Debate.- Los principales candidatos europeos piden que se vote para luchar contra los nacionalismos en la Unión

Solo el candidato euroescéptico reclama ceder menos soberanía a Europa y que los Estados tengan más poder sobre sus políticas

BRUSELAS, 15

Los principales candidatos europeos a presidir la Comisión Europea que han participado esta noche en el debate celebrado en el Parlamento Europeo han pedido a los ciudadanos de la Unión que vayan a votar para luchar contra los «nacionalismos y los egoísmos» que se han fortalecido en la UE en los últimos años. Solo el candidato euroescéptico, el checo Jan Zahradil, se ha mostrado contrario a seguir cediendo soberanía a la Unión y ha reclamado que los Estados tengan más poder sobre sus políticas.

A lo largo de hora y media, los candidatos de los seis principales grupos a presidir la Comisión tras las elecciones del 26 de mayo, han desgranado sus propuestas sobre numerosos temas como la inmigración, el cambio climático, el desempleo juvenil, los paraísos fiscales, los impuestos, el proteccionismo comercial de Estados Unidos, los tratados de libre comercio o la desafección de los ciudadanos hacia la UE.

Así lo han hecho Manfred Weber, del Partido Popular Europeo (PPE); Frans Timmermans, de los Socialistas y Demócratas Europeos; Jan Zahradil, del Grupo Conservador; Margrethe Vestager; de la Alianza de Liberales y Demócratas Europeos (ALDE); Ska Keller, del Grupo de los Verdes (ALE) y Nico Cué, de Izquierda Unitaria Europea (GUE).

No obstante, en este debate no se han escuchado las voces más extremistas de la Unión. De hecho, muchos de los partidos de extrema derecha aún no han llegado a la Eurocámara, aunque las últimas encuestas apuntan a que los euroescépticos podrían llegar a ocupar hasta un tercio de los escaños del Parlamento Europeo.

El debate ha transcurrido en un tono moderado, con pocas interrupciones y sin rifirrafes destacables. Pero al término del mismo y en su minuto de oro, los principales candidatos han dejado ver su preocupación por la baja participación que han registrado estos comicios en las últimas convocatorias electorales por la desafección de los ciudadanos hacia la Unión y el crecimiento de los nacionalismos dentro de la UE y han reclamado abiertamente a los votantes que vayan a las urnas el próximo 26 de mayo.

El candidato socialista, Frans Timmermans, vicepresidente de la Comisión, ni siquiera ha pedido el voto para su partido, sino que simplemente ha incitado a los votantes a que acudan a lar urnas. «Nos han oido, voten con el corazón y voten lo que voten, nunca sean indiferentes porque si no van a votar alguien tomará su voz y su voto», ha indicado.

Incluso ha hecho autocrítica: «Seamos muy claros, la gente que votaba a mi partido ahora da el voto a nacionalistas o extremistas, es culpa nuestra», ha exclamado.

MECANISMOS DE CONTROL DEL ESTADO DE DERECHO

Manfred Webber, el candidato del Partido Popular Europeo, también ha cargado contra el «nacionalismo y el egoísmo» que «campa a sus anchas» por Europa y ha apostado por luchar contra ello para lo que ha propuesto un mecanismo de control del Estado de Derecho que castigue a los que no respetan los valores fundamentales. Con el fin de lograrlo, ha pedido a los ciudadanos que vayan a votar y abrir así un nuevo capítulo que haga la «mejor Europa».

La candidata de Alianza de Liberales y Demócratas y comisaria de Comptencia, la danesa Margarethe Vestager, se ha pronunciado en la misma línea, afirmando que el poder de cambiar las cosas lo tienen los ciudadanos con su voto y les ha animado a que vayan a votar el 26 de mayo porque si no ese poder «lo utilizarán otros». Además, ha defendido una Comisión en la que el poder sea paritario, es decir, que haya el mismo número de Comisarios que de Comisarias.

«NO DAR CANCHA A LOS NACIONALISMOS».

Ska Kekker, candidata del Grupo de los Verdes, también ha cargado contra el nacionalismo que «divide la UE» y no reconocen los derechos humanos de algunos ciudadanos. Ha pedido que no se les dé «mucha cancha» para que este tipo de movimientos no crezcan más y ha puesto en cuestión que se pacte con ellos, como ha ocurrido en Austria. Ha reclamado también un Parlamento Europeo fuerte para afrontar con valentía los cambios que están exigiendo los jóvenes.

El belga Nico Cué, de origen español y candidato del Grupo Izquierda Unitaria Europea, ha culpado a las políticas de austeridad de la desafección de los ciudadanos por Europa y de que hayan aumentado los apoyos de los partidos nacionalistas. En este sentido, ha explicado que reducir las pensiones, elevar la edad de jubilación o reducir los servicios ha provocado un malestar de tal magnitud que ha hecho que los ciudadanos «se refugien en sus naciones».

Por ello, ha pedido a los ciudadanos que vayan a votar, para cambiar el rumbo de Europa y ha defendido que solo la izquierda puede lograr ese objetivo.

Sin embargo, el candidato del Grupo de Conservadores y Reformistas(ECR), el checo Jan Zahradil, ha advertido de que nadie en la UE está satisfecho con la situación y a lo largo de todo el debate ha insistido en buscar un equilibrio entre el poder de la Unión y el de los Estados, reclamando que muchas políticas no sean europeas, sino nacionales, como por ejemplo que no haya un impuesto paneuropeo de Sociedades o que cada país aborde la situación del desempleo de forma individual.

«GENTE CANSADA DE LA INTEGRACIÓN EUROPEA PERPETUA»

En su opinión, el principal problema es que la gente está cansada de la «integración europea perpetua» y piensa que está siendo una «amenaza para su forma de vida». Y aunque ha dicho que está a favor de la Unión Europea ha dejado claro que quiere una Europa que haga menos pero mejor, que sea «más flexible y descentralizada». «No creo que más y más Europa sea una solución para cada problema», ha exclamado.

Estas propuestas han merecido una respuesta del candidato socialista, el holandes Frans Timmermans, quien ha preguntado al candidato euroescéptico cómo explica que en Polonia, después de tres años de gobierno ultraconservador, ahora los ciudadanos son más europeistas y defienden más los valores de la Unión.

En el rifirrafe, Zahradil le ha respondido que en su país, el 90 por ciento de los ciudadanos quiere seguir en la Unión, pero el 75 por ciento no quiere entrar en el euro. «Hay gente que le gusta la UE, pero no todo lo que viene de la UE, hay que nivelar», ha espetado.

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