El daño en los vasos oculares aumenta el riesgo de accidente cerebrovascular en personas con diabetes, según estudio

Los pequeños vasos sanguíneos dañados en el ojo podrían ser un marcador de un mayor riesgo de accidente cerebrovascular entre las personas con diabetes, según una investigación preliminar que se presentará en la Conferencia Internacional sobre Accidentes Cerebrovasculares 2020, que se celebrará del 19 al 21 de febrero en Los Angeles (Estados Unidos).

La retinopatía diabética, daño a los pequeños vasos sanguíneos del ojo, es una complicación común de la diabetes y puede llevar a la ceguera. También se ha relacionado anteriormente con un mayor riesgo de ataque cardíaco y de muertes por ataque cardíaco.

«La acumulación de placa en las grandes arterias que alimentan el cerebro y la fibrilación auricular de la arritmia cardíaca, son las principales causas de los accidentes cerebrovasculares isquémicos (causados por coágulos). Además, el daño a los pequeños vasos sanguíneos también causa accidente cerebrovascular y demencia vascular, por lo que pensamos que la retinopatía diabética podría ser un importante biomarcador del riesgo de accidente cerebrovascular para los pacientes con diabetes», explica el autor principal del trabajo, Ka-Ho Wong, de la Universidad de Utah (Estados Unidos).

Los investigadores hicieron un seguimiento de 874 personas con diabetes que desarrollaron retinopatía diabética y 1.954 que no la desarrollaron. Todos los pacientes (con una edad media de 62 años) participan en ACCORD , un gran ensayo para comprobar si los esfuerzos intensivos para controlar el azúcar en la sangre, reducir el colesterol y disminuir la presión arterial pueden reducir el riesgo de enfermedades cardíacas en las personas con diabetes.

Durante un seguimiento de cinco años, los investigadores encontraron que la retinopatía diabética fue más común en los pacientes con accidente cerebrovascular (41%) que en los que no (30%). Después de ajustar los múltiples factores de riesgo de accidente cerebrovascular, los que tenían retinopatía diabética tenían un riesgo 60 por ciento mayor de sufrir un accidente cerebrovascular que las personas con diabetes que no tenían retinopatía diabética; y el mayor riesgo se encontró en todos los grupos de tratamiento.

«Nos sorprendió que ninguna de las intervenciones disminuyera el riesgo de retinopatía diabética y de accidente cerebrovascular, especialmente la reducción de la presión arterial intensa, ya que muchas enfermedades microvasculares son causadas por la presión arterial alta. Este hallazgo coincide con los resultados del ensayo, que no mostraron ninguna reducción de los ataques cardíacos», apunta Wong.

A pesar de estos hallazgos, los investigadores sugieren que los pacientes de retinopatía diabética reciben una gestión médica agresiva para reducir el riesgo de accidente cerebrovascular. «Es importante que todos los diabéticos mantengan un buen control de la glucosa en sangre, y los que tienen retinopatía diabética establecida deben prestar especial atención al cumplimiento de todas las directrices de prevención del accidente cerebrovascular», concluye el investigador.

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