Banco de España reitera que no activará el colchón anticíclico hasta que se disipen los efectos del Covid-19
El Banco de España mantendrá el colchón de capital anticíclico (CCA) aplicable a las exposiciones crediticias en España en el 0% durante el primer trimestre de 2021 y confirma su intención de no activar este instrumento por un periodo prolongado, al menos hasta que los principales efectos económicos y financieros del Covid-19 se hayan disipado y se haya retornado a una senda de recuperación.
El supervisor considera que en el actual contexto de pandemia, que ha derivado en un considerable deterioro del entorno macrofinanciero, resulta prioritario facilitar que las entidades de crédito puedan seguir manteniendo el flujo de financiación a empresas y hogares.
En este sentido, y en consonancia con las autoridades de otros países y los organismos supranacionales relevantes, el Banco de España no ve adecuado exigir la acumulación de este requerimiento macroprudencial.
La decisión se ajusta así a las expectativas prudenciales de relajación temporal de requerimientos emitidas por el Banco Central Europeo (BCE), la Autoridad Bancaria Europea (EBA) y el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea (BCBS).
Además, reitera y confirma su orientación prospectiva de no aumentar el porcentaje del CCA durante los próximos trimestres, mientras no se hayan superado los principales efectos económicos y financieros derivados de la crisis del coronavirus.
El colchón de capital anticíclico es un instrumento macroprudencial que se revisa trimestralmente y que está contemplado en la normativa vigente para reforzar la solvencia del sistema bancario en las fases de crecimiento excesivo del crédito, que es cuando habitualmente se produce un aumento de los riesgos.
Este colchón permite suavizar las oscilaciones del ciclo crediticio mediante la acumulación de capital en épocas de bonanza para poder ser utilizado ante un deterioro de la situación macrofinanciera.
El organismo presidido por Pablo Hernández de Cos explica que el indicador de referencia de la metodología del CCA, la denominada brecha de crédito-PIB, se ha visto afectado por una combinación de caídas abruptas del PIB y aumentos del crédito, precisamente para mitigar el impacto de la pandemia y situar a la economía en disposición de reactivarse, y no de aumentos excesivos e insostenibles de la financiación al sector privado.
A pesar de la marcada evolución al alza reciente, el Banco de España subraya que no debe interpretarse, en este caso, como una señal de alerta que requiera la activación del CCA.
De hecho, está atendiendo a otro tipo de indicadores macrofinancieros complementarios como la brecha de producción y el Indicador de Riesgo Sistémico (IRS), dado que el habitual ha perdido valor informativo.
Estos otros indicadores permiten realizar un seguimiento tanto de la distancia entre el nivel de actividad observado y su potencial como de las tensiones sistémicas en los mercados financieros.
La brecha de producción –cuya estimación es una tarea especialmente compleja en las actuales circunstancias– está registrando valores negativos, mientras que el IRS, que repuntó bruscamente en España tras el inicio de la crisis, se encuentra estabilizado en niveles aún superiores a los registrados en el periodo previo a la pandemia.