Marlaska achaca la polémica de los piolines a la gestión del PP, que pregunta por homenaje a policías víctimas de ETA
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha achacado la polémica sobre la referencia a los piolines que hizo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a la falta de «autocrítica» del PP por las condiciones «indignas» en las que pernoctaron policías y guardias civiles en los barcos con dibujos de personajes infantiles durante el referéndum independentista del 1-O.
En la sesión de control al Gobierno en el Congreso, el diputado del PP Jaime Mateu Istúriz ha censurado el «silencio cómplice» de Grande-Marlaska pese al «insulto» dirigido por Sánchez a los policías y guardias civiles.
Además, Mateu Istúriz le ha recordado los recientes abucheos dirigidos al ministros en el acto de jura de los nuevos policías nacionales en la Escuela de Ávila y le ha preguntado por la no celebración de un acto de homenaje a policías víctimas de ETA que se había programado en el Wizink Center de Madrid.
Sin entrar en detalles sobre estas otras preguntas, Grande-Marlaska ha lamentado que el PP «mienta de forma tan ofensiva». En este punto ha reiterado sus palabras en el Pleno de la semana pasada en el sentido de que con piolines únicamente se referían a las «condiciones lamentables e indignas» en las que fueron enviados en barcos los agentes, «dificultando su vida personal y sus capacidades operativas».
EL PP, CUATRO AÑOS SIN AUTOCRÍTICA POR EL 1-0
«Llevan cuatro años sin hacer autocrítica, les duele pero no saben pedir perdón», ha señalado Grande-Marlaska sobre el dispositivo policial que el Gobierno del PP diseñó para tratar de impedir el referéndum independentista de 2017. Además, ha contrastado esto con la oferta de empleo público, lo que a su modo de ver es la forma de «querer» a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Mateu Istúriz ha reprochado que Sánchez «no deje títere con cabeza» y ha recordado que a Cataluña se envió a los policías en «defensa de la Constitución», por lo que merecen el máximo respeto y no recurrir a expresiones como piolines, ya que es la que usan desde el independentismo. Además, se ha aventurado si el Gobierno terminará usando la palabra txakurra (perro en vasco), como denominada ETA a los agentes de las Fuerzas de Seguridad.
Grande-Marlaska se ha defendido de las críticas de «silencio cómplice» recordando que la bancada del PP no dijo nada ante los más de 800 traslados de presos de ETA cuando la banda terrorista aún mataba o cuando «se utilizaron medios de Policía y Guardia Civil para tapar delitos».
ESPIONAJE AL INDEPENDENTISMO
El ministro del Interior ha vuelto a defender el control judicial en las interceptaciones de comunicaciones por parte de la Policía y la Guardia Civil, desligándose de programas como Pegasus que, según ha dicho en varias ocasiones, no ha sido usado en el Ministerio del Interior.
La diputada de JxCAT Miriam Nogueras le ha pedido que «demuestre que ya no existen cloacas» y le ha retado a que dé explicaciones sobre una serie de empresas que, según ella, están relacionadas con el espionaje al independentismo catalán.
«Los hechos negativos es muy difícil probarlos. España es democracia plena y lo único que se persiguen son hechos susceptibles de constituir delito, no ideas. No tenemos una Constitución militante», ha señalado Grande-Marlaska, en la línea de lo que expresó ayer en el Senado en sendas preguntas orales.
El ministro ha añadido que «claro» que la Policía y la Guardia Civil tienen programas de interceptación de comunicaciones, pero encuadrando su uso en la lucha contra el terrorismo y otros fenómenos delictivos como la trata de personas. «Y siempre bajo el amparo del poder judicial», ha enfatizado.