Ayudando pese a todo a los centroafricanos tras casi 5 años de conflicto

Las ONG han sufrido más de un incidente al día en lo que va de año en un país en el que el 63% de la población necesita ayuda

Ser trabajador humanitario se ha convertido en una labor de riesgo en República Centroafricana (RCA), un país sumido en el conflicto desde hace casi cinco años y donde más de seis de cada diez habitantes necesitan ayuda para sobrevivir y alrededor de una de cada cuatro personas se han visto desplazadas por la violencia. Pese a ello, las agencias de la ONU y las ONG no tiran la toalla.

La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) ha contabilizado entre enero y septiembre al menos 316 incidentes que han afectado al trabajo de ONG y agencias humanitarias, lo que supone «más de un incidente al día», subraya la coordinadora humanitaria de Naciones Unidas, Najat Rochdi, en declaraciones a Europa Press.

En total, según el recuento que hace International NGO Safety Organization (INSO), que se encarga de recoger datos de ataques e incidentes que afectan a las agencias humanitarias, en RCA han perdido la vida este año 8 trabajadores humanitarios, mientras que otros 30 han resultado heridos y dos han sido secuestrados.

Los incidentes, que pasan desde controles de carreteras a bloqueos o robos de vehículos o de las instalaciones, tienen principalmente un carácter «criminal», «no van contra los humanitarios porque son humanitarios», explica Rochdi, lo cual no quita que tengan un «impacto en el acceso» de las ONG y en la ayuda que se puede ofrecer a quienes lo necesitan.

Que se produzcan este tipo de incidentes ha llevado a «más de 20 organizaciones a suspender sus actividades este año», subraya la coordinadora de la ONU, que incide en que «esto no significa que las organizaciones humanitarias estén abandonando a la población», sino que siguen trabajando en el país en la medida de las posibilidades.

Tanto Oxfam como Médicos Sin Fronteras (MSF) han experimentado este tipo de sucesos en los últimos meses. Según cuenta a Europa Press el director de Oxfam en el país, Ferrán Puig, el pasado 11 de septiembre su base en Batangafo fue atacada de madrugada por ocho hombres armados que robaron ordenadores y teléfonos y obligaron a intervenir a la Misión de la ONU (MINUSCA), mientras que el 6 de septiembre les robaron dos coches.

«MSF ha sido víctima de varios incidentes de seguridad, algunos más graves que han forzado a la organización a cerrar sus actividades, pero a menudo han llevado a una reducción de las actividades durante un tiempo mientras que siempre se ha tratado de mantener las actividades esenciales que salvan vidas», señala por su parte el responsable de operaciones de MSF en RCA, Sylvain Groulx.

DETERIORO DE LA SEGURIDAD

En realidad, estos incidentes diarios no son sino el resultado de que «la situación en RCA se ha seguido deteriorando en muchas partes del país», afirma la coordinadora de la ONU, que pone el acento en «la creciente fragmentación de los grupos armados, que compiten por los recursos, la falta de disciplina y las disputas internas».

Por ello, aunque ella misma ha negociado en más de una ocasión con estos grupos armados acuerdos para facilitar el acceso humanitario y la seguridad de los trabajadores de las ONG, resulta «muy fácil» que estos terminen quedando en papel mojado.

El responsable de MSF también coincide en que las zonas con presencia de grupos armados son «motivo de preocupación», pero subraya que los incidentes sufridos por la ONG «palidecen en comparación» con «el nivel de violencia diaria al que se enfrentan los civiles».

Estos ataques contra ONG «enmascaran la verdadera violencia diaria contra la población civil por un número variado de grupos armados que no tienen ninguna cohesión y en lugar de proteger a la población como sostienen, esta se convierte en presa de estos grupos, que a menudo están asociados con la explotación de los recursos naturales locales», explica Groulx.

Según Puig, con frecuencia los grupos armados suelen señalar a organizaciones criminales como responsables de los ataques a ONG o a «elementos incontrolados» dentro de sus filas, «lo cual puede tener una parte de verdad ya que RCA es un país muy grande en el que el control efectivo del territorio es complejo».

ONG INTERNACIONALES, PRINCIPAL OBJETIVO

Las ONG internacionales y las agencias de la ONU suelen ser el principal objetivo de los ataques, porque «saben que tienen dinero, ordenadores, radios y vehículos» y por tanto hay un botín en juego, destaca Rochdi. Los datos recabados por INSO lo confirman: las ONG internacionales sufrieron el 88 por ciento de los incidentes.

Por contra, son los trabajadores locales, y no los expatriados, los «más expuestos», ya que los segundos suelen gozar de una mejor protección, incide la coordinadora humanitaria. Los ocho cooperantes muertos este año eran todos centroafricanos, al igual que los 30 heridos y los dos secuestrados.

Pero ¿qué se puede hacer para evitar estos incidentes? Además de intentar reforzar las medidas de seguridad, en Oxfam han apostado por «sensibilizar a los grupos armados sobre los principios humanitarios de las ONG, su neutralidad y que están ahí para ayudar a quien lo necesite», indica Puig.

«No garantiza nada pero sí nos da cierta aceptación de nuestra labor», añade, subrayando que es igualmente importante ofrecer «proyectos de calidad» que gocen de una buena valoración de la población, ya que entonces esta «presionará a los grupos armados para que no nos ataquen».

Aunque RCA no llame la atención de los medios, la situación dista de haberse estabilizado en todo el país y sigue habiendo «puntos calientes», como Kaga Bandoro, Bambari, Bria o Alindao, destaca Rochdi, que explica que ahora «los enfrentamientos están más localizados» pero siguen provocando desplazados. Actualmente hay más de 615.000 desplazados internos en el país, mientras que otros 576.000 centroafricanos se han refugiado en los países vecinos.

RCA NECESITA PAZ

La solución de este conflicto pasa no solo por la asistencia humanitaria y la seguridad, sino por atajar las causas en la raíz, como la extrema pobreza y los problemas de gobernabilidad, defiende la coordinadora de la ONU, que como los responsables de Oxfam y MSF, confía en que finalmente la paz se abra camino en el país.

Los tres confían en que los actuales esfuerzos de la Unión Africana lleguen a buen puerto aunque como reconoce Rochdi, «ha habido otros acuerdos que no han sido respetados». «En RCA hay que esperar lo mejor y preparase para lo peor», puntualiza Puig, que pese a ello confía en que haya «un resultado positivo por el bien del país».

«Tras tantos años viviendo en un miedo constante debido al clima regular de violencia, solo podemos esperar una resolución pacífica a este conflicto por el bien de la población centroafricana», remacha Groulx.

«Mi llamamiento y mi ruego es que no se abandone a RCA y no se abandone el proceso de paz porque actualmente el 63 por ciento de la población necesita asistencia humanitaria y si no les damos lo básico para que preserven su dignidad y puedan ponerse en pie y convertirse también en arquitectos y contribuir a la recuperación, la consolidación de la paz estará en peligro», pide la coordinadora de la ONU.

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