La ONU alerta sobre el «grave riesgo» de que los combates den al traste con los progresos en el proceso de paz

MADRID, 18

El enviado especial de Naciones Unidas para Yemen, Martin Griffiths, ha alertado este martes sobre el «grave riesgo» de que el recrudecimiento de los combates en el país en las últimas semanas, que han dejado «decenas, y posiblemente cientos» de víctimas civiles, dé al traste con los esfuerzos realizados hasta la fecha para lograr un acuerdo político al conflicto.

«Estamos presenciando en Yemen lo que temíamos hace mucho», ha indicado en una comparecencia ante el Consejo de Seguridad de la ONU, donde ha incidido en que es «plenamente consciente» de que «la renovada violencia podría ser un revés a los logros obtenidos, hacer más difícil la paz y provocar consecuencias humanitarias aún más graves para la población».

Así, ha sostenido que «durante el último mes, la situación militar ha sido cada vez más dura» y que «ambas partes han anunciado objetivos militares expansivos y han intercambiado una fiera retórica».

«La mayoría de los combates más duros han tenido lugar en el distrito de Nihm, en la provincia de Saná, y también en las provincias de Jauf, Marib y Saada», ha detallado, antes de recalcar que «líneas de frente tranquilas durante meses se han visto arrastradas al recrudecimiento del conflicto».

En este sentido, Griffiths ha hecho hincapié en «las informaciones sobre decenas, y posiblemente cientos de víctimas civiles, el desplazamiento de familias y los daños a escuelas y hospitales». «Las mujeres y los niños siguen sufriendo más por los ataques», ha añadido.

El enviado especial de Naciones Unidas ha insistido en la necesidad de lograr «una solución pacífica y política al conflicto» y ha puntualizado que «la paz no puede darse por hecha». «Requiere compromisos continuos y alimentar un proceso político para que pase», ha argüido.

Griffiths ha apuntado que «los líderes de ambas partes tienen la capacidad y la responsabilidad de controlar la violencia, rebajar la retórica y comprometerse con una reducción de los enfrentamientos más sostenible».

«Me preocupa que este recrudecimiento lastre además los progresos obtenidos en Hodeida, donde la situación es vulnerable al incremento de la violencia», ha dicho, antes de recordar el acuerdo entre las partes en diciembre de 2018 en Estocolmo.

Pese a ello, ha destacado que las partes han obtenido «progresos significativos» en los esfuerzos para «generar confianza», al tiempo que ha hecho referencia a los recientes intercambios de presos.

«Los avances en estos asuntos, las medidas humanitarias, nos demuestran que, incluso en esta etapa lúgubre, las partes pueden trabajar juntas, sentarse en la mesa juntos y aliviar el sufrimiento del pueblo de Yemen», ha dicho.

Así, ha señalado que también demuestra que «la confianza que han construido no se ha echado totalmente a perder». «Mi temor es que esta confianza y estas relaciones sean cada vez más frágiles», ha apuntado.

«COMPROMISO POLÍTICO»

Por todo ello, Griffiths ha reiterado que «la paz en Yemen sólo puede surgir de un compromiso político entre ambas partes a través de un proceso mediado por la ONU».

«No será dictado y no tendrá éxito desde una posición de dominio militar. No puede ser secundario a los avances territoriales, particularmente cuando hemos visto tan claramente en Yemen que no hay una solución al conflicto», ha argumentado.

De esta forma, ha recalcado que el organismo internacional «está trabajando hacia el objetivo de restablecer unos acuerdos verdaderamente inclusivos para rebajar las hostilidades», si bien ha dicho que «una reducción de la violencia no es suficiente, y esta es una e las lecciones de los dos últimos meses».

Griffiths ha enumerado nuevamente los objetivos respaldados por las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU para el conflicto, entre ellos un gobierno inclusivo, un proceso de transición política, un acuerdo a nivel militar y de seguridad, la «revitalización» de la economía y las instituciones del país y un acuerdo en torno a que «las enemistades terminan mientras las diferencias continúan».

«Las dudas en torno a la vía política permiten que los tambores de guerra suenen más fuerte y permiten que las provocaciones aumenten y se multipliquen», ha alertado, antes de agregar que «el duro trabajo que las partes han llevado a cabo está en grave riesgo de desaparecer».

«Las partes deben mostrar el valor que sé que tienen para dejar de lado sus objetivos militares a corto plazo y mantener un compromiso sostenido, tangible e irreversible con el proceso político», ha remachado.

El conflicto en Yemen, que enfrenta al Gobierno de Abdo Rabbu Mansur Hadi, apoyado por una coalición encabezada por Arabia Saudí, y los rebeldes huthis, respaldados por Irán, ha provocado la mayor crisis humanitaria actualmente abierta en el mundo y ha dejado más de 100.000 muertos.

Además, el 80 por ciento de la población necesita ayuda humanitaria, mientras que diez millones de personas están al borde de la hambruna y otros siete millones sufren desnutrición.

El Plan de Respuesta Humanitaria de la ONU para Yemen de 2019 requería 4.200 millones de dólares para ayudar a más de 20 millones de yemeníes, entre ellos diez millones que dependen totalmente de la ayuda humanitaria para sobrevivir cada mes. Hasta la fecha, solo se ha financiado al 83 por ciento.

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