» una reforma de la Constitución, pero también la ve «difícil» a tenor de que el «el 30 por ciento» de los diputados «o bien no creen en la Carta Manga o bien no creen en España», sobre todo a raíz del «golpe de Estado» que se ha perpetrado desde Cataluña que, según sus palabras, «ha hecho trizas» el orden constitucional español.

EL SENADO ES UNA «PORQUERÍA»

Durante su intervención, Sosa Wagner ha cargado principalmente contra el PP y el PSOE, por ser los principales partidos mayoritarios, por haber hablado de la necesidad de modificar la Constitución pero no haber puesto en todo este tiempo negro sobre blanco sobre aquellos asuntos a los que pretenden meter mano .

Una de las principales reformas que, en su opinión, ha de abordarse en un Estado tan descentralizado como España es la reforma del Senado que, según ha dicho, es una «porquería» porque realmente «no representa a los territorios». En este punto, ha abogado por sustituirlo por una Conferencia de Presidentes en la que estén representados los Gobiernos autonómicos y se apliquen mayorías y minorías de bloqueo al estilo de los Consejos de Ministros de la UE.

En cuanto al modelo de Estado, Álvarez Junco ha defendido la fórmula del federalismo como la más adecuada para la organización territorial de España, pero ha avisado de que antes habría que definir unos principios «básicos» ante una futura reforma constitucional: fijar cuáles son las competencias del Estado central y las comunidades y clarificar la distribución de recursos. En este punto, ha apostado por que España siga el modelo canadiense.

En este sentido, el veterano profesor ha alertado a los diputados de la conveniencia de encauzar la crisis en Cataluña porque, de lo contrario, ha advertido, se corre el riesgo de sufrir una «balcanización», y ha planteado como salida a esta situación «buscar un término de medio» porque, si no, «el problema acabará con la constitución de muchos estados independientes». Como posible salida, ha planteado que quizá puede servir el término «nación de naciones», en el sentido de «nación soberana –el Estado Central– y otras como naciones culturales pero que no puedan decidir su futuro».

ESPAÑA, «MUY LEJOS» DE SER UN ESTADO FEDERAL

De su lado, Romero ha asegurado que el país está «muy lejos» del Estado federal, y ha mostrado su preocupación por el proceso de recentralización que percibe en el país, señalando la sentencia del Tribunal Constitucional como una de las principales responsable de la actual «ruptura emocional».

Por último, Sosa Wagner ha desechado la idea de que España sea un Estado plurinacional en favor de un país «diverso», ha abogado por mejorar los mecanismos de coordinación autonómica, reforzando las Conferencias de Presidentes, y ha apostado por una financiación autonómica que garantice los servicios públicos a todos los ciudadanos dejando «los privilegios históricos en el desván».

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